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Cerré la puerta del auto y solté un suspiro largo.

Contrólate, Yun

Hace tiempo no tenía un ataque de ansiedad, pero esta clase de cosas me recordaban a mi pasado y recordar el pasado, era malo.

Cerré los ojos mientras me aferraba a la orilla del asiento de mi lado derecho donde Namjoon no podría notarlo como rasguñaba la tela del asiento encontrando en eso un alivio a mi malestar.

—Yun, respira profundo, tienes que controlarte –por una vez en todo este tiempo me alegraba escuchar la voz de Owen –respira profundo, escúchame solo a mi

Comenzaba a sentir como se me cerraba la garganta y como comenzaba a entrar en pánico por eso.

—Lila –abrí los ojos viendo como la mano de Namjoon se movía de arriba abajo frente a mis ojos -¿Qué pasa? ¿Asustada? –se burló

—No –mi voz era débil y cuando respondí pareció más un susurro

Owen seguía hablándome y eso estaba ayudando demasiado.

Suspiré profundo y aclaré mi garganta.

—Estoy bien

—No parece –salimos del callejón directo al camino de nuevo - ¿Cómo lo haces? –le dio la vuelta al volante en la esquina

—¿Qué cosa? –sentí como mi cuerpo comenzaba a relajarse y mi mente igual, el aire llegaba a mi mucho mejor y ya no escuchaba la voz de Owen

—Perdiste tu vida de un día al otro, entregamos ese paquete a un tipo de mal aspecto con el que cualquiera se asustaría y ahora, acabamos de secuestrar a un hombre... y aun así sigues aquí demasiado tranquila

—¿Cómo se supone que tengo que reaccionar? –mantenía mi mirada fija en la ventana, quería que el pasar de las casas distrajera aún más a mi cabeza

—He tenido a chicos con los que he hecho lo mismo y justo para este punto, estaríamos parados a la orilla de la calle, con él vomitando... pero tú –tamborileo con sus dedos el volante –estas como si nada –susurró

—No encuentro el sentido de entrar en pánico cuando no tengo salida de esto –sacudí la huella de tierra que el tipo había dejado en mi ropa cuando lo cargue –es igual a que si me secuestrara y me encerraran, no le encuentro sentido a gritarle a mi secuestrador que me deje salir

—Eres extraña ¿Sabias? –me dedico una veloz mirada - ¿Qué hacías ante de toda esta mierda?

—Trabajaba como secretaria

Por el modo en el que Owen ahogó un grito en mi oído, supe que seguramente se estaba lamentando al darse cuenta de que no habíamos hablado sobre mi pasado eliminando el hospital.

—¿De quién?

—Un abogado

—¿Cómo es que una persona que es secretaria llega a estas cosas?

—¿Cómo es que lo preguntas tan sorprendido? –me burle - ¿Qué hacas tu antes de todo esto?

—¿Qué hacía?

—No creo que lleves poco tiempo aquí –lo miré - ¿Dos años?

Frenamos en un semáforo que, aunque no hubiera carros en las calles, nunca se sabe si hay algún policía vigilando en la oscuridad que se respete el semáforo y no queremos que un policía se acerque a nosotros cuando tenemos a una persona amordazado en la cajuela.

—... Cinco años –susurró y me miró –llevó cinco años aquí

Eso es... bastante tiempo

—¿Cuántos años tienes?

—27

—¿Qué estudiabas?

—... Arquitectura ecologista

—¿Eso realmente existe?

—Es la arquitectura como tal, pero nos enseñan cómo combinar y respetar la naturaleza

—Genial

—No contestaste mi pregunta... ¿Cómo es que llegaste aquí?

—... Llega un momento de tu vida que te cansas, todo es tan rutinario, predecible, se vuelve aburrido y te das cuentas que solo estas desperdiciando tu existencia, solo quería intentar algo diferente

—Arruinaste tu vida por un poco de sorpresas

—Eso creo –miré por la ventana y el resto del camino ninguno de los dos dijo nada más

Cuando llegamos a casa y antes de que yo pudiera bajar del auto él fue directo a abrir la puerta de casa para que pudiéramos entrar rápido con el hombre y no perder mucho tiempo afuera.

No sabía que había un sótano aquí hasta que abrió una de las puertas que no había visto abierta desde que llegue. Bajamos las escaleras de madera gris oscura descarapelándose, que rechinaban bajo nuestro peso. El piso de cemento y las paredes del mismo material hacían que el lugar fuera frío y eso causo que mi piel se me pusiera de gallina al atravesar la delgada tela.

Lo terminamos dejando en una silla de metal gris y mientras yo lo sostenía por los hombros para que no se fuera de lado, Namjoon ataba sus manos por detrás de la silla y luego ató sus tobillos.

—Listo –se levantó del suelo –mañana vendrá Adam y nos dará las siguientes instrucciones

—Está bien

No dije nada y simplemente me di la media vuelta para ir directo a mi habitación, quería quitarme de una buena vez lo zapatos y la ropa, me estaba haciendo sentir incomoda.

—Hiciste un buen trabajo, Yun –me sorprendió escuchar la felicitación de Owen tan de repente

—¿Qué?

—Ya lo dije, no lo repetiré

Me senté sobre la cama para quitarme los zapatos.

—...Gracias... por haberme ayudado a calmarme

—Pensé que no conocías esa palabra

—Lo escuchaste, no esperes escucharlo de nuevo

—Está bien, no pido escucharlo de nuevo    

Psycho (KimNamJoon)Where stories live. Discover now