Capítulo 54: Scheisse

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Estaba en una fiesta, miré a mi alrededor tratando de ubicarme. A lo lejos vi a mis amigas. Un sueño, tenía que ser un sueño mezclado con el recuerdo. Era la última fiesta que estuvimos antes de que se acabase el verano. Aún así, traté de disfrutar de su presencia.

—¿Te diviertes, Aria? —preguntó Lysandra.

—Nunca me había alegrado tanto de estar en una fiesta —me limité a responder intentando disimular mi felicidad.

—Me alegro, es la última en la que estaremos juntas —dijo Kaitlyn.

Fruncí el ceño.

—¿Cómo? —mi mirada recorrió sus rostros y me detuve en los ojos de Allison. No brillaban con su habitual humor.

—Tú lo sabes más que nadie, pertenecemos a mundos distintos.

—Eres una asesina —dijo secamente Kaitlyn. No había emoción en su voz, solo resaltaba un hecho.

—Dijiste que nos protegerías, pero ni si quiera pudiste hacer eso —habló Lysandra.

Me estremecí como si me hubieran golpeado y clavé mi mirada en el suelo rehuyendo sus rostros.

—Me esforcé todo lo que pude —susurré.

—Y tampoco a nosotros —habló una voz.

No levanté la cabeza, no me hacía falta. Sabía perfectamente que quienes se encontraban a su lado eran los hermanos Stone.

—Confiamos en ti, Aria —escuché la voz de Matthew.

—Eres una cobarde, ¿por qué no nos buscas? ¿No significamos nada para ti? —las palabras de Roy eran como puñales en mi corazón.

Esto no era un sueño, esto era una pesadilla.

—Das pena, Aria, le harías un favor al mundo si desparecieras. Por tu culpa, ellas se involucraron y ellos fueron secuestrados.

Algo había cambiado, la voz había tomado un timbre diferente. Levanté la cabeza y me encontré mirando mi propio rostro. Todo había desparecido, la fiesta, ellos... Solo quedaba la oscuridad.

—Es cierto —me espetó mi otra yo, quien se encontraba dentro de un espejo—. No sirves para nada, le fallaste a todo el mundo, a las únicas personas que confiaban y creían en ti. Prometiste que protegerías a todos, ahora lo más probable es que estén a punto de morir a manos de esa mafia.

Desvié mi mirada evitando enfrentarla y vi mi ropa manchada de sangre ajena y de mis manos goteaba el líquido rojizo, formando un pequeño charco a mis pies. ¿Me habían visto así? Al mirar al espejo, mi reflejo también tenía sangre en la cara. El pánico tomó el control.

—¡Cállate! —pegué un puñetazo rompiendo el cristal, intentando callarla, intentando no ver mi rostro manchado.

Cada palabra era como un golpe en el estómago. En el fondo, ya lo sabía, no quería que nadie me lo dijera, no quería que nadie me lo recordase. Trozos de cristales salieron volando debido al impacto, pero también una mano me agarró la muñeca. Retrocedí asustada y la otra Aria salió del espejo.

—Eres monstruo, una asesina, una escoria, pero también una cobarde. Huyes de cualquier sentimiento, pones barreras a la gente de tu alrededor en vez de enfrentarlos. Finges ser fuerte, pero en el fondo tienes miedo al rechazo. Y lo sé, porque yo soy tú.

—No —susurré retrocediendo.

—Te enseñaron a luchar contra monstruos, pero al mismo tiempo, te volviste uno de ellos. No puedes estar a su lado, solo traes desgracia y destrucción. Eres un peligro. No puedes caminar a su lado, tu destino es estar siempre en la sombra. De lo contrario, sabrán lo que realmente eres —sonrió a la vez que avanzaba.

Agente 1546Where stories live. Discover now