Descolocas TODO

Hasta el sol

Pasean Aitana, Emma, Teo, Luis y Amaia por el Carrefour para comprar el material del cole para Emma. La pequeña que iba agarrada a su tía y a su madre dando pequeños saltos sale corriendo al ver todo un estante de pinturas de cera de cientos de miles de colores, como dice ella. El gallego, que lleva en brazos a su hijo mientras le hace pedorretas, empieza a reírse cuando ve como la pequeña consigue que las dos mayores corran detrás de ella por todo el supermercado. El carro se acaba llenando de una mochila de Frozen, -película favorita de la pequeña- un gran paquete de ceras de colores, unas pinturas de madera, unos cuantos rotus y unos cuadernos de estampados Disney.

Comen en un Burguer King a petición de Emma, que salta de la emoción al ver que su pequeña ilusión se cumple.
Los dos pequeños, -Teo agarrado de su madre- se tiran por los toboganes que hay en la zona de juegos, y aunque a Emma le encante coger a su primito, a veces hay que recordarla que no es un muñeco y que hay que tener más cuidado, cosa que suele compensar con un beso suave en su cabecita como los que le da su tito. Al final, todos acaban jugando con ellos en el parque hasta que Amaia recibe una llamada.

-Chicos me tengo que ir. ¿Os podéis quedar con Emma?

-Claro -responden a la vez

Amaia se despide de todos con muchos besos y después sale corriendo hacia la parada de bus.

Siguen durante un rato jugando en el parque del Burguer hasta que ya es la hora de la siesta.

-Bueno renacuajos, ¿qué os apetece hacer?

-Ir a la pichina -exclama ilusionada la pequeña

-¿Yo también soy un renacuajo? -pregunta el gallego con un puchero

-No, tu eres mi Pedrito

-Anda hacía mucho que no me llamabas así

-Pues vete acostumbrando a tu nuevo nombre

Llegan los cuatro a casa, tiran un colchón en el salón y ponen la peli de "Mulán" a petición de las reinas de la casa. Acaban todos dormidos, Aitana con su cabeza apoyada en el hombro de Luis que tiene a Teo dormido en su pecho mientras Emma reposa en las piernas de su tía disfrutando de sus caricias inconscientes en el pelo. El cuenco de palomitas estaba tirado en el suelo, medio vacío, medio lleno.

Pero que más daba, si la vida se trata de romper esquemas. Que más daba si podían disfrutar de la lluvia, de los chuzos de punta. Que más daba si un día había guerra de cosquillas. Que más daba si todas las tardes fuesen de canciones. Que más daba esperar un mes entero para volver a ver a una persona. Que más daba la distancia si se podía solucionar con una videollamada. Que más daba si todo "te quiero" era de verdad.

Que más daba, si ellos estaban juntos y la tierra se paraba

Amaia todavía no ha vuelto y eso le preocupa a su amiga que no sabe nada de ella. El gallego, que sabe que la pequeña también nota la ausencia de su madre, la propone jugar un rato con sus muñecas. Y ahí están, ella sentada en indio, él de rodillas, vistiendo y peinando muñecas, escuchando la risa de la pequeña al ver como su tío hablaba con unas muñecas de plástico que no serían capaces de escucharle. Aitana está apoyada en el marco de la puerta, viendo la tierna escena mientras que abraza a Teo.

Son ya las nueve de la noche cuando deciden pedir pizza aún sabiendo que la madre de la niña les regañase por tanta comida basura durante el día. Jamón y queso para la pequeña y algún cacho que le roben sus tíos, barbacoa para ellos y otra peli, que no podía faltar.

Termina "Frozen" y los mayores se ponen a recoger lo poco que han ensuciado. Emma, que está muy aburrida porque su primo se ha dormido decide ir a donde escucha las carcajadas de su tia. Llega a la cocina y se esconde tras el marco de la puerta, así puede ver la guerra de cosquillas que echan sus tíos sin ser vista. Al final, viendo que esa guerra no parece acabar, se une a ellos saltando y haciéndoles reír. Todos acaban bien manchados de espuma, hasta la pequeña que se intentó pero no consiguió escapar.

-Titos, ¿poremos ir a dar un pacheo? Porfi, porfi -pregunta la niña con su voz de bebé y un puchero de esos que le enseñó a poner su tita

-Está bien, pero uno muy cortito

Caminan dando una vuelta por las calles del barrio, hacen alguna que otra mini parada en los parques que se van a encontrando hasta llegar a una heladería.

-Yo lo quero de nata porfi -contesta la pequeña a la heladera que está en brazos de su tío para ver mejor los helados

-Yo una tarrina de oreo -pide la catalana

-Yo también gracias -termina de pedir Luis

Caminan ya para casa de vuelta, Amaia les pidió por favor si se podía quedar su hija a dormir con ellos, aceptaron sin ningún pero aprovechando que los colchones ya estaban tirados por el suelo. La nueva inquilina de su casa durante una noche iba en brazo de su tío, intentando terminarse el helado de nata mientras le daba vueltas a su pequeña cabeza. Su tita que pasea al pequeño de su primo en el carro es una de las causantes de sus dudas.

-Tito, cuano nació Teo yo dejé de ser ipotante? -pregunta con los ojos aguados

-Claro que no pequeña, tú no ves que yo te sigo queriendo mucho mucho?

-Y la tita?

-La tita tampoco mi amor -responde ella - Nosotros te queremos hasta el cielo

-Pos yo os quero hasta la luna -exclama la niña con los brazos lo más alto posible

-Pues yo os quiero a los cuatro hasta el Sol

El Sol, la estrella más grande, hecha de fuego, indestructible, al parecer. Y su amor, que llegaba hasta allí, era mucho mejor que aquel astro.

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Holaa!! Voy a confesar una cosa: he llorado escribiendo este capítulo. ¿Por qué? No lo sé, pero he llorado y reído mucho con él. Así que espero que lo hayáis disfrutado, aunque sea la mitad que yo (que eso ya es mucho) y que os haya transmitido, ya me doy por satifescha. Es lo único que busco, transmitir, y aunque solo sea uno de vosotros quién haya sentido algo leyendo mis palabras, porque esa es la magia de leer, y la de escribir. Y dicho esto, me voy, pero vuelvo dentro de ná que QUEDAN 2 EPISODIOS Chan Chan Chan Chaaaaan jajaja, estoy que me muerdo la uñas hasta yo. Os quero, más allá del Sol y de todo el universo.

OS LEOO!! Besooos💙💛