Capítulo 49

100 12 2
                                    

POV AUTUMN

Tras la preciosa ceremonia de graduación, Kane y yo lo celebramos bebiendo un poco de ponche del catering que ha contratado en la universidad. Me da pena que todo el mundo haya venido con sus familiares excepto Kane, pero estoy más que orgullosa de todo lo que ha logrado sin ayuda alguna. Mientras busco a Reece entre toda la gente reunida, me encuentro con un rostro familiar.

Noto como se me va la sangre de la cara y empiezo a temblar como una loca, por lo que se me cae el vaso de ponche sin querer y me agarro fuertemente al brazo de Kane.

–¿Qué está mal?– pregunta mientras me acaricia la mejilla con el pulgar.

Ni si quiere soy capaz de mirarle a los ojos, ya que Axel, mi primo, me mira desde el otro lado de la pista de fútbol, haciendo relucir sus dientes en una sonrisa que me pone los pelos de punta.

–Mi primo está aquí– le informo a Kane, poco antes de empezar a llorar desconsoladamente.

De repente, noto que Kane se aleja de mí dando zancadas. Cuando quiero darme cuenta, se encuentra dándole de hostias a Axel.

Al ver la situación, noto como me da un vuelco en estómago y corro al arbusto más cercano para soltar todo lo que llevo dentro. No paro de llorar, no solo por todo el lío entre Kane y Axel, sino porque me encuentro fatal y siento que no puedo respirar. Me agobia pensar en que me voy a morir, ya que cada vez siento que me llega menos el aire a los pulmones.

No se cuánto tiempo pasa hasta que unas manos me sujetan del pelo. Sigo vomitando hasta que me vacío por dentro y me incorporo. Alguien me pasa un pañuelo y lo acepto sin miramientos.

–Shhh, cariño. Todo estará bien. Lo siento mucho– escucho una voz lejana mientras me rodea con los brazos.

Noto mi alrededor como si estuviese en un túnel, apenas escucho nada de lo que sucede, por lo que no hago más que agobiarme. El malestar que he tenido estos días atrás no es comparable con lo que siento ahora. Sigo tiritando y noto que alguien no para de darme golpes en la cara, pero no consigo descifrar quién lo hace.

–Autumn, soy yo, Kane– continúa diciendo la voz. Es Kane.

–Kane– musito.

–Sí, cariño soy yo. Estoy aquí– responde.

–No dejes que me haga daño– le suplico, enfocando mi mirada en la suya durante unos segundos, presa del pánico porque Axel esté aquí.

–Eso nunca, bebé– me dice, mientras me dejo caer encima suya, viéndolo todo negro.

(...)

–Por suerte el bebé está bien– escucho que alguien dice mientras salgo de mi profundo sueño. Intento adaptar la vista a mi alrededor, ya que hay mucha luz, por lo que me remuevo, incómoda. Observo detenidamente el espacio donde me encuentro, pero no consigo descifrar en dónde estoy hasta que veo a una joven médico enfrente mía.

–¿El bebé?– repito, aclarándome la voz. Mi cabeza no para de dar vueltas, me siento cada vez más confusa, ya que no sé a quién se está refiriendo, ¿acaso hay alguien más con nosotras?Reviso la habitación del hospital una vez más pero no encuentro a nadie más, por lo que espero su respuesta.

–Estás embarazada Autumn. Vas a ser mamá– repone con una sonrisa. Me quedo observando su cara durante unos segundos, asimilando sus palabras.

–¿Co...Cómo? No...No..., que yo... ¿qué?–musito, con los ojos desorbitados, sin poder asimilar todo lo que está pasando.

Me toco la cabeza sin entender nada mientras intento volver a dormirme, como si esto fuese una especie de pesadilla en la que estoy sumida. La médico, al verme en ese estado, me aprieta la mano, haciendo que abra los ojos.

–Vas a ser mamá– repite, mirándome fijamente. Algo en sus ojos cobrizos hace que me transmita tranquilidad, a pesar de lo mal que me siento por dentro en estos momentos. Tan sólo tengo 18 años.

¿Desde cuándo estoy embarazada? ¿Por eso me he encontrado tan mal estas semanas? ¿Lo sabe Kane?

Oh Dios mío, Kane.

Me intento levantar de la camilla repentinamente ante el recuerdo de Kane, pero la médico me lo impide mientras llama a su compañero.

–Hola, Autumn– dice éste –Me gustaría hacerte unas preguntas, ¿puedo?

Asiento, todavía sin creerme nada. No puedo creerme que esto me esté pasando a mí.

–¿Sabía usted que está embarazada de 4 semanas?– lanza su primera cuestión.

–Yo...no, no– consigo responderle con esfuerzo. Desde hace rato mis lágrimas no cesan y caen sin parar de mis ojos –¿Está mi novio aquí?

–Sí– confirma el doctor mientras siento como si mi corazón parase de latir durante unos segundos.

No sé cómo Kane se puede tomar lo del embarazo y me da un miedo terrible. ¿Qué voy a hacer con mi carrera? Ni si quiera tengo ahorros y mis padres como sepan esto me van a enviar de vuelta a Denver. El miedo se apodera de mí por oleadas, estoy asustadísima y siento que no puedo contar con nadie en estos momentos. 

–No le he dicho nada sobre su embarazo, eso le corresponde a usted decirlo– termina diciendo el doctor y suspiro, aliviada. Casi estoy por besarle los pies al no haber contado nada, aunque me gustaría saber qué le ha dicho a cambio.

–Gracias.

–Le recomiendo que descanse, va a pasar la noche en Observación a causa del casi aborto que ha sufrido usted hoy.

Asiento con la cabeza, aún sin creerme nada de esto, mientras el doctor sale de la habitación.

–Todo irá bien– confirma la joven médico en cuanto nos volvemos a quedar a solas, a pesar de que yo no estoy tan segura de sus palabras.

¿Qué coño voy a hacer yo ahora? ¿Debería contárselo a Kane? ¿Debería esperar? Aún no estoy preparada para afrontar todas las decisiones que tengo que tomar, así que me hundo en la cama de hospital intentando dormir, sin éxito.

Mi único deseo es que todo esto sólo sea una pesadilla, porque de ser así quiero despertarme ya.

JUNTOS ©Where stories live. Discover now