Psycho (KimNamJoon)

20

Salí de mi habitación camino a la sala, pero la puerta ya estaba abierta y Namjoon estaba ya arriba del carro.

—¿A dónde iremos ahora? -cerré la puerta del carro y me acomodé en mi asiento

—Iremos a un lindo barrio, te gustará

—¿Siempre son barrios lindos?

—No siempre, pero hoy sí

Encendió el motor y salimos al camino.

El silencio en este carro me estaba matando, así que encendí la radio para poder estar un poco más cómoda.

En el hospital me dejaban escuchar música, una enfermera me regaló un MP3 en el primer cumpleaños que pase ahí, aunque solo me dejaban pasar con él una hora al día y me vigilaban cada cinco minutos para que no tomará los audífonos y me ahorcara con ellos. Sabía cuáles eran las canciones que estaban de moda ahora porque el beneficio de ese MP3 era que también tenía radio.

—No puedes tocar mi estéreo -gruñó en cuanto encendí la música

—Lo siento, pero no me gusta el silencio cuando estoy con alguien más

—¿Por eso prefieres las fiestas escandalosas donde los dueños del lugar son unos alcohólicos drogadictos?

—Oye -lo miré -¿Por qué siempre me reclamas por eso? ¿Ah?

—Yun, cálmate -dijo Owen en mi oído, pero eso solo pude morderme la lengua e ignorar las palabras de Namjoon

—Porque se me da la gana reclamarte por eso

—Yo jamás te reclamo por lo de tu hermano, jamás lo menciono

—Cállate

—Exacto -alcé la voz -cállate si no quieres que le eche limón a tu herida como tú lo haces con la mía

—Eres una tonta

—Y tu un idiota -no quería seguir escuchándolo, así que subí el volumen de la música y me concentré en la vista que pasaba por mi ventana

Imbécil

Después de unos 20 minutos de silencio entre nosotros y canciones una tras otra, llegamos a un barrio como el de la última vez, con casas en mal estado y autos en un estado parecido, solo que, ahora llegamos a un edificio de departamentos de color amarillo con la pintura cayéndose en todo el edificio, dejando ver que el color original del edificio era de color blanco.

Había por lo menos cinco pisos en el edificio y un estacionamiento debajo de él. Entramos en el estacionamiento donde solo había algunos autos en mal estado e incluso algunos parecía estar abandonados ahí.

Algunos de los focos parpadeaban de no sé si ellos estaban mal o la corriente de luz era mala, pero parpadeaban de vez en cuando.

Dimos la vuelta haciendo rechinar las llantas antes de detenerse en un espacio a unos metros de las escaleras.

—¿Vienes? -apagó el motor

—Como si tuviera elección de decidir si voy o me quedo -até mi cabello en una coleta de caballo

—Después de lo de Marshall... puedes decidir por esta vez si quedarte o subir conmigo... -me miró -pero si bajo y no estás aquí, te buscaré y cuánto te encuentre...

—Me mataras, sí, ya me lo has dicho muchas veces -se molestaba cuando lo interrumpía y lo podía notar fácilmente por el hecho de que apretaba la mandíbula -me quedo -dije