Yo por tenerles

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Aitana

Hoy era un día especial, y ajetreado cuanto menos. Teo tenía el primer partido del curso mientras Emma haría su gran actuación por la tarde.

Me desperezo y miro el móvil, tengo un mensaje de Miriam para saber la hora de la actuación mientras mi madre me desea suerte para el inicio de mi nuevo trabajo.

Sí, mi nuevo trabajo.

Conseguí terminar la carrera de diseño industrial y aunque mi puesto de trabajo no era malo, quería más, y por fin, el otro día lo conseguí. Empezaría el lunes, por la mañana bien temprano hasta las cinco, me daba el tiempo exacto para recoger a Teo de la extraescolar e ir un poco al parque.

Caí en que el lado de la cama de Luis estaba vacío y yo desnuda, por lo que no pude evitar sonreír. Tendría que ponerme algo por si el bichillo de la casa decidía entrar en nuestra habitación sin antes avisar, como hacía de costumbre.

Encuentro la camiseta lila tirada por el suelo y corro a ponérmela, luego me vestiría, y cambiaría las sábanas.
Camino por el pasillo hasta la escalera, me asomo a la puerta de Teo, que está sentado en la cama mientras acaricia su ukelele, sopla unos de sus rizos con el fin de apartarlo de su frente pero este se revela y acaba utilizando la mano. Se da cuenta de mi presencia, su cabeza se levanta y me sonríe, deja la guitarra en el suelo y se vuelve a tumbar en la cama, esperando a que yo haga lo mismo.
Pide que le cante Llegas tú, y aún sabiendo que deberíamos levantarnos ya, no soy capaz de rechazar tal oferta. Impido que se quede dormido porque sino sería imposible de levantarle y estaría todo el día refunfuñando, como yo.

Le cojo en brazos y el agarra uno de mis mechones de pelo para juguetear con él. Al final de la escalera, me doy cuenta de que sólo llevo la camiseta, nada más y nada menos, por lo que dejo a Teo en el sofá con los dibujos y yo corro de nuevo a mi habitación para ponerme la parte de abajo del pijama.

Luis llega unos veinte minutos después, con un paquete de churros y tres vasos de chocolate que se olían a kilómetros de distancia. El pequeño no tarda ni cinco segundos en saber lo que hay de desayuno y corre hasta su padre. Luis, que le espera con los brazos abiertos se da cuenta de que el motivo de la carrera de su hijo no ha sido él, sino el chocolate que ya se está bebiendo desde mis brazos aún pidiendo que le bajase para volver a su punto inicial.

-Pensé que venía a darme un abrazo, así como que me quería y tal

-Quizá a la próxima Pedrito

-Vaya familia me he echado

-Nos adoras -digo saltando para que me coja a caballito

Ω

-¡Teo vamos! No vamos a llegar

Luis se echa las manos a la cabeza, está más nervioso que su hijo y mira que es él el que tiene el partido. Teo viene ya con la equipación puesta, los calcetines por la rodilla y las zapatillas desatadas, el mejor desastre jamás creado.

Durante el camino hasta el polideportivo nos cuenta la táctica que su profe ha inventado para ganar y ser invencibles como Hulk. Esta comparativa hace reír a su padre mientras niega por la imaginación que tiene el pequeño.

Giro mi cabeza para mirarle aunque él no pueda despegar la vista de la carretera. Tiene un brillo especial en su mirada, un brillo que tenía antes conmigo, que ahora le salía con su hijo. Estaba muy orgulloso de él, de que fuese quién quisiese ser con la inocencia de un niño. Se le notaba nervioso, cuando yo estaba embarazada siempre me decía que me ganarían al baloncesto y que, si él quería, le apuntaría a clases. Y hoy, cinco años después, vamos los dos en el mismo coche, con las manos agarradas en el cambio de marcha de camino al polideportivo donde nuestro hijo jugará su primer partido de titular.

Luis se había pasado todo el partido animando y Teo sonreía cada vez que nos divisaba en el público aplaudiendo. Habían venido su amiga Mali, Lúa, Emma, Julia y Gala, su hermana pequeña. Iago también le animaba, a él, y a los amigos que también jugaban. Cualquiera diría que es una final con toda la familia que había venido.

-¡Papá hemos ganado! -dice nuestro hijo lanzándose a sus brazos

-Ya lo sé campeón, habéis jugado muy bien

-Yo también he ganado con vosotros -le susurró al oído-

Había luchado como en una guerra por ellos, había ganado todo lo que gano yo por tenerles.


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Holaa!!! Bueno, os presento la primera parte del día, mañana sobre esta hora intentaré tener la siguiente que será el festival de Emma.

Quedan 17 (+1) episodios para que esto se acabe. Cuando queden diez empezaré la cuenta atrás, pero vamos, calcular que el 3 de noviembre esto ve la luz. Creo que no me lo termino de creer. Nunca de cansaré de daros las gracias, por todo el apoyo y el tiempo que le dedicáis a esta novela.

Lo que crea Wattpad es mágico✨

Contarme cositas, ¿Vais a algún concierto de OT o queréis ir? Yo tengo una lista interminable de los que quiero ir😬

Y eso, como siempre espero que os haya gustado, que lo hayáis disfrutado y que me deis vuestra opinión, que me encanta leeros. Sabéis que lo podéis hacer tanto por Twitter (@orejasdelana) #yodescolocotodo #DescolocasTodoff o por wattpad, que también estoy siempre atenta.

OS LEOO!! Besoooos 💙💛

Descolocas TODODonde viven las historias. Descúbrelo ahora