Psycho (KimNamJoon)

44

Los minutos pasaban muy lentos, lo bueno es que sentía la adrenalina en mi cuerpo y eso no me dejaba dormir, menos el estar repasando los pasos de mi plan una y otra vez en mi cabeza y las mentiras que diría en cada caso que se me pudiera presentar. En cuanto dieron las tres en punto de la mañana dio comienzo el plan. Con cuidado me quité las cobijas de encima y me senté cuidadosamente a la orilla de la cama para ponerme los zapatos.

—¿Lila? –la voz ronca de Shila me asustó un poco -¿A dónde vas?

—Solo voy por un bocadillo a la cocina, no puedo dormir si tengo hambre

—¿En serio?

—Sí, solo será un momento, tu sigue durmiendo

—...Bien –se giró abrazando la almohada y volvió a dormir

Saqué la mochila de debajo de la cama y salí de la habitación cerrando la puerta. Bajé al sótano y con rapidez prendí la luz haciendo que Fred abriera los ojos y me mirará confundido.

—¿Qué... qué haces aquí? –preguntó, pero no le respondí

Corrí a sus espaldas y desaté sus manos al igual que sus pies cortando las cintas con la navaja.

—¿Qué haces?

—Cállate, te estoy liberando

—¿Por qué?

—Porque eres parte de mi plan

—¿Plan?

—Sí –caminé delante de él –y debes estar completamente callado o te mataré ¿Entiendes?

—Sí

—Vamos –lo tomé del brazo y subimos las escaleras en completo silencio. Salimos de casa y mis ojos localizaron con rapidez la de Shila donde el auto de Adam aún permanecía afuera –vamos

Corrimos entra la oscuridad hasta la casa, la cual agradecí a Shila por no haber cerrado la puerta con seguro.

—Ahora –lo arrojé sobre el sofá de la sala –te liberaré, pero solo si haces todo lo que te pido

—Entiendo –su rostro de miedo me dijo que haría lo que le dijera

—Quédate aquí, escuches lo que escuches, no muevas ni un solo musculo de este sofá ¿Entiendes?

—Sí

Lo miré por unos segundos antes de ir por el pasillo hasta la habitación de Shila. Esta casa era casi igual que la de nosotros. Las casas de esta calle eran las mismas así que fue fácil saber cuál era su habitación.

En cuanto entré, mis ojos se clavaron en el hombre dormido boca debajo de la cama. Me acerqué a él y con suavidad lo giré. Llevaba la camisa desabotonada al igual que los pantalones.

Pedazo de porquería

Me quité la mochila y saqué la cinta con la cual le cubrí la boca, además de antes ponerme los guantes de látex y después amarré sus manos y sus pies.

Teniéndolo atado por completo, lo cacheteé varias veces hasta que despertó y me miró. Se dio cuenta de que estaba atado por el modo en que intento zafarse y sus ojos me hacían saber que estaba entrando en pánico poco a poco.

—Hola, Adam –dije con una sonrisa –¿Recuerdas lo que hiciste a la chica que vive aquí? –por el modo en que abrió los ojos supe que sí –sí, lo recuerdas, genial

Me senté a la orilla de la cama mirándolo a los ojos.

—Lo que hiciste estuvo muy mal –acaricié su abdomen con la yema de mi dedo –y las cosas malas se castigan conforme a la gravedad –comencé a clavar mis uñas rasguñándolo con fuerza y haciéndolo gemir –pero me temo que no tendrás el castigo correcto por la falta de tiempo