Psycho (KimNamJoon)

11

Por la mañana en cuanto abrí los ojos lo primero que hice fue respirar profundo, ya no sentía el mismo coraje que antes y podía controlarme, pero lo que me hizo tener más paz, fue que anote su rosto en mi cabeza prometiendo que él sería hombre murto una vez que todo esto terminara. Le haría la visita que él quería, pero a mi manera.

Dejé mi cama y tomé ropa limpia para darme un baño antes de que Namjoon se levantará y volviera a entrar al baño, aunque esta vez me aseguré de ponerle el pasador a la puerta.

Me di un baño y desayuné, todo eso sin que él hubiera despertado aún, lavé mis platos, recogí un poco la cocina y solo cuando encendí el televisor él apareció en la cocina, con el cabello mojado después del baño que se había dado.

Preparó su desayuno en silencio y se sentó en la mesa de la cocina mientras yo miraba un programa de concursos.

—¿Cómo llegaste hasta este lugar? –había terminado de desayunar y ahora me hacía compañía en la sala, sentado a mi lado, alejado de mi

—Fui a un bar y escuche a Adam hablando con ese tipo sobre el nuevo recluta y que tenían que reclutar más personas, quiso matarme, pero logré que no lo hiciera –cambié de canal –y aquí estoy

—¿Por qué estabas con Adam? –su tono era firme y se podía notar un poco de molestia

—¿Por qué será? No me digas que no has pensado que soy una zorra o una puta... o las dos

—¿Por eso estabas con Adam?

—Algo así

—¿Algo así?

—Aja

—No entiendo por qué las chicas siempre se meten con hombres malos

—No entiendo por qué los hombres siempre son malos –lo miré y él hizo lo mismo - ¿Por qué estas tu aquí?

—Eso no te importa

—Pregunto porque me importa, además, trabajare contigo por quién sabe cuánto tiempo de ahora en adelante, sabes cómo yo llegué aquí ¿No puedo saber cómo lo hiciste tú?

Con la yema de sus dedos sobo la piel de sus labios, de izquierda a derecha un par de veces antes de llevar su mano al posa brazos del sofá y sin despegar sus ojos de la televisión, soltó un largo suspiro y comenzó a hablar.

—Estoy ocupando el lugar de alguien más

—¿De quién?

—De alguien al que prefería fuera de esto que estando en mi lugar

—¿Tanto lo querías?

—Estoy dando mi vida por él como prueba de cuanto lo quiero

—¿Eres gay? –la pregunta simplemente llegó a mi cabeza y salió

Me miró de inmediato con los ojos entrecerrados y una cara de confusión.

—No

—¿Entonces? ¿Por qué hablas de un él con tanto amor?

Miró al frente y se quedó en silencio por unos segundos.

—...Mi hermano –se levantó del sofá y se fue por el pasillo hasta azotar la puerta de su habitación

Increíble

¿Cómo es que Namjoon prefirió arruinar su vida de este modo solo para tomar el lugar que le correspondía a su hermano?

Las teorías de cómo era que su hermano llegó a estar en esta clase de circunstancias y cómo fue el momento en que Namjoon tuvo el valor de cambiar el puesto que le correspondía a su hermano me daban vueltas en la cabeza, pero se fueron cuando concentré mis pensamientos en una serie que había comenzado.

Namjoon pasó todo el día encerrado en su habitación hasta las seis de la tarde que salió en busca de algo de comer y después se sentó a un lado de mi en el sofá para mirar en silencio otra seria de comedia.

En un momento de comerciales su teléfono comenzó a sonar en el bolsillo de su pantalón y él lo entendió de inmediato.

—Namjoon

Yo simplemente trataba de ignorarlo y miraba los comerciales sin sonido ya que había bajado el volumen para no interrumpir la llamada.

—Entiendo, iremos por él en la noche –y sin más, colgó el teléfono, volviendo a guardarlo en el bolsillo de su pantalón. Subí el volumen y esperé a que él dijera algo –esta noche tenemos otro encargo

—¿A las tres de la mañana también?

—No, a la media noche

—¿Qué clase de encargo es?

—Solo, ponte de nuevo esa ropa con la que llegaste, tienes que estar lista a las 11:30

—Bien –dejé el control remoto a un lado de mi de modo que él pudiera tomarlo y me levanté para irme a mi habitación

Busqué la ropa con la que había llegado y que ahora estaba en el cesto de la ropa sucia, me metí al baño y lo dejé todo en el lavabo para lavarlo con un poco de shampoo.

Regresé a mi habitación y dejé la ropa bien exprimida en ganchos cerca de la ventana para que con el aire se secara más rápido.

—¿Qué harán? –preguntó Owen

—Lo mismo que tú sabes es lo mismo que yo sé

—Lo siento –cantó –tuve que ir al baño, pensé que te había dicho algo importante

—No dijo nada

—No lo arruines

—No lo haré