Psycho (KimNamJoon)

37

Terminé despertando a las cinco de la tarde por unos ruidos de golpes que venían del sótano.

Abrí los ojos de golpe al recordad quién estaba atado allá abajo así que salté de la cama, tomando el arma de mi mesa de noche y corrí escaleras abajo.

Guardé el arma en la parte trasera de mi pantalón al ver la humillante escena. Namjoon en el suelo, de lado, atado aún como lo había hecho, luchando para liberarse.

Me acerqué a él quedando en cuclillas para quitarle la cinta de la boca.

—¡Suéltame! -gruñó entre dientes

—¿Para qué intentes matarme? No lo creo

—¡Eres una maldita! ¿Cómo mierda quieres que confíe en una mentirosa asesina como tú?

—No -lo tomé del cabello de la nuca y levanté un poco su cabeza -soy una asesina, esos hombres me quitaron todo lo que me importaba en la vida he intentaron propasarse conmigo -solté su cabeza con un levé empujón -me hicieron vivir un infierno -me levanté -y yo les regresé un poco de eso

—No me interesa tu historia, suéltame y lárgate de aquí

—¿Y esperar a que Adam venga y te castigue por haberme dejado escapar? No suena mal ¿Sabes?

—No si le digo que tú estabas con la policía. Te buscaran y te mataran

—No si te mato primero -canté apuntándole a la cabeza con el arma

—No te atreverías

—Estoy loca ¿Recuerdas? -sonreí y terminé bajando el arma -de todos modos, no quiero ensuciarme las manos contigo, después tendría que encontrar una explicación del porqué desapareciste

—¿Y tenerme aquí amarrado te ahorrara esas explicaciones? -sonrió burlón

—No, pero... puedo hacer el trabajo hasta que decidas lo que quieres para tu futuro

—No puedes

—Claro que sí

Lo levanté volviendo a poner la silla en su lugar con algo de dificultad, me coloqué en cuclillas delante de él, alzando mi cabeza para poder verlo directo a los ojos.

—Piensa bien si quieres seguir siendo un idiota o en cómo vamos a hacer para atrapar a Morgan y salvar a tu familia

Su rostro se ensombreció al mencionar a su familia. Me gustaba que me hubiera dicho su mayor temor antes porque ahora podía usarlo a mi favor.

—Piénsalo -le di un ligero golpe en la rodilla derecha -y cuando hayas decidido, llámame, sabes dónde estoy

Lo dejé en el sótano y yo subí directo a la sala donde me dejé caer sobre el sofá, dejando el teléfono de Namjoon y el mío sobre le mesa, juntos.

—¿Qué harás si te llaman para ir a hacer algún trabajo? -preguntó Owen

—¿Qué más esperas que haga? Iré a hacerlo

—¿Sola?

—Ya te dije que sí

—No puedes ir sola

Encendí la televisión y me acomodé en el sofá.

—Claro que puedo. Cállate si no me vas a ayudar

Ahora solo pedía que Logan o Adam no quisieran venir a casa, por lo tanto, no quería que me llamaran recordándome que tenía que ir por un hombre.

Pensando en cómo haría para encontrar información de Morgan, recordé que el único que tal vez pudiera tener una comunicación más cercana con él era Namjoon.

Apagué la televisión y me levanté camino a su habitación. Era el mismo diseño que la mía, solo que había una cama matrimonial en vez de una individual.

—¿Qué estas buscando? -preguntó Owen

—Algo que me acerqué a Morgan

—¿Cómo qué?

—No lo sé, en su teléfono solo está el número de Shila, Logan, Adam y el mío

—¿Entonces?

—Necesito algo más -susurré

Comencé a buscar en los cajones de ropa donde no había más que ropa al igual que en su armario. Había también tres cajas de zapatos con unos botines que ya le había visto puestos, unos tenis que también le había visto ya y la última caja estaba vacía, supongo que aquí iban los tenis que traía puestos ahora.

Ropa en ganchos, pantalones, camisas, chaquetas, cinturones, sudaderas. En los cajones de sus mesas de noche solo había algunas pastillas para el dolor, envoltorios de basura de dulces, condones y más basura insignificante.

Al parecer era mentira que solo yo era la primera en entrar a esta habitación.

—No hay nada -dije con las manos en la cintura mirando la habitación pensando en dónde más podría esconder cosas

—¿Debajo de la casa?

—Cierto

Me tumbé al suelo asomándome debajo de la cama la cual estaba totalmente limpia.

—Debajo del colcho, debajo de la almohada

Levanté el colchón, pero no había nada. Pero cuando levanté las almohadas.

—Te lo dije -alardeó Owen

—Cállate

Debajo de la almohada había una laptop de color negro y una carpeta de color rojo vino debajo de la laptop.

Tomé ambas cosas y me tumbé sobre la cama encendiendo la computadora y en lo que prendía abrí la carpeta. Había recortes de periódicos con noticias de personas desaparecidas, cuerpos encontrados a las afueras de la ciudad, el tráfico de drogas y esas cosas que claramente el responsable eran Morgan y sus hombres.

Cuando la computadora encendió por completo, miré la pantalla de bloqueo.

—Genial -se quejó Owen -ahora el trabajo será sacarle la contraseña

—¿No puedes hackearla o algo así? -pregunté

—¿Tienes el número de serie?

—No

—Será un poco difícil ir por ella a casa, eso podría ser peligroso

—Genial

Dejé la computadora de lado, no le preguntaría ahora la contraseña, es más que obvio que no me la dará.

—¿Qué harás entonces?

—Dejaré que pasen unos días, si no, lo torturare como a los otros dos hasta que me dé la contraseña... en caso de que no me quiera ayudar

—No puedes... hacerle lo mismo

—No perderé mi tiempo siendo buena con él. Si él te cae bien, entonces, ayúdame a conseguir la contraseña -se quedó callado -eso supuse

Apagué la computadora, dejé la carpeta en su lugar y regresé a la sala a mirar la televisión.