O n c e

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—Ma... Matense.

Todo es oscuridad.
No puedo moverme, espero que solo sea una pesadilla.

¿Les habré hecho daño?

Algo dentro de mí siempre lo supo, yo solo lastimo a la gente, no importa que haga, no importa que quiera y mucho menos importa si alguien confía en mí. Siempre termina del mismo modo.

¿Por qué? ¿Qué está mal conmigo? ¿Es por esta maldita habilidad?

Sabía que nunca fui plenamente capaz de controlarla, pero nunca supe porqué. Aún no lo sé y no parece que vaya a saberlo.

Siento que estoy hundiéndome cada vez más profundo en el mar, ni siquiera lucharé por salir. Estoy cansada, no quiero regresar y ver que he... si he matado a Kunikida-san o Atsushi. Prefiero huir, no importa si es cobarde, yo soy así.

"Eres un monstruo, debi matarte cuando pude, solo traes desgracias a nuestra familia."

¿Familia? ¿Qué familia? Yo nunca tuve familia, mi primer recuerdo es solo Mori-san sonriendo y tendiendome su mano.

Pov Dazai

—¡¡Fumiko-chan, tú no eres la culpable!! ¡¡Fue mi culpa!! ¡¡Por favor!!

Me acerqué al ver él rostro de Fumiko, aunque carecía de emoción alguna, era distinto de la expresión típica de ella aunque alguien que recién la conoce no pude notar la diferencia, yo sí. Sabía que pasaría si esta vez solo me quedaba parado sin hacer nada, Kunikida y Atsushi corrían peligro. Si yo no tenía cuidado, también podía perjudicarme.

Ella era solo una niña cuando Mori la encontró, cubierta de sangre en esa gran casa. Aquel evento fue tan traumatico que su mente lo bloqueó por completo, nosotros no teníamos ni idea de que su habilidad podría llegar a ser un arma de doble filo. Tan peligrosa para los demás pero aún peor para ella.

—Ma... Matense.

Mis ojos se abrieron aún más y corrí lo más que pude para tocarla pero Kunikida sacó su arma y Atsushi se convirtió en tigre, estaban a punto de enfrentarse hasta que me vieron e intentaron atacarme, si no podía llegar a ella ahora, era el fin.

Si tan solo hubiera hecho caso a Mori-san, es de lo único que me arrepiento, yo soy el culpable de esto, a pesar de que la Port Mafia lo ordenó, yo pude negarme. Lo siento Fumiko-chan.

Pov Fumiko

Veo a la espalda de una mujer, algo me dice que no me acerqué, puedo sentir algo familiar y una maldad extraña. Mis pies se mueven inconscientemente aunque todo lo demás está oscuro, hay un camino hacía ella, conforme me acercó siento una presión en mi pecho cada vez más fuerte.

—Vaya, sigues viva. —me detengo al escuchar la voz de esa mujer.— es una lástima o debería decir: es un buen castigo.
—¿Quién eres? —digo y siento que me falta el aire.
—Si aún no me recuerdas esta bien —dice para luego reírse— me gusta la incertidumbre que sientes ahora. No morirás aún, no lo permitiré.
—¿Por... —me desplomé, era como si alguien estuviera apretando mi cuello.

La mujer se giró un poco perono logré ver su rostro, al menos no completamente, solo su sonrisa. Una macabra sonrisa, sentí un frío horrible.

—Tu sufrimiento siempre me ha encantado. Fumiko. Nos veremos luego.

Traté de levantarme y serguirla, pero me fue imposible. Todo se volvió pesado otra vez y cuando abrí los ojos estaba en los brazos de Dazai-san. Estaba otra vez en la realidad, miré a los lados y pude ver a Kunikida y a Atsuhi a salvo, aunque un poco agitados. Dazai-san me miraba aliviado y con una sonrisa, yo aún no entiendo me levanté.

—¿Qué pasó? —dije.
—Te desmayaste —respondió Dazai-san— seguro no estás alimentandote bien.
—Tu deberías ocuparte de eso, Dazai. —respondió Kunikida.
—Lamento haberlos puesto en peligro, Kunikida-san, Atsushi-kun. —dije haciendo una inclinación.

De pronto alguien palmeo mi cabeza, era Dazai-san.

—¿De qué hablas Fumiko-chan? Solo te desmayste.
—No estuvimos en peligro, ahora debemos volver a hacer nuestro trabajo. Quedate aquí por el momento, descansa. —dijo Kunikida.
—No te preocupes Fumiko-san, la única que corrió peligro fuiste tú, al desmayarte. —le Siguió Atsushi.

No lo entiendo, claramente yo había utilizado mi poder en ellos, aún si no fue mi intención. Yo había tratado de matarlos, o bueno esa cosa lo había hecho pero no había duda de que ellos... ¿Por qué? ¿Acaso todo está en mi cabeza? Eso no es posible.

Esa mujer, esa mujer tiene que ver con esto pero ¿Quién es?
Debo descubrirlo, debo hacerlo para llegar a la verdad y controlar esta habilidad de una buena vez.

—Fumiko-chan —miré hacia arriba y Dazai-san se acercó a mi para presionar sus labios en la comisura de los míos — yo te protegeré. Lo prometo.

Mis mejillas ardían, todas las veces que esto pasa es por culpa de Dazai-san, ¿Acaso soy alérgica a él? Mi corazón late rápido, la cercanía de él no me incómoda, es difícil de explicar.

No entiendo nada, ¿Qué me pasa con Dazai-san?

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Lo Que Nunca Pensé Tener  Where stories live. Discover now