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Yun

No quería levantarme, pero al mirar el reloj recordé que tenía que cambiarle las vendas a Namjoon y no me quedaba de otra, aunque pude permitirme quedarme en mi pijama.

Tomé la caja de primeros auxilios que Shila había dejado sobre la mesa de la cocina y sin tocar la puerta de su habitación, simplemente entré. Él aún seguía dormido.

Quité las cobijas con cuidad, Shila lo había dejado solo con el pantalón, con todo su pecho descubierto haciéndome tener la tentación de seguir el contorno de sus tatuajes con las yemas de mis dedos, pero reprimí esa tentación.

Dejé las cosas sobre la mesa de noche, acomodadas con forme las iba a necesitar y con cuidado, quité el seguro de la venda y antes de desdoblarla de su cuerpo me puse a pensar para ver el modo en que pudiera cambiarlas sin despertarlo, pero tenía que levantarlo para poder hacerlo, tenía que despertarlo, no había de otra.

—Namjoon -lo llamé suavemente pero no despertaba -Namjoon -lo moví un poco más

Al final abrió los ojos parpadeando un poco, mirando a sus lados y después a mi sentada a la orilla de su cama.

—¿Lila?

—La misma

—¿Qué...? ¿Dónde...?

—Te dispararon y estás en tu cama, anoche vino Shila a curarte

—¿Shila?

—Aja, dijo que tenías que quedarte en cama hasta que tu herida estuviera bien cerrada para que no hubiera riesgo de que se volviera a abrir... pero tengo que cambiar tus vendas cada ocho horas, levántate -sonreí

Se recargó en sus codos para poderse apoyar con las manos y hacer fuerza para incorporarse con muecas de dolor y lentamente, bajó las piernas de la cama, quedándose sentado a la orilla de la misma.

Tomé la punta de la venda y comencé a quitarla de su cuerpo hasta llegar a la gasa, la cual, estaba llena de sangre. Quité la cinta médica adhesiva que la mantenía en su lugar con cuidado de no mover demasiado la herida, las suturas con ese hilo negro me dieron algo de ñañaras en cuanto las vi.

Vamos, Yun, mataste a dos hombres torturándolos por días, sangre y gritos por todos lados ¿Y te dan ñañaras unas suturas?

—Shila me contó cómo es que llegó aquí -dije

—¿En serio?

—Sí

—Entonces... le caíste bien

—¿Por qué lo dices? -hice una breve pausa

—A mí no me lo dijo hasta mucho tiempo después

¿Le caí bien?

—Me dejó pensando en una cosa -regresé a la herida

—¿Qué cosa?

—Si ustedes dos llegaron a la fuerza, entonces muchos de los hombres que trabajan para él están del mismo modo y quién sabe por cuanto tiempo... tal vez los hombres de ayer estaban en la misma situación

—Esos tipos estaban en esto por gusto, no te confundas

Tomé una nueva gasa y con un poco de algodón limpié la herida.

—Bueno, esos dos no, pero ¿Sabes la historia de todos los demás?

—No -hizo una mueca de dolor

—¿Qué tal que los demás sí viven en las mismas circunstancias que ustedes dos?

—¿Nosotros dos?

Psycho (KimNamJoon)Where stories live. Discover now