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Un fuerte golpe en la puerta me hizo abrir los ojos, algo asustada y confundida, pero un Namjoon con sus jeans negros, una camisa blanca y algo desgastada estaba parado en mi puerta.

—Vámonos, tenemos una entrega, te enseñaré de qué va esto –no pude vele el rostro por lo oscuro de la habitación y del pasillo, lo que era bueno porque supongo que gracias a eso no pudo ver la cara que tenía, una cara que demostraba mis ganas de asesinarlo por despertarme a esta hora.

Cerró la puerta y gritó desde el pasillo.

—¡Date prisa!

Quité las cobijas de mala gana y miré la hora en el reloj digital circular y de color blanco que había en mi mesa de noche. Eran las 3:45 de la mañana y a mí, lo que no me agravada para nada, a mí siempre me ha molestado que interrumpan mis horas de sueño.

Busqué en mis cajones lo que me iba a poner mientras maldecía a Owen y a Namjoon en mi cabeza. Terminé algo de color negro pensando en si necesitaría camuflajearmé, además de unos tenis por si necesitaba salir corriendo, no estaba segura de cómo sería esto de las entregas, pero algo de precaución no venía mal.

Salí de mi habitación hasta la sala donde él ya estaba esperándome, sobre el sofá, con las piernas extendida y con la mano en su frente y los ojos cerrados.

—Vamos –mi intención era despertarlo porque al parecer no había notado mi presencia

Suspiró y abrió los ojos dándome una mirada, pero no dijo nada, supongo que había elegido bien mi ropa y no había nada de qué quejarse. Tomó su sudadera negra de cierre con gorro y salió de la casa conmigo pisándole los talones.

—¿Qué es lo que tenemos que hacer? –pregunté ya una vez dentro del auto

—Tenemos que entregar eso –con un movimiento de la cabeza señalo a la parte trasera del auto

Había una caja de cartón cerrada con cinta adhesiva trasparente, sin letras, sin logos, sin nada, una simple caja lisa.

—¿Qué es?

—¿Qué crees que sea? –encendió el auto –viene en bolsitas

Ya entendí

—Entiendo

—Claro que entiendes –me miró con sus ojos de furia y no entendía por qué de repente, supongo que él también está molesto de despertarse a las tres de la mañana a hacer estas estúpidas entregas –sino ¿Por qué otra razón estas aquí?

¿Qué?

No entendí el comentario, pero como realmente no me interesaba saber por qué demonios dijo lo que dijo, simplemente lo ignoré mirando por la ventana.

Las casas y edificios pasaban con velocidad al igual que algunos de los árboles. Había dos o tres personas caminando por la calle a oscuras de las que hacían preguntar ¿Qué demonios hacen a estas horas en la calle? Incluso vi a una mujer mayor paseando a su perro en una de las pequeñas plazas que terminó por hacerme fruncir el ceño ¿Cómo es que saca a su perro a pasear a las tres de la madrugada?

Pasamos del centro a un barrio de casas en las mismas condiciones que la nuestra, era claro que las personas de aquí consumían esta mierda.

Estacionamos el auto delante de una cada de dos pisos con la pintura blanca de la fachada ya desgastada y sin ningún coche en la cochera.

Namjoon bajó del auto caminado por ese caminito de cemento hasta la puerta dónde llamó al timbre siendo visto cada uno de sus movimientos por mis ojos hasta que la puerta se abrió y un hombre sin camisa, con un pecho y abdomen marcados por el ejercicio, con tatuajes en todo su bícep izquierdo, con unas bermudas color crema y una cara de sueño que ni él podía con ella abrió.

Psycho (KimNamJoon)Where stories live. Discover now