Una lluvia en mi bolsillo

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Semana 34

Aitana

Hoy entro oficialmente en la semana 34 de embarazo, sólo hace falta verme la tripa que es más grande que yo, no me quiero ni imaginar cuando salga de cuentas.

Es lunes por lo que a las 7 de la mañana mi despertador está sonando como un loco para que sea capaz de levantarme de la cama. Una vez desperezada, acaricio mi tripa, es una manía ya, la cual adopté cuando vi el test de embarazo y no me lo conseguía creer. Me levanto con cuidado de no hacer mucho ruido por Emma y salgo en dirección a la ducha. Cómo siempre, el agua hirviendo, gel, champú, acondicionador, crema para los granos, crema para las estrías y listo. La verdad es que con el pelo corto tardo menos en cuidármelo, pero he de confesar que lo echo de menos. Me pongo ropa cómoda, una camiseta amarilla elástica y un pantalón negro premamá con mis bambas negras.

Salgo en busca de comida para desayunar cuando me encuentro a Amaia tomándose un café y a Ana comiendo un aguacate -que raro, pienso irónicamente- abrazo a las dos en señal de buenos días y me preparo un tazón de leche y cola cao. Hablamos de temas banales, Ana me cuenta que a Mimi la han cogido en una academia de baile de alto prestigio mientras que Amaia agradecía a todos los santos habidos y por haber que Emma no se hubiese despertado a media noche a pesar de la fiebre que tenía. Yo imaginaba cómo sería nuestra vida cuando Teo naciese, durante los primeros meses no iría a la universidad, Emma haría de hermana mayor, Amaia se pasaría las horas estudiando para conseguir terminar la carrera y Ana viajaría de Madrid a Canarias y viceversa para ver a su familia. Por no hablar de ver todos los días a Luis y darle explicaciones a Miguel, estaba claro que sería un caos, pero que más daba si ellos estaban a mi lado.

Llegué a la uni en coche, por suerte, Ana me llevó porque si no llegaba tarde, y eso sería empezar el curso con mal pie, cosa que no quería. A pesar de que los demás ya llevaban más de un mes de clase, yo empezaba hoy por algunos problemas para rellenar los papeles. Allí me encontré con Mimi, me contó que venía a dar una charla por lo de la academia y no sé qué más, luego me sentí mal pero en ese momento no le presté mucha atención. Cuando acabó la segunda hora recibí un mensaje de Ana

Anaguacate🥑

-Amor, Amai me ha dicho
que si puedes pasar a
recoger a la pequeña a la guarde

Si, en cuánto termine paso-

-Graciass, luego nos vemos

Las clases se hicieron bastantes pesadas por no contar con las patadas de Teo. La verdad es que pensé que la gente me miraría mal, por cómo nos comportamos tan mal a veces, pero me di cuenta de que no, que había más personas como yo, que al final, sólo eran un par de personas que te criticaban, pero a mí me daba igual porque a lo que tenía ahí dentro es lo más valioso que tengo ahora.

Al salir, cojo el autobús directo a la guarde de Emma. Pasamos la tarde juntas, tiradas en el sofá viendo un maratón de pelis Disney, entre ellas las imprescindibles de Frozen, La Bella y la Bestia o Mulán. Estábamos montando un puzzle mientras veíamos una de las pelis cuando llamaron al telefonillo. Pude ver que era el cartero y traía un paquete a mi nombre. Me extrañó bastante porque no había pedido nada, firmé y cogí el paquete, una vez ya dentro lo abrí y no me pudo hacer más ilusión lo que había en su interior. Las fotos del día en el parque, incluidas las que salía Luis. Decidí mandarle mi foto favorita de los tres junto con la última carta de su cumple, estábamos sentados en la toalla de picnic, yo le miraba comiéndome una fresa, él me miraba sonriente mientras que su mano reposaba en mi tripa, al igual que la mía, que estaba encima suya para asegurarse de que no la quitara. La verdad es que no fue una pose planeada, simplemente fue un momento, aunque había muchas fotos chulas.

Llevo tiempo pensando en Miguel y nuestra relación, llegando a la conclusión de que nos deberíamos tomar un tiempo. Si bien es cierto que siempre me ha tratado genial, al empezar muestra relacion cada vez me sentía un poco más cohibida. Por no hablar de tener que dar explicaciones a los paparazzis asegurando que el hijo no es suyo y que no monten películas que no son. Por eso y por el embarazo, porque últimamente tengo las hormonas revolucionadas y no creo que tampoco yo le esté tratando tan bien como debería. Creo que deberíamos quedar como amigos, espero que lo acepte porque la realidad es que ahora mismo tengo a otra persona en mi cabeza y no es justo que le engañe, ni a él ni a mí.

Amaia llega a casa agotada después de un día a tope de exámenes, aunque no lo suficiente como para no salir corriendo hacia su hija, a la que abraza con fuerza y llena de besos. Yo aprovecho y llamo a Miguel para quedar, le digo que es urgente y tenemos que hablar. Me despido de Amaia que está en el sofá viendo una serie con Emma agarrada y salgo hacia el parque. A pesar de que es Agosto, el día está nublado por lo que me cojo una chaqueta vaquera para no pasar frío.

Al llegar allí me encuentro a un Miguel sentado en un banco, tapándose la cara con las manis. Me acerco y le pongo mi mano en su espalda, él se levanta y me abraza. Entonces se rompe, empieza a llorar y me agarra más fuerte. Cuando se consigue calmar me cuenta lo que le ha pasado, a su madre le han diagnosticado leucemia y que no podrá hacer su trabajo durante el tratamiento. Y joder, sé que es egoísta por mi parte pero ahora no le puedo dejar así, así que me guardo lo que le iba a decir y le ánimo diciéndole que todo saldrá bien.

La carta tendrá que esperar

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Holaaa!!! Pues ya estoy de vuelta. A partir de ahora voy a intentar subir capítulo día si día no, a ver cuánto duro. Aunque según como hemos empezado creo que poco porque ya me han puesto 3 exámenes y 2 trabajos así que nada, ya que sé que no os interesa pero buehhh😂🤷Pues eso, que espero que os guste mucho y os cuero

Besooos💙💛

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