Capítulo 34

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POV KANE

Los días en los que Autumn está en Denver me dedico a entretener a Nash, ya que sigue triste porque ella se haya ido. Ahora más que nunca le dejo corretear por el jardín junto a Zoelene y Ezra. Incluso invito a los niños a cenar en uno de los restaurantes de comida rápida que tanto les gusta.

En cambio, yo trato de distraerme trabajando. Estos días Susan ha conseguido que Nathan y yo hagamos de modelos por primera vez fuera del estudio, así que estuvimos posando durante horas en un jardín decorado como si fuese a haber una boda.

Además, Nash no para de suplicarme para que cuelgue en su cuarto el cuadro que le regaló "Santa", el que pintó Autumn, por lo que me pongo manos a la obra.

Pongo algo de música mientras Nash me ayuda a colgarlo. Para ello, quitamos uno de sus posters de Transformers y colocamos con cuidado el cuadro. La verdad es que queda bastante bien en la pared beis el cuarto de Nash.

–Nos ha quedado genial, papá.

–Mejor imposible– admito, orgulloso de nuestro trabajo.

Después de eso, me paso por la universidad para recoger mis bermudas de fútbol, ya que se me olvidaron en el vestuario durante mi último partido. Dejo a Nash solo el rato que me voy y le hago prometerme que no va a hacer ninguna trastada y que me llamará si pasa cualquier cosa.

Cuando consigo quedarme tranquilo, me subo en el coche y no tardo ni quince minutos hasta llegar a la UCLA. Allí, voy directamente hacia los vestuarios, que se encuentran vacíos debido a la poca gente que se queda en la universidad durante las festividades de Navidad. Me encuentro las bermudas en mi taquilla y salgo por donde he venido.

Estoy llegando a mi coche cuando una mano me toca el hombro para que me de la vuelta. En el momento en el que me giro y veo a Megan, mi primer impulso es darme la vuelta y pirarme por donde he venido pero, cuando veo su cara de culpabilidad, comprendo que lo que quiere no es insinuarse, sino disculparse por algo. Mi sexto sentido de abogado nunca falla.

–Kane, antes de que digas nada me gustaría disculparme por todo lo que os he ocasionado a Autumn y a ti, cuando vino a hablar conmigo el otro día con todas las heridas que le ocasioné comprendí lo loca que estaba siendo, así que lo siento– dice, apresuradamente, para asombro mío. No entiendo lo que está diciendo, ya que lo único que me molesta de ella es que siempre me esté atosigando.

–¿Cómo?– pregunto, buscando una respuesta coherente. ¿Qué significa eso de "todas las heridas que la ocasioné"? No habrá sido capaz de tirar a Autumn por las escaleras, ¿no?

–Sé que ponerle la zancadilla a Autumn en la universidad y empujarla por las escaleras el otro día estuvo fatal, no sé en qué clase de persona me estoy convirtiendo pero no quiero ser así y...

No la dejo acabar cuando le espeto, furioso: –¿Pero tú quién te has creído para hacer todas esas cosas? No sé si eres consciente de el lío en el que te has metido, en unos meses me gradúo en Derecho y te aseguro que lo vas a pagar bien caro.

–¡Kane no me denuncies, por favor! El otro día ella vino a hablar conmigo para dejarme las cosas claras y me aseguró que no me denunciaría para no arruinarme la vida siendo tan joven. Siento todo el daño ocasionado, de verdad. Me dejé llevar por los celos porque me sentía rechazada y tenía envidia de que le hicieses caso a ella y no a mí pero entiendo por qué sientes algo por ella. Es una persona genial y entiendo que ya os he hecho suficiente daño, así que no te preocupes que desapareceré de vuestras vidas. He pedido el traslado a Washington para el segundo cuatrimestre. Así que lo siento una vez más. Espero que seáis muy felices– dice, dejándome con la palabra en la boca.

JUNTOS ©Where stories live. Discover now