─Pero tú sabías lo que estaba intentando hacer ─Zabini espetó, en su cara podía observar como la rabia aumentaba─ Sabías exactamente porque quería estar a solas con ella, pero tu llegaste siendo tan jodidamente despistado...

Sacudí mi mochila sobre el suelo y me metí dentro de mis sabanas, sacudiendo mi cabeza e intentando no reírme en su cara otra vez.

─Estás siendo un estúpido, Zabini. Te lo repito, solo quería trabajar en los deberes de Pociones. Ahora lárgate de mi espalda, ¿sí?

Mientras me estiraba sobre mi almohada, Zabini parecía que estaba a segundos de abrir su boca para insultarme más. En vez de eso, él solo espetó furiosamente: ─Que te jodan, Malfoy.

Parpadeé, la voz de alguien resonaba con las mismas palabras dentro de mi cabeza. Cuidadosamente, sacudí mi cabeza para eliminar esos pensamientos, pero Zabini estaba demasiado enfadado para darse cuenta. Empezó a alejarse de mí, todavía fumeando por lo ocurrido, y antes de desaparecer en las duchas, añadió: ─Si esto pasa otra vez, te voy a partir, pedazo de mierda.

─Buena suerte con eso ─le dije, pero él no me oyó.

Punto de vista de Evelyn Hawkings

El partido de Quidditch era en tres días después de lo ocurrido en la sala común con Blaise y Malfoy. En esos dos días antes de ese sábado, Pociones no fue tan incómodo como pensé que sería; solo tenía a un Blaise que ignoraba completamente a Malfoy. Ninguno de los dos sacó el tema del trabajo otra vez, y estaba agradecida con eso. Lo que había pasado el miércoles aún me confundía, y seguía sin saber porque Malfoy quería trabajar en sus deberes tan gravemente con nosotros.

Pero ahora solo intentaba olvidarlo, porque había prometido a Blaise que iría al partido de Quidditch el sábado y aún no estaba segura con quien iba a sentarme. Realmente no quería ir sola, pero no había nadie de mi casa con la que pudiera ir.

Le expliqué eso a Ginny mientras nos sentamos juntas en la biblioteca el sábado por la mañana, estudiando para el examen de Encantamientos que tendría lugar el lunes. Las dos estábamos estiradas pesadamente en las sillas, nuestros libros colocados a un lado y sabía que ni siquiera les íbamos a echar un vistazo.

─Y el partido es en dos horas ─me quejé─ No creo que vaya.

─Solo ve tu sola, ¿a quién le importa eso? ─dijo Ginny, rodando su pluma sobre la superficie de la mesa─ No te culpo por no querer ir con ninguna persona de tu casa.

─Sí. Me refiero a que iría con Blaise si no estuviera él jugando en el equipo ─le expliqué─ Y Pansy esta fuera. Puedo pretender que he ido, pero me quedo realmente todo el rato dentro de mi dormitorio.

Ginny rio fuertemente, pero rápidamente la ocultó ya que si no la bibliotecaria vendría hacia nosotras.

─Iría contigo, pero sería un poco incómodo porque no es contra Gryffindor. Oh, espera, es contra Ravenclaw, ¿verdad? ¡Ve con Luna!

─¿Ella va a los partidos? ─le pregunté, alzando mis cejas. No sabía del cierto si Luna iba a querer ir.

─A veces ─Ginny se encogió de hombros─ Puedes preguntarle a la hora de la comida, que es antes del partido. Probablemente querrá ir si tú vas.

Asentí con la cabeza y dije: ─Bien. ¿Va ayudarte Harry a estudiar lo de Encantamientos?

Ginny sonrió, y no pude ocultar mi sonrisa de vuelta.

─Sí, eso creo.

─Aww ─me burlé mientras Ginny se sonrojaba. Ella rodó los ojos y pretendió como si no hubiera dicho nada.

Little BirdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora