En el juego somos inocentes

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Se despertó de madrugada, seguía en la misma posición en la que se acostó hace apenas 3 horas y da gracias porque Luis se llevase a Teo, ya que con la resaca que lleva en este momento no sería capaz ni de cogerle en brazos.

Apoya los pies en el suelo y agarra s lou cabeza, avanza hasta la cocina y comprueba como sus amigas se encuentran en la misma situación que ella. Desayunan de forma tranquila, de echo ella se toma un cola cao porque con el dolor de cabeza no puede hacer más. Al terminar se van hacia el sofá y se sientan a ver una peli a la que poca atención le prestan. Justo cuando estaba quedándose dormida empieza a vibrar su móvil.

-Hola -contesta seca y un poco malhumorada por haber interrumpido su sueño-

-Buenos días, parece que ayer os lo pasásteis bien ehh

-Mira Cepeda, déjate de tonterías te lo digo, ¿Qué pasa?

-Nada, que te llamaba para preguntarte si preferías que me quedase con Teo hasta que se te pase la resaca o quieres que te lo lleve

-Quédatelo porfa, ahora mismo no puedo ni conmigo

-Ayyy, si es que los años te pesan

-Luis Cepeda, te recuerdo que con mis 22 años estoy en la flor de la vida y tú tienes 27 y estás más viejo que mi padre

-Me ofendes, que conste. Bueno te dejo, que el pequeñín me reclama

Ambos se despiden y la catalana se queda embobada mirando al móvil, recordando la conversación que acaba de tener con el gallego. Piensa en la última vez que tuvieron una así y cae en la cuenta de que hace demasiado y lo echa de menos. Lo que no sabe es que el gallego no cortó por Teo, si no que esa charla le estaba recordando el pasado y cada vez que hablaban le daba una punzadita en el corazón.

Mueve su cabeza de un lado para otro y consigue volver a la realidad. Decide ponerse un chándal ya que no hará mucho por casa y así estará más cómoda. Una vez lista vuelve al salón, del que se marchó en la llamada telefónica y para su sorpresa no encuentra a ninguna de sus amigas. Pasea por la casa buscándolas pero no hay ni rastro de ninguna. Decide llamar a Luis para así ver a su pequeño terremoto y también, aunque no lo quiera admitir, a él. Al llamarlo él acepta encantado aunque avisa de que Roi se ha llevado a Emma con Miriam al parque y que se han quedado padre e hijo juntos en casa ya que este último había caído en brazos de Morfeo antes de tiempo. Opta por cambiarse de ropa, piensa que tampoco es plan que se presente en pijama aunque está segura de que el gallego no la pondría ninguna oposición.

Llega a su casa y llama al telefonillo, su voz ronca y en susurros hace que se le erice la piel. Sube las escaleras y cuando llega al tercer piso la puerta está entornada. Al entrar deja el abrigo en el perchero sin hacer ruido y por un momento recuerda los primeros días con Teo y esas ganas de llegar a casa para abrazarles. Su choque de realidad hace camine hacia el salón donde se encuentra con una de las imágenes más enternecedoras que había visto. Luis acuna a Teo mientras le canta ese Llegas tú.

Y quién la iba a decir hace unos años que él chico del tren rumbo a Madrid que decidió despertarla se convertiría en el padre de su hijo, que vivirían miles de aventuras juntos y que esa canción que ahora le cantan a Teo, un día se la compuso a ella. Aunque no se lo contó, nunca se atrevió a decirle la verdad, a decirle que esa chica de flequillo despeinado cuando corría y de pecas al estar al sol era su inspiración desde varias noches en vela atrás. Que la intentaba terminar momentos antes de que ella apareciera por su puerta, con todo el valor del mundo dispuesta a darlo todo, a declararse sin saber cuál sería la respuesta. Y que aquella canción marcaría su relación y al parecer la vida que llevan en común gracias al pequeño terremoto de seis meses.

Al final, se le hace un nudo en la garganta y tiene que toser, maldiciéndose a sí misma por haber roto ese momento. El gallego levanta la cabeza y la ve a ella, enseguida le sale una sonrisa. Le estira los brazos en señal de que coja a Pedro y sale del cuarto inmediatamente. Está ella sola en aquel salón un buen rato, escuchando hablarle por teléfono medio en susurros y no puede evitar pensar en si es su novia. Porque claro, ellos rompieron y ahora, a pesar de que sea el padre de su hijo no le puede pedir nada. Vuelve a aparecer con una sonrisa en la cara y ese brillo en los ojos que tanto le caracteriza. Y él no puede esperar más y le cuenta la noticia.

-Les ha gustado mi canción Aiti, está aprobada, les gusta -dice con la ilusión que no puede ocultar.

Y ella hace lo que la sale del corazón, lo que lleva esperando hacer tanto tiempo, abrazarle. Se camuflan, intentando no aplastar al pequeño que sigue dormido y entrelazan sus brazos. Uno grupo de tres, una familia. Teo empieza a moverse y deciden echarlo en la cuna, encima de Luis, acurrucado mientras él le canta una canción, pero no la de siempre.

Me rompí, me vi tocando fondo
Y me curé, sin prisa poco a poco
Me senté al borde de esta grieta
Y te esperé y tú cerraste puerta

No sé si esto termina, o no
Te dejaré dormida
Y si me equivoqué, ya sé que al menos lo intenté
Que no te di la espalda al primer golpe
Que te enseñé los dientes pero nunca te mordí
Que aún para ladrar nos queda la luna
Y yo descalzo y tu desnuda

Lo que ellos no sabían es que en este juego eran inocentes
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Holaaa!!! Ya estoy por aquí otra vez, sé que es más pronto de lo normal pero es que lo quería subir hoy y luego más tarde no podría. Pues bueno, que espero que os haya gustado y que os publico esto mimutos antes de subirme a un escenario para competir, aunque yo me suba para pasármelo bien y disfrutar. Pues eso, que os cuero.

OS LEO!! Besoooos💙💛

Descolocas TODOWhere stories live. Discover now