Capítulo 23

142 13 4
                                    

POV AUTUMN

En cuanto entro en la enorme casa, inspecciono el lugar buscando a mis amigos y a Kane. Desde la otra punta del salón, le veo observándome y voy directa hacia él con una sonrisa. ¿Cómo narices hace para estar tan guapo siempre? Y mira que solo lleva una camiseta gris de las que se llevan ahora que son raídas y unos vaqueros negros. No lleva puesto nada del otro mundo, pero me sorprende tanto que todo le quede bien... Ojalá pudiera decir lo mismo de mí. Aunque claro, al fin y al cabo, él es modelo.

Le saludo, indecisa de si debería besarle o no, ya que no quiero audiencia, aunque Kane me besa de todas formas. Después de explicarle cómo me han traído y de convencerle de que disfrute de esta fiesta, ya que se la merece después de haber jugado tan bien en el partido de ayer contra los Utah Utes, que resultó ser el último de este cuatrimestre, le digo que vaya a divertirse porque no quiero que se prive de nada por mí y ya bastantes responsabilidades tiene como para que crea que soy una niña a la que también tiene que cuidar, así que me escurro entre la gente y llego hasta Kylie, que está bebiendo chupito tras chupito por alguna apuesta tonta.

–¡Hey!– saluda contoneando las caderas.

La saludo dándola un abrazo. En cuanto me separo de ella miro a nuestro alrededor y le pregunto por Reece, ya que no le veo por aquí y eso es raro en él.

–No tengo ni idea. La última vez que le vi estaba en la cocina.

Voy a la cocina y noto que algo va mal, puesto que Reece no está por aquí. Subo por el pasillo sin tener ni idea de a dónde voy. Abro puerta tras puerta, traumatizándome demasiado cada vez que abro alguna. Cuando abro la cuarta puerta, me quedo flipando con lo que veo.

Reece se está besando con alguien, que no consigo darme cuenta de quién es hasta que le da un poco la luz. Por increíble que parezca, Reece se está besando con Dave, el amigo de Kane, y me doy cuenta de que van a acabar desnudos cuando ambos se quitan las camisetas, así que doy marcha atrás y cierro la puerta con cuidado agradeciendo que no me hayan pillado. Me dirijo a las escaleras para ir de regreso al enorme salón, pero me veo interrumpida cuando alguien se choca contra mí. 

Megan se encuentra enfrente de mí, acorralándome, por lo que doy un paso para atrás.

–Eres una perra– musita.

–¿Ya empezamos con eso otra vez?– respondo, acordándome de la última vez que tuvimos un encontronazo. Parece una niña con sus caprichos.

Se tambalea un poco, acercándose otra vez a mí y veo tanto odio en su mirada que me empiezo a asustar.

–No te alejes, niñata, porque eso es lo que eres, ¿es que no te das cuenta que se cansará de ti en cuanto vea lo niña que eres? Mírate, ni si quiera sabes vestir. No sé lo que ve en ti, pero yo veo una patética niña que lo único que busca es llamar la atención de alguien mayor, de MÍ Kane.

–No me conoces– murmullo, cabreada al saber que estoy siendo insultada sin ningún fundamento. Simplemente porque la imbécil esta tenga celos de que Kane se haya fijado en mí y, sinceramente, no quiero discutir por tonterías así.

–Conozco a la gente como tú, vas de buenecita para llamar la atención pero, ¿no te has visto? ¿Te crees tú que alguien como Kane, que podría tener a cualquiera, te va a escoger a ti?– se ríe –Por favor, sí que tienes el ego muy subido para pensar eso. Seguro que ni si quiera sabes hablar en público...

–No es mi culpa que me tengas celos– la interrumpo –Así que no la pagues conmigo que ya eres mayorcita.

Se acerca aún más a mí y casi está rozándome cuando grita, sobresaltándome:

–¡No me digas lo que tengo o dejo de tener, perra! Que salgas con Kane no te asegura nada, seguro que te está usando porque no me creo que de verdad esté contigo porque quiera.

–Tienes un problema. Trátatelo y déjame en paz– Me intento abrir paso para que deje de acorralarme, intentando zanjar el tema. Lo consigo y continúo andando dándole la espalda.

Autumn 1, Megan 0.

En serio, que esta chica tenga un grave problema de celos no es culpa mía y no creo que tenga que comerme toda la mierda que me ha lanzado. Mira que soy una persona tranquila en general, pero no puedo con este tipo de gente, que únicamente se dedican a intentar hacer daño a otros para creerse superiores y mirar solamente por ellos mismos porque, a parte de ser egoístas, son unos gilipollas esféricos, es decir, que son gilipollas los mires por donde los mires.

–¡No me des la espalda pedazo de puta!–escucho que grita.

Harta de sus melodramas de telenovela, los cuales nunca antes a lo largo de mi existencia me habían pasado, continúo andando con la cabeza bien alta hacia las escaleras, pero la escucho dar varios pasos como si estuviera corriendo y, seguidamente, un fuerte empujón alcanza mi espalda haciéndome perder el equilibrio, lo que hace que me caiga rodando por las escaleras. Me golpeo fuertemente la cabeza y otras partes del cuerpo con cada uno de los peldaños y llega un punto en el que mi visión se torna negra.

JUNTOS ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora