Miel en los labios

659 41 11
                                    

Aitana

Llevaba días pensando, intentar sacar de mi cabeza conclusiones, pero él no se iba. Ni se fue. Ni se iría. Jamás.

Teo pedía todos los días que su padre se quedase a cenar y aunque a veces era imposible por su trabajo y sus relaciones, otras tantas acababa cediendo a sus (mis) pucheros y nos retaba a vencer su "imbatible" tortilla.

Así que, como todas esas veces, estaba encerrado en la cocina, preparando algo que se había negado que nosotros supiéramos y cocinándolo con precisión y empeño. Al final, lo conseguí saber, y mi hijo también, de tal palo tal astilla y cuando se trataba de San jacobos nuestro olfato nunca fallaba. Por lo que, sin poder evitarlo, nuestro pequeño terremoto con el flequillo despeinado se cuela por detrás para que su padre no le pille robando un cachito chiquito para él, y otro para mí.

Misión cumplida.

Punto para los flequillos despeinados.

Otro para Luis, por ser él.

Cuando quiero probar las patatas que Luis ha preparado apenas quedan, porque aquí los señores no se habían molestado en dejarme algunas por las que tuve que robar alguna al mayor de ellos, empleando la técnica de su aprendiz.

-Mami -pronuncia alargando la última letra, la cual me sirve de advertencia para saber que me va a poner pucheros- ¿podemos tocar un rato la guitarra los tres? Porfi porfi

Él y sus porfis

Su padre y su mirada.

Cinco puntos para los Cepedas

Esto sería una batalla bien reñida, donde yo pediría la revancha, entre sábanas. Entre risas y besos. Saliendo ilesos.

Como no, y para que las lágrimas me amenacen con salir, ambos entonan "Llegas tú" mientras yo toco el teclado, su padre la guitarra, y las tres voces se unen. La mejor melodía jamás escuchada.

El pequeño acaba cerrando sus ojos de universo y apoyándose en las piernas de su padre, con las manos en su cabeza y acurrucado. Mi labio inferior está cansado de ser víctima de mis dientes que se agarran con fuerza cada vez que veo una imagen como esa.

Cierro la puerta, dejando en un pequeño cuarto azul todo lo que hasta hace unos meses nos unía al gallego y a mí. Y cojo aire, fuerza y me lanzo.

-Luis, ¿Podemos hablar?

-Sí claro, ¿qué pasa?

-Mira, tengo que decirte algo y si no lo hago voy a explotar

-Aiti... Me estás preocupando, suéltalo

-Sigo enamorada de ti

Nos quedamos frente a frente, varios segundos, él me recorre entera con la mirada, sabiendo como poner de punta cada lugar de mi piel, encender todos mis sentimientos y hacer que mis nervios florezcan.

Agarra mi cara con sus dos manos, me acaria y me acerca bruscamente a él, nuestros labios se juntan y la nicotina pasa de su boca a la mia en cuestión de segundo. Yo era adicta. Pero a él.

Y cuando la guerra de lenguas terminó supe que la lluvia nos volvería a sentir. Una y otra vez.

Pero esta vez no me quedaría con la miel en los labios. La saborearía desde los suyos

_______________________________________

Holaa!!! Siento las horas de publicar, espero que alguien a parte de la Mari esté despierto, sino, buenos días (o noches). Pues por fin, aquí tenéis la "reconciliación" que sólo acaba de empezar. Ya no me entrego mucho más, espero que os haya gustado y que comentéis vuestras opiniones. No olvidéis que también lo podéis hacer con los hashtags:
#yodescolocotodo #descolocastodoff

OS LEOO!!! Besooos💙💛

Descolocas TODOHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin