Contamos estrellas

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Se despierta desnuda, oye unos pasos descalzos hasta que ve aparecer al hombre de su vida. Trae una bandeja con tostadas, café y miel, mucha miel, hasta en sus labios.

Desayunan tirados en la cama, abrazados mientras ven las noticias en la televisión. Cuando ya han terminado van a darse una ducha para vestirse e ir a un lugar que el gallego desconoce. Si ya la noche de ayer fue una de las más especiales, la catalana le asegura que ni se imagina lo que está por venir. Y en eso tiene razón, para él, su cumpleaños se celebró entre ayer y hoy por la ausencia de todos al día siguiente pero lo que no se va a imaginar es que una personas muy especiales le esperan en la estación de tren.

Al llegar allí sólo se ven rodeados por un montón de gente, Aitana a diferencia de Cepeda que no sabe a quién espera, encuentra a sus invitados y sale en su busca. Cuando ya están en frente de él, el gallego no cabe en sí de la alegría de volver a verles. Abraza primero a su hermana que al igual que a su madre, la llena de besos, su padre es el siguiente al que se queda abrazado durante un tiempo y si sobrina, que espera de la mano de Aitana, es la que más besos y achuchones recibe por parte de su único tío pero también su favorito.

Dejan el coche en el hotel donde dormirán los padres de Luis y la hermana y es que la adolescente, a base de pucheros aliados con sus tíos han conseguido convencer a la madre ora que duerma con su primo pequeño. Los tres se despiden y montan de nuevo en el coche hasta casa de Amaia donde recogen de nuevo a Teo para ir a casa. Los dos adultos no pueden morir más de amor con el pequeño y su prima, que no les de sacarle carcajadas y de dejar besitos por todo su cuerpo. Al llegar a casa, mientras que se hace la comida, macarrones a petición de María, cocinados por el chef Cepeda, las dos chicas de la casa bañan al pequeño demonio.  Comen unos macarrones con tomate preparados por el gallego que para todos saben deliciosos ya las cuatro de la tarde se acercan, Aitana le hace entrega a tito y sobrina de unas entradas para ver "El rey León".
La catalana no consigue diferenciar a cuál de los dos que saltan por el sofá les hace más ilusión ir a aquel musical.

Tío y sobrina cogen el metro para llegar hasta el teatro de la gran vía y como contra todo pronóstico llegan más pronto, el gallego le hace una mini ruta turística por esas calles de Madrid, además de unas cuantas fotos. Unas palomitas no son suficientes para ambos que deciden coger también chucherías para acompañar el espectáculo. Todos son risas desde que empezó, salvo con la muerte de Mufasa, que consiguió que a María se le cayese alguna que otra gotita de agua de los ojos. Cuando el musical termina los actores se ganan una gran ovación por parte del público, que se ha quedado anonadado ante ellos.

Pasean unos 15 minutos hasta llegar al parque del Oeste, dónde charlan de distintos temas hasta bien entrada la noche. Piden bocadillos en uno de los puestos del lugar, y se sientan en el césped a comérselo. Si bien ambos están disfrutando como niños del día, tampoco pueden evitar que un poco de pena les invada al recordar todos los momentos en Galicia.

Quizá fue la adolescente quién peor llevó la marcha de su tío, sobretodo cuando su padre también se fue y no la quedaba nada. Ellos siempre fueron uña y carne, eran completamente inseparables. Se podían pasar las tardes de domingo mirando las estrellas en el lago que estaba casi al lado de su casa, enseñando a contar a la pequeña. O las tardes después del colegio donde cogían la Nintendo y jugaban al Mario Bross hasta quedarse sin vidas. Y sus maratones viendo la WWE mientras su abuelo les intentaba convencer para ver el Pasapalabra. Quizá fueron todos esos momentos quién la enseñaron lo bonito de tener una familia. Quizá ella sólo desea que su tío no se vaya, que sea para siempre, que sea el padre que un día la dejó a ella en tierra para contar su estrella.

-Tito

-Dime pequeña

-Oye! Que ya tengo casi 15 años

-Uy, no sabía yo que fueses ya tan vieja

Ambos echan a reír, hacía tiempo que ella no lo hacía.

-Mamá me ha dicho que papá es una de esas estrellas que contamos

-Tu mamá tiene mucha razón- contesta acariciándola l cabeza

-Mira! Una estrella fugaz

-¡Pide un deseo kuqui!

-Que todos los años vengamos a contar estrellas

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Holaaa!!! Ya estoy aquí otra vez jajaja. Esta vez voy a ser muy muy breve (lo prometo) que tengo ganitas de pisar ya el mar. Bueno, que espero de toda patatita q os haya gustado muuuuucho y que lo hayáis disfrutado.
QUEDAN 4 CAPÍTULOS para seguir recordando lo mucho que os cuero mucho y que os voy a echar de menos.
Nos vemos en el próximo capítulo

OS LEOO!! Besooos💙💛

Descolocas TODOWhere stories live. Discover now