C u a t r o

6.2K 631 82
                                    

Estaba alenjándome cada vez más, no solo de aquel edificio en medio del bosque en donde tenía una misión junto a Chuuya y Akutagawa, sino también de esa vida, de la Port Mafia. Cada paso que daba era difícil porque estaba asustada, jamás pensé sentir eso pero lo estaba, sabía que no había forma de volver atrás, de arrepentirme.

Corría entre los altos árboles de ese bosque con la esperanza de que todo saliera bien, no había planeado nada exactamente, solo tenía un fajo de dinero que Chuuya me había dado. Ahora estaba sola, pero lejos de la Port Mafia. Gracias a la ayuda de Chuuya fue más fácil escapar sin que Akutagawa y otros se dieran cuenta, simplemente me quedé en la primera planta con Chuuya y el me dio el dinero para luego sacarme de ahí por alguna razón no dejó que usará mis poderes, no dejó que asesinara a alguien.

—Vas a empezar una nueva vida Fumiko, no te manches más las manos. —volteó a verme con una sonrisa— ahora vete antes de que me arrepienta.
—Gracias Chuuya.

Después de eso me marché aunque Akutagawa no es imbécil y me están persiguiendo ahora mismo, tal vez muera en este bosque, entre estos árboles, sola. No importa, siempre estuve sola, y por fin me siento libre por más raro que suene.
Ser perseguida por muchos hombres armados y sentirse libre no es normal pero es lo que siento.

Ya no tengo miedo, esto es lo correcto.

Mi habilidad no es defensiva, es ofensiva, las melodias causan muerte o dolor excesivo que terminan con la gente suicidandose, si queria hacer que alguien hiciera algo específico llevaba un poco más de tiempo y era eso a lo que se referia Mori con otra habilidad, en realidad mi habilidad era más compleja que solo matar a gente sin tocarla.

No maté a nadie pero los dejé imposibilitados de seguirme, estaba exhausta, excepto por él. Ryounnosuke Akutagawa.

—Ríndete.
—No ahora.—dije.
—No querrás que te lleve a la fuerza, Hayashi.
—No puedes, Akutagawa. Si quisiera ahora mismo te mataría.
—Tu poder tiene límite. Volverás por las malas entonces.

No lo iba a matar, solo tenía que escaparme de él pero en esta situación era un poco difícil utilizar mi habilidad, como él dijo esto tenia un límite y estaba en el, justo ahora. Estaba cansada y ya no podía utilizarlo por más de un minuto, eso no era tiempo suficiente para escapar.

—Lo siento. No volveré. —lo miré y me saqué  los audifonos y activé mi habilidad.
—Rashoumon —esas cosas se dirigían hacía mi.

Sin los lentes de contacto podía ver los miedos más profundos de mi oponente y convertirlo en realidad en su mente, mientras que las melodías lo hacían aún peor, realmente era una tortura para ellos. Aunque esto con mi condición solo podía durar un minuto, pero con la brutalidad de esto le llevaría tiempo recuperarse. Siempre hay una desventaja, esto me provocaba un gran dolor y si lo utilizaba por demasiado tiempo podía perder la cordura o morir. Se como pelea Akutagawa, los movimientos que realiza, cuando está cansado y otros factores de los que sacaría ventaja.

—Lo siento.

Mientras Akutagawa luchaba contra su propios miedos yo pude escapar, en realidad no sabía ni a donde iba, no tenía nada aquí. Lo único que puedo hacer es seguir corriendo hasta llegar a algún lugar lejos de todos ellos.

Cuatro años después...

—Yamazaki, quería saber si estas libre esta noche.

Vaya que me costó ubicarme en la ciudad, realmente no entendía todo esto de trabajar en otra cosa que no sea asesinar, por suerte una mujer me ayudó en ese entonces tenía dieciséis años y una larga lista de personas que había asesinado, obviamente no le dije esa parte solo que corría peligro aún así la mujer solo sonrió y me dio un lugar dónde vivir hasta que hace dos años falleció, pero conseguí un trabajo en una cafetería del lugar. Estaba en una parte muy alejada de la ciudad de todas formas tenía que siempre estar alerta por si alguien me encontraba.

—De hecho tengo planes.

En la cafetería habían clientes habituales, uno de ellos era un joven un año mayor que yo que trabaja en unas oficinas cerca de aquí su nombre era Kazuomi.

—Y nuevamente Kazu-chan es rechazado por Ren-chan.

Nadie sabía mi verdadero nombre solo la mujer que me cuido, para todos los demás yo era Rena Yamazaki, utilizaba el apellido de la mujer y el nombre fue lo único que se me ocurrió.

—Realmente debo hacer algunas cosas, lo lamento.
—Rena-san realmente quiero salir contigo.
—Kazuomi-san yo realmente no estoy interesada en salir con alguien.

El sonrió, se despidió de mi y Mei, la otra mesera. El día pasó como siempre y finalmente terminó mi trabajo, me despedí y caminé hacia mi casa, antes de la amable mujer. Hacía mucho frío hoy, demasiado. Calles solitarias, un callejón oscuro, todo era perfecto para un crimen.

—Rena-san... —lo sabía — o debería decir Fumiko Hayashi-san.
—¿Quién eres realmente, Kazuomi-san? —dije volteandome para mirarlo directamente.
—Estás a punto de averiguarlo.

Lo Que Nunca Pensé Tener  Where stories live. Discover now