Capítulo 27

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POV AUTUMN

Al día siguiente de la discusión que tuve con Kane, quedo con Reece para comprar los regalos de Navidad. Kylie se fue ayer a ver a su familia y ya no vuelve hasta después de año nuevo y Reece se queda aquí hasta mañana. Llevo toma la noche rememorando la discusión una y otra vez. Ni si quiera sé por qué le dije lo de "al menos no contigo". La confusión y el dolor que me mostraron sus ojos en ese momento me carcome por dentro. Sé que le molestó lo que le dije, pero tampoco sé cómo disculparme con él porque no sé por qué lo hice. 

–Hola, linda– Reece me saluda con un beso en la mejilla. Si se tratase de cualquier otra persona probablemente me apartaría, pero él es un amor.

–Hola, Reece.

Siempre que me ve dice lo mismo. Parece como si tuviese el "linda" en la punta de la lengua constantemente, así que decido preguntárselo. 

–Tengo raíces puertorriqueñas, mis padres son de allí.

–Guau, no tenía ni idea. No tienes nada de acento– justifico.

–Porque soy estadounidense, boba.

Nos reímos un rato y me empiezo a interesar por el español. En mi instituto no lo cursé y, aunque me apunté el primer año, la profesora que lo daba se puso enferma y pidió la baja dejándonos sin clases. Ni si quiera llamaron a un sustituto porque éramos muy pocas personas en clase y no les merecía la pena pagar a uno nuevo.

A veces va soltando alguna que otra palabra en español y yo siempre le pregunto por su significado. –¿Dónde viven tus padres?– pregunto en un intento de español, dado que solo me sé unas pocas palabras, como por ejemplo "padres", el resto de la pregunta se la digo en inglés.

–En Oregón, que es donde yo nací– sonríe, orgulloso de mi intento.

Por mucho que yo odie que me hagan esa pregunta, acabo soltándola ya que tengo cierta curiosidad. –¿Y cómo es que estudias aquí?

Se encoge de hombros con desinterés.

–Quería ser independiente.

Asiento con comprensión, puesto que yo busco lo mismo, en cierta manera. Continuamos andando por los pasillos del centro comercial, cuando de repente me para. –¿¡Qué narices te ha pasado en el brazo?!– exclama al darse cuenta de la existencia de la escayola. Por suerte me he vuelto a cubrir la cara con potingues para que no se me noten los moretones.

Suspiro, esperando que no llegase este momento. Hasta ahora no se había dado cuenta de mi escayola ya que la tengo escondida bajo la sudadera que llevo. –Luego te cuento.

–Más te vale que lo hagas– me regaña con el dedo.

En ese momento veo una zapatería y entro buscando el regalo de Nash. Salgo con unas deportivas de su talla, negras y con el logotipo de NIKE en el lateral, que consiste en una especie de "tick" de color blanco, a juego con las suelas que también son blancas. Espero que le gusten, ya que cuando fuimos a comprarle unos zapatos la otra vez Kane y yo demostró tener unos gustos raritos en las deportivas. Después de entrar en unas cuantas tiendas más, en donde Reece compra distintos tipos de souvenirs para su familia, me explica que tiene 4 hermanas y que él es el único chico de la familia, a parte de su padre.

–¿Te importa si paramos a comer algo?

–Pues claro que no. Si quieres seguir siendo mi amiga deberías saber que siempre, y cuando digo siempre es SIEMPRE, tengo hambre.

JUNTOS ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora