Menudo susto.

526 42 9
                                    

Capítulo ocho: Menudo susto. 



Luego de que pasarán exactamente diez minutos desde que Blue salió hecha una fiera de mi departamento vi a Damon entrar por la puerta de la cocina con aire cansado.


- Vaya, luces fatal. - Comente mirando su atuendo desastroso y como unas gafas negras ocultaban sus ojeras.

- Ya, ni me lo recuerdes. - Gruño y tomó un sorbo de mi café. - He visto a tú chica cuando venía para acá, lucia furiosa, ¿Qué le has hecho? - Cuestionó este dando otro sorbo al café.

No pude evitar lanzar una carcajada mientras recordaba la cara de odio de Blue.

- Sólo la he mofado un poco. - Respondí encongiéndome de hombros. - No se toma muy bien las bromas. - Agregué con un destello de sonrisa en mi rostro.

- Ya... ¿Y la has dejado ir así sin más? - Cuestionó este mirándome con cierto desconcierto.

- No iba a retenerla aquí en contra de su voluntad. - Respondí simplemente restandole importancia al asunto.

- Lo entiendo, lo que no entiendo es cómo estas tan tranquilo cuando la has dejado salir a la calle con un míni vestido que deja poco a la imaginación, en una ruta desolada y a horas de su casa. Además hay gente que la busca, gente peligrosa. Esa pequeña cría es un blanco fácil para cualquier águila hambrienta allí fuera. - Agregó Damon con voz serena mientras se tomaba lo que restaba del café.

》 Y hablando de águila hambrienta, estoy que me cagó de hambre, ¿Qué tienes de desayunar? -Preguntó abriendo el refrigerador. 

- Hostia. - Murmuré dándome cuenta de lo descuidado que había sido.

- Ugh, no es por sonar mal educado, pero eso no suena muy apetitoso, no tendrás algo, no lo sé, ¿más comible quizás?

- No estoy hablando contigo, joder. Debo ir a buscar a Blue. -Gruñí mientras corría hacia la puerta y tomaba las llave de mi ducati.

- Vale, pero ¡tráeme algo de comer a la vuelta! - Dijo este con tonó divertido. Lo maldije en voz baja y apenas me subí a mi ducati conduje a toda velocidad hacia la carretera agudizando la vista en busca de Blue.


Mientras la carretera se hacía más y más corta y yo no veía a Blue por ninguna parte comencé a maldecir. Pare en cada maldita gasolinera y busque en cada maldito lugar pero jamás
hallé a la insoportable chica. Frustrado por lo descuido que fui bajé de mi ducati justo unas cuadras antes de llegar a la casa de Blue. Escale el árbol que daba justo a su habitación como lo había echo incontables veces pero para mi desgracia nadie se encontraba allí dentro, así que como última opción me vi obligado a ir a la puerta principal y tocar está esperando a que alguien saliera, ya me las arreglaría después para inventarle una escusa a Blue sobre el porque sabía donde ella vivía.
Insistí varias veces, tocando cada vez más fuerte la puerta con mis nudillos, pero no parecía haber nadie en casa.

- Cómo diablos pude llegar a ser tan descuidado - Murmure para mi mismo en un gruñido.

Tome mi celular y marque el número de Damon.

- Mateo, no tienes nada apetecible en tú casa. ¿Es que acaso jamás comes? - Preguntó frustrado.

- Cierra el pico. - Especté. - No he encontrado a Blue y temo que algo malo le haya pasado, y antes de que digas nada, estoy frustrado porque he hecho mal mi trabajo, no porque la cría me preocupe. - Hable a la defensiva, sin darle tiempo de burlarse de mi. - Así que ahora mismo no estoy para tus chorradas. - Dije con desdén. - Necesito que cojas tu auto y busques a Blue por cada maldito lugar de esta miserable cuidad, la quiero sana y salva. Ahora. - Le ordene. 

CORRE Where stories live. Discover now