Sentimientos confusos.

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Capítulos veinticuatro: Sentimientos confusos.

    

 

Un olor frutal se filtró por mi nariz. Conocía ese olor a la perfección. Blue.

¿Dónde estaba?.

Mi cuerpo dolía completamente y mi mente estaba nublada, me sentía exhausto. Intente abrir mis ojos pero fue inútil estaba demasiado cansando como para moverme, por más que lo intentará no podía hacerlo.

Había estado toda estas semanas investigando miles de cosas que me dejaron jodidamente sorprendido.

Luego de que esas personas se colaron en casa de Blue sin intención de llevarse nada realmente no pude evitar sentirme completamente inseguro al respecto de toda la mierda que estaba pasando. Mi trabajo acá estaba claro: Proteger a Blue -por un determinado tiempo-. Y saber que había muchas cosas acá que yo ignoraba me ponía de malas.

Así que hice algo al respecto.

Investigue.

No fue fácil, pero luego de mover unos hilos y hablar con las personas adecuadas todo fue teniendo más sentido y volviéndose más claro.

Blue estaba jodida.
Su familia estaba jodida.
Su padre los jodio a todos.

Sin embargo, todavía había algo que no pude descifrar. ¿Quién diablos eran las personas que se habían metido en casa de Blue la otra vez?.

No dejaron nada, ni un rastro. Nadie parecía haberlos visto entrar o salir. Y eso me preocupada un montón, porque si algo era seguro que es querían a Blue.

A mi Blue.

Y no estaba dispuesto a entregárselas.

Oí murmullos y ruidos en la habitación, lo cual me hizo ponerme alerta. Abrí mis ojos de inmediato y traté de enderezarme sobre la suave supercifie en la que me encontraba, pero un dolor casi del todo torturador se instaló en mis costillas y lance un quejido.

Joder. Como dolía.

 

_______ Dios mío, Abraham, ¡no te muevas así! - Chilló una voz que reconocí de inmediato. Levante mi vista y mis ojos se toparon con unos iries grises que me robaron el aliento de inmediato.
 

Blue.

Recordé todo lo que le dije. Todo lo que le confesé.

El verdadero ofició de su padre.
Porque había personas buscándolas.
Porque yo estaba en su vida.

Y sobre todo recordé su mirada torturada. Su voz alterada, su cuerpo temblando. Sus ojos derramando lágrimas.

Mediante iba confesando todo aquello de lo que yo estaba enterado y ella ignoraba no había podido dejar de pensar en que sólo quería tomarla en mis brazos y prometerle que todo estaría bien. De echo, tuve que contenerme para no hacerlo.

¿Qué estaba pasando conmigo?
 
 

______ Estoy bien. - Gruñí, sentándome sobre su cama. Note que no tenía la playera puesta y mi cuerpo estaba cubierto por sus sabanas lilas. Por un segundo aquello me pareció encantador.

______ ¡Claro que no lo estás!, ¿¡Por qué diablos no me dijiste que estabas herido!? - Lucía un tanto nerviosa. Se acercó a mi y se sentó sobre su cama, mirándome con enfado. - ¡Pudiste haberte desangrado! - Me gritó. En cuento centre mis ojos en ella, observándola a detalle, no pude evitar que un estúpido nudo se formara en mi garganta. Tenía los ojos rojos, el cabello revuelto y los labios mullidos, además de una estúpida mueca de preocupación.

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