Traición.

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CAPITULO CUARENTA Y SEIS: Traición.

BLUE.

Luego de estar varias horas manejando llegamos a lo que, según yo, era una especie de fabrica abandona. Los malditos ni siquiera me habían cubierto los ojos o algo así, probablemente estaban tan seguros de que no iba a poder escaparme que ni siquiera se esforzaron.

Y probablemente estén en lo cierto, por dónde mirara había un montón de estos bastardo haciendo guardia con sus armas ridículamente a la vista, cómo si quisiesen intimidar a alguien.

Me bajaron de un empujón de la camioneta, habían esposado mis manos y me sujetaban de manera brusca mientras me arrastraban dentro. No me resistí en ningún momento, no había forma de que pudiera escaparme. No ahora al menos.

Pero si que lo iba a hacer, aún no tenía claro cómo, pero iba a largarme de aqui.

Y iba a hacerlo viva.

Aún tenía muchas cosas que hacer con mi vida, cómo por ejemplo, graduarme. Si no me graduaba mamá iba a matarme, aunque seguro que iba a hacerlo de igual modo como se enterase que había pasado varios meses de mi vida metiendo a dos hombres en nuestra casa sin su permiso mientras ella se pasaba días trabajando para mantener a su irresponsable y desagradecida hija, y que iba no solo a matarme si no a revivirme y volver a matarme de forma aún más dolorosa cuando se enteresade de que, vaya sorpresa, ¡esos hombres no eran nada más que unos matones que me entregaron a un loco por algo de dinero!.

Perdón, mamá, tenías razón cuando decías que no dejará entrar a extraños a casa.

¡Mira dónde me llevo eso!.

___ De acuerdo, dulzura, vas a quedarte aquí mientras yo me encargo de algunas cositas, ¿Vale?. Luego vendré por ti, no te escapes. - La sonrisa que se había formado en aquel bastardo me dió a entender que en el momento que viniera a por mi nada bueno iba a suceder.

Lo mire fijamente mientras cerraba la puerta detrás de si y le decía a unos hombres que estaban montando guardia fuera que me mantuvieran vigilada. Cuando la puerta se cerró mire todo a mi alrededor, la habitación en la que me encontraba era pequeña. Había un colchón sucio y de dudosa higiene en el suelo, no había ventanas en ningún lado y las paredes estabas desgastadas y contenien graffitis mal hechos con palabras muy ofensivas escritas en todas partes. Suspiré y me apoye en la pared.

¿Cómo demonios pude haberme metido en esto?.

Si tan solo no hubiese caído ante ese desagradable ser. En serio, ¿en qué momento comenzó a gustarme tanto que no fui consiente de la persona que realmente era?.

Se me revuelve el estómago de solo pensar en todas las señales que pude haber ignorado solo porque me gustaba. Estaba ciega, no porque estaba aparentando ser alguien que no era, si no porque a mí parecer era tan encantador que todas las cosas malas que hacían quedaban en vuelta en palabras y pequeños detalles que yo creía que importaban más.

Estaba tan equivocada.

Pero este no era el momento de lamentarme, ya tendría toda una vida para eso, claro, si es que salía con vida de aquí.

No sabía exactamente cuánto tiempo me habían tenido aquí dentro, nadie había venido a excepción de un chico alto y con cabello rubio que llevaba una mascara que le cubria gran parte del rostro, lo había visto dos veces en el día porque había ido a dejarme unos platos sosos de comida - que dicho sea el caso no toque. Dios sabe que le habrán hecho a eso. -. Él no había pronunciando palabra, solo murmuraba un pequeño "hola" cuando entraba y un "adiós" cuando salía.

Suspiré, tome la botella de agua que había traído para mí y le di un pequeño sorbo.

Sabía que tenía que salir de aquí pero no había forma de que pudiera hacerlo, no cuando estaba aislada entre estás cuatro paredes. No cuando todo lo que tenía en la cabeza era un rencor absoluto hacia cierto pelinegro.

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