Con la puerta abierta

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Coge el metro hasta la casa de los Duato, a pesar de que Miguel tiene su propia casa, en su familia los lunes se pasa el día juntos, tradición que Aitana acató cuando empezó a salir con el hijo. Llega y lo primero que hace es dejar en el mueble de la entrada su bolso, los padres de Miguel justo marchan a una fiesta, lo que les deja a ellos dos solos. Se le nota enfadado, y en parte ella lo entiende, pero también él sabe que no le gusta la sobreprotección. Una vez arreglado todo con unos cuantos abrazos y muchos besos, se acurrucan y encienden la tele dispuestos a ver Élite. Todo va bien hasta que el madrileño hace una pregunta que incómoda bastante a la chica.

-Mis padres y yo queremos que vengas 15 días a Ibiza, eres parte de la familia.

La catalana piensa sobre la última parte de la propuesta ya que la respuesta la tiene clara. Si bien es cierto que ya ha asistido a varios eventos de los Duato, no se ve capaz de dejar a su hijo 15 días sin sus cuidados maternos a pesar de que todos los de su alrededor estarían encantados de cuidarle.

La negativa afectó mucho al chico, que no permitía esa respuesta. Aitana intentó tranquilizarle pero fue imposible, era todo humo y fuego ardiendo, sólo el agua le calmaría y estaba claro, que hoy ella no lo era. La catalana aguantaba comentarios de mal gusto para ella "siempre estás con tu hijo" "¿No puedes dejar a Teo un puto momento?" y así siempre, hasta que hoy explotó.

-Estoy cansado, yo no tengo la culpa de que te quedases embarazada de el gilipollas de tu ex. Dale al niño y deja que los dos seamos libres.

Y ahí, todo cambió. Las mariposas que la catalana había sentido durante la tarde se esfumaron como por arte de magia. Sus ojos dejaron de brillar con él, para siempre. Y su cuerpo empezó a temblar, cada vez más.

Sale corriendo de esa casa, él no lo evita. No sabe a dónde va, la cuesta respirar y está confusa. Mira a su alrededor y observa las calles que la rodean e instintivamente empieza a caminar. Cuando se quiere dar cuenta está llamando a una puerta que ni ahora mismo sabe de quién es, hasta que se abre y observa a quien siempre la hizo feliz, a quién sólo con ver su cara la enredó en sus brazos.

Una vez calmada, narra lo sucedido, y, aunque él no puede evitar que su sangre empiece a hervir, ambos se alivian con su tacto en el cuerpo del otro. Porque los abrazos que cierran tus ojos están infravalorados, no es fácil hacer de un cuerpo tu hogar, pero ellos lo habían conseguido. Lo consiguieron en el tren, cuando su mano se posó en su hombro para despertarla, lo consiguieron con los primeros abrazos, con los besos de pasión y de suave cariño. Em definitiva, lo consiguieron siempre, con cada gesto del otro hacia ellos y sólo cuando estaban juntos, pedían su deseo favorito.

«Que se congele el tiempo, que nosotros vamos a arder»

Pero es el ser humano que han creado lo que hace terminar ese momento de caricias en el pelo para ella y unos brazos agarrándole a él, que hace tanto que no sentían. Y por mucho que hubiera pasado el tiempo, había sitios de ellos que nadie había conseguido encender como lo hacía el otro, sitios que no volvieron a ser lo mismo desde aquel adiós en la estación de tren. Se levantan y se dirigen a la cuna donde se encuentran al pequeño, sonríe y mira para todos los lados, juegan un ratito desde la cuna hasta que el papá lo coge en brazos y lo apoya en el suelo de pie.

-Luis, no seas tonto, tiene 9 meses, no puede caminar

-Calla anda

Y entonces Teo empieza a apoyar sus piececitos, y aunque eso no es caminar, es un avance para él, son la base del camino que recorrerá. El gallego lo pone a gatas, y aunque le cuesta y va sujeto de su padre, empieza a mover sus brazos y piernas para gatear muy despacito. Ninguno cabe en sí mismo de la felicidad que tienen ahora, al ver los avances de su pequeño.

-También he descubierto que su juguete favorito es el dinosaurio azul que le regalamos al nacer -cuenta el chico con los ojos brillantes y una sonrisa de oreja a oreja

-De tal palo, tal astilla. Bueno Teo, ¿cenamos?

La catalana sienta a Teo en una trona que tiene Cepeda en el salón. A pesar de que casi el niño no va allí, la tiene muy preparada, cosa que la sorprende. Mientras ella le prepara y da el biberón al niño, el gallego prepara una de sus míticas tortillas de patata que hace que nada más verla la catalana empiece a devorarla.

-Creo que tendrías que hacer esta tortilla más a menudo

-Ya la hago -dice riéndose

-Pues a partir de hoy, me bajas un tupper

-Como mande, señora reina

La catalana se defiende de ese atacante señora con la excusa de que sólo tiene 21 años y que está mejor conservada que él, al que ya le aparece alguna que otra cana. La cena continúa entre piques y bromas, entre risas y carcajadas, entre viajes al pasado y al futuro. Friegan haciendo una guerra de espuma en la que la catalana sale perdiendo, por eso se pierde por los pasillos de la casa hasta llegar al armario del chico donde toma una de sus camisetas básicas, esta vez morada. Aparece con esa camiseta de vestido y aunque al principio se arrepiente, y piensa que se ha tomado mucha confianza, todo cambia cuando el gallego sonríe y se acerca hacia ella para volverla a manchar.

-Si me vuelves a manchar tendré que robarte otra camiseta -le avisa la chica cuando están prácticamente pegados

-Pues nada, ve y coge las que quieras -pronuncia justo antes de que sus manos de espuma se pierdan por su cara y dejé un suave beso en su nariz

Ella se queda paralizada, vuelve a sentir todo lo que un día perdió y se pone nerviosa ante el gesto que el gallego ha tenido hace apenas un minuto con ella. Aitana lleva a Teo en brazos cuando se cruza con Cepeda en pijama, bueno, sus calzoncillos anchos y una camiseta por encima que sabe de sobra que se quitará cuando llegue a su cuarto. Acuesta a Teo en su cuna y va hacia otra habitación. Aunque la puerta está medio abierta, llama a la tabla de madera para avisar de que va a entrar.

-Te quería dar las buenas noches -dice con el tono que usa cuando tiene vergüenza- y avisarte de que a lo mejor mañana te despiertas y no tienes camisetas -avisa con un tono ya más seguro- que descanses

Él sonríe. Ella sonríe

-Eso ya lo veremos, aunque sabes que siempre duermo con la puerta abierta

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Chanaaam!!!! Holaa, ¿Qué tal todo? Espero que las vacaciones vayan todo👌🏼 jajaja. Bueno, espero que os haya gustado mucho y que estéis disfrutando de esta recta final. QUEDAN 8 CAPÍTULOS, estoy que no me lo creo, lo juro. Me da mucha penita que se acabe pero no va a pasar mucho tiempo hasta que empiece la segunda parte. Que sepáis que os cuero mucho (por si no os lo digo en todos los capítulos que os quede claro jajaja) y que espero que os guste el azúcar porque nos va a dar una hiperglucemia, a mi escribiendo y a vosotr@s leyendo. Ya me despido, que soy muy pesá, lo sé.

OS LEO!! Besoooos 💙💛

Gente soy la chica del futuro😂, siento haber publicado a esta hora, no he tenido wifi y se me fue el tiempo. Os quiero y pido perdón 🙏🏼❤️

Descolocas TODOWhere stories live. Discover now