Psycho (KimNamJoon)

29

La puerta sonó y yo me levanté de la cama corriendo para ir a abrir.

—¿Dónde está? -una mujer de cabello corto, negro, chino, de piel morena, con ojos grandes, vestida con un pants gris y una sudadera negra estaba parada frente a la puerta, con una mochila a la espalda de color morado brillante.

—En su habitación -me hice a un lado para que pudiera pasar

Ambas caminamos hasta la habitación y sin decirle nada se puso a trabajar. Dejó la mochila sobre la cama y de ella sacó cosas para ayudar a curarlo.

Le inyecto anestesia antes de comenzar con todo, se colocó tapabocas, un gorro de hospital y guantes de látex, los cuales no duraron mucho antes de llenarse de sangre y mientras hacía eso yo me fui.

—¿Qué fue eso? -pregunté algo molesta con Owen esperando que él no haya sido el culpable de todo, si decía que sí, me molestaría mucho

—¿Qué cosa?

—Los policías

—No lo sé

—¿No se supone que la policía no tiene que ir a esos lugares?

—Tienen que, hablé con mi jefe y dijo que la policía no se metería en las entregas hasta tener a Morgan -dijo él

—¿Entonces?

—No lo sé, mañana iré a hablar con ellos

Entré al baño y me miré al espejo, en mi costado de la sudadera tenía manchas de sangre así que me la cambié de inmediato por una de color naranja pastel. En cuanto la sudadera bajó por mi cuerpo note de nuevo el temblor en mis manos y algo en mis piernas. Hace tiempo que no me sentía de esta manera y siendo sincera, no me gustaba. La última vez que me sentía así fue cuando mataron a mis padres.

Regresé al pasillo donde la puerta de la habitación de Namjoon seguía cerrada con Shila dentro y no sabía si era buena idea entrar o no, así que mejor regresé a la sala recargándome en donde la pared del pasillo y la de la sala se juntaba, con mis ojos hacia esa maldita puerta de madera blanca amarillenta.

—¿Y si muere? -solté

—No morirá

—Pero... ¿Si lo hace?

—En ese caso -suspiró -tú te quedaras en su lugar y tendrás mayor libertad para buscar a Morgan hasta que llegue un nuevo compañero

Cerré los ojos por un momento tratando de controlas mi frustración.

—¿Tanto te importa?

—¿Qué? -abrí de nuevo los ojos

—¿Tanto te importa ese chico?

—No

—¿Entonces?

—Simplemente quería saber qué pasaría conmigo en caso de que él muriera

—Ah

—¿Ah?

—Simplemente... ah

—Owen... solo no digas nada en un buen rato ¿Quieres?

—Ya, ya, no digo nada

Me giré para caminar al sofá y sentarme un momento con la cabeza recargada en el respaldo mirando al techo, esperando por cualquier sonido.

No sé cuánto tiempo paso pero me había quedado dormida hasta que unas manos en mi brazo me despertaron de un salto.

—Tranquila, soy yo -Shila estaba delante de mí con su mochila a su espalda y las manos en las bolsas de su sudadera