Agente 1546

Capítulo 9: Ataque

Sólo habían pasado cinco minutos desde que recibí el mensaje cuando oí una explosión. Me giré y vi el humo, era cerca del camino que tenía que recorrer el vehículo para llevar a los hermanos al instituto.

Rápidamente me eché a la orilla y contacté con Marcus.

—Dime por favor que el mensaje de James no tenía nada que ver con una explosión en la ciudad —rogué.

—Maldita sea, esos malnacidos han operado antes de tiempo —le oí decir—. Agente 1546, su trabajo es proteger a toda costa a los cuatro hermanos. El agente Silver y su patrulla ya están cerca de la zona. Reúnete con ellos —me ordenó.

—A la orden.

Conduje lo más rápido que pude y en cinco minutos llegué a dónde había ocurrido la explosión. Por suerte, el vehículo no se vio afectado, pero por poco. Sin embargo, estaba en la línea de fuego.

Me bajé velozmente de la moto, cogí mis dos berettas 92, me aseguré de que estuvieran cargadas y las amartillé.

—Agente Silver, póngame al corriente de la situación —demandé poniéndome a su lado mientras le cubría y empezaba a disparar mi arma.

—Son diez hombres y cuentan con dos francotiradores, en total doce. La explosión la consiguieron con una mezcla de explosivos y dinamita colocadas en sitios estratégicos, está claro que era un ataque contra los hijos de Richard Stone.

—Bien, asegúrese que parte de sus hombres eliminen a los francotiradores y la otra mitad me cubra. Que los hermanos no se vean envueltos en esto y que los heridos sean los mínimos.

Él asintió y habló por el pinganillo que tenía en la oreja.

—Ya habéis escuchado, os quiero a todos en formación. Permíteme que la cubra agente 1546 —dijo refiriéndose a mí.

—Será todo un honor. ¿Listo para la cacería?

Me encantaba decir esa frase antes de ponerme en serio, y él lo sabía. Aunque tenía treinta y dos años, le gustaba bromear. En el trabajo era demasiado serio y estricto y su nombre real era Chase Sullivan y me sobreprotegía en ciertas ocasiones porque le recordaba a su hija. Ella y su esposa murieron en un dudoso accidente automovilístico que la Organización estaba investigando.

Chase tenía el cabello oscuro tirando a negro, unos profundos ojos azul celeste y lucía una barba incipiente que, junto a sus ojos, le hacía lucir muy atractivo.

Él asintió y nos pusimos en posición. No podía preocuparme por los francotiradores así que me centré en los diez hombres que teníamos delante. Aunque conmigo éramos diez, cuatro hombres habían ido a por los dos de la azotea.

Empuñé mis armas y empecé a disparar sirviéndome de un coche como escudo. Chase estaba a mi lado cubriéndome el lado izquierdo.

Las balas se me habían acabado y tenía que recargarlas, habíamos tenido dos bajas, no eran a muerte, pero eran lo suficientemente graves para dar la orden de que se retirasen. No veía a los francotiradores y el enemigo estaba ganando posición, debía de hacer un movimiento arriesgado.

—Agente Silver —llamé—. Es hora de mostrar los colmillos, cúbrame —otra frase que me encantaba decir cuando iba a vida o muerte. Todo o nada.

Él sólo me miró sombríamente antes de asentir.

—Ten cuidado —me advirtió.

Aunque sonó seco, sabía que estaba lidiando con sus emociones internamente, una vez James le sugirió retirarse y él se negó rotundamente a pesar de todo, este trabajo era lo único que le mantenía a flote, la Organización. Creo que en ese momento estaba reviviendo el pasado.