Vuelve

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Narra Aitana

Estaba en el hospital, Luis estaba a mi lado y yo por lo que parecía estaba ingresada. Vi como Luis derramaba una lágrima y agarraba mi mano con fuerza.

-Luis ¿Qué hago aquí?

Vi la cara de sorprendido de Luis al verme hablar, estaba un poco en shock. Me dijo que ya me lo contaría, que ahora iba a avisar a los médicos.

Un señor mayor, con una bata blanca apareció por el umbral de la puerta.

-Hi, Aitana -Al ver que me hablaba en inglés, recordé que estábamos en Londres, realmente no me acordaba de nada, es cómo si me hubiesen borrado la memoria.

El médico me estuvo haciendo pruebas, y me dijo que lo mejor era que me quedase esa noche en el hospital, por si pasaba algo y que si mañana estaba bien me podría ir a casa. Cuando el médico se fue, nos quedamos Luis y yo solos.

-Luis que me ha pasado?

-Aitana... desapareciste, fuiste a la academia de piano y no volviste, cada día me mandabas una letra y un número, a los 5 días formastes una calle y un número y fui a por ti. Estabas tirada en el suelo y tenías moratones.

-Dios mio... y ¿Cuánto llevo aquí?

-3 días, estabas inconsciente.

Sentía miedo, miedo que pudiese volver a pasar, de no estar protegida, empezaba tener flashbacks de lo ocurrido.

Profesor

Fiesta

Vicente

Sola

Miedo

Violación

Maltrato

Escondite

Cama

Pelea

Luis

Mi cuerpo se congelaba cada vez que recordaba algo y eso se debía notar por mis facciones de la cara, las que puso a Luis en alerta. Le conté todo, todo cuanto yo sabía y recordaba. Luis dijo que era mejor si me iba a Barcelona un tiempo que mis padres estaban preocupados y que así vería a todos y me recuperaría más tranquila.

-Sólo si tú vienes -dije afirmativa, no iba a aceptar un no por respuesta.

-Aitana, tengo que trabajar, si quieres voy a verte todos los fin de semanas que pueda pero no te preocupes que te vas a recuperar muy pronto.

Y así fue, tres días después de salir del hospital Luis y yo cogíamos un avión hacía Barcelona, tres horas de vuelo que se pasaron como segundos, tal vez porque me dormí o porque con los momentos con Luis se me pasaban volando y que ironía.


Al llegar allí nos esperaban mi madre y mi padre, clavados en el suelo de la salida del aeropuerto con una sonrisa que iba creciendo por momentos. Yo no aguanté más, miré a Luis y él me cogió la maleta para que saliese corriendo a abrazar a mis padres y, así hice. Estuve abrazada a los dos, el abrazo acompañado por unas lágrimas de emoción. Luis llegó detrás, con nuestras maletas caminando a paso ligero.

-Ay Luis, que bien que hayas venido, muchas gracias por todo, de verdad -se pronunció mi madre, mientras que se daban dos besos
-Pero hombre, no le dejes al chaval con las dos maletas, anda traer -dijo mi padre cogiéndole la maleta al gallego para después darse un abrazo.

Y es que, aunque en persona no se conociesen, ya habían tenido miles de conversaciones por teléfono e incluso videollamadas en las que él había aparecido, al igual que con la familia del chico.

Estábamos en el coche, Luis y yo en los asientos de atrás, agarrados de los pulgares, una manía nuestra. Estaba embobada viéndole apoyado con la cabeza en el cristal, mirando las gotas caer, por que si, llovía, caían chuzos de punta, cosa que nos encantaba.

Llegamos a mi casa y como estábamos cansados fui directa a enseñarle mi habitación.

-¿Qué haces? -preguntó cuando vio que estaba cambiando una foto.

-Ponerte en mi habitación -dije terminando de colgar unas fotos nuestras y dándole un pico

Al final él me acercó más agarrándome de la cintura y yo de la nuca, iniciando así una guerra de besos.

-Aitana, para, no es el lugar adecuado -dijo riendo

-Joee Luis... eres demasiado políticamente correcto

-Lo sé- dijo mirándome con cara pícara

-Bueno, pues nada, vámonos abajo

-Pero no te me enfades -dijo riéndose

Narra Cepeda

Cuando bajamos sus padres nos avisaron de que se iban a dar una vuelta y que comerían por ahí.

-Si os apetece, podemos cenar en el bar de siempre -dijo Cosme

-Me parece bien, ¿te apetece Luis?

-Si, me parece genial

Sus padres se despidieron de nosotros y yo cogí a Aitana como una princesa, la subí a su cuarto y la tumbe en la cama. Empecé a dejarle un recorrido de besos y ella no hacía más que reírse. Empezó a besarme el cuello, sabía de sobra que eso me volvía loco, ella me volvía loco. Nos quitamos la ropa despacio, teníamos todo el tiempo del mundo o eso creíamos, Aitana sacó un preservativo y ahí empezó la gloria.

Después del placer llegó morfeo, cayendo ambos en sus brazos.
Cuando nos despertamos decidimos darnos una ducha y prepararnos para la cena con sus padres.

Cuando yo ya estaba listo bajé a donde nos esperaban sus padres, de repente apareció ella, iluminando todo, de una vez. Cuando llegó abajo me abrazó y yo le dije que si no iba muy arreglada y ella me contestó sacándome la lengua y es que sus niñerías me dan la vida.

La cena transcurrió normal, me sentaba al lado de Aitana, Cosme en frente mía y Belén a su lado. Hablamos de temas banales, me preguntaron sobre mi familia, trabajo, aficiones y algunas cosas más. Les conté que me gustaba cantar y componer pero que sólo lo tenía como hobbie porque no tenía potencial, a lo que Aitana negó esta afirmación

-Canta genial y sus letras son preciosas, lo tenéis que escuchar, de verdad, es increíble.

Cuando llegó el momento de los postres Aitana se pidió un brownie de chocolate y yo un helado de oreo. Cuando me lo trajeron ella empezó a comer de mi postre.

-Oye! Que es mi postre ladrona

-Lo sé -dijo dejando un beso en mi mejilla

Ambos empezamos a reír, ojalá estuviésemos siempre.

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Holiiis!!! Ya estoy de vuelta, espero que os haya gustado el capítulo y que lo votéis. Por ciertooo, en que momento hemos llegado a las 1k visualizaciones!!! Esto es gracias a vosotros y os mando miles de besos y abrazos💛💙💛💙

PD: darme vuestra opinión de como va y decirme cuál es

Descolocas TODOWhere stories live. Discover now