Capítulo 38: "Mary/Eleanor"

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SCARLETH


Los días que siguieron después de la visita de Eleanor, se volvieron más largos y más duros. El establecimiento escolar casi había dejado sus clases de lado para decorar cada esquina, ya que el "Día D" estaba cerca.

Esa helada mañana, tan típicamente invernales que son capaces de congelar hasta los huesos. Empezamos los ensayos de la obra junto con el club de teatro y la clase de literatura con los de tercer año. Algunos practicaban los lugares en donde tenían que moverse al protagonizar sus respectivos personajes, otros se encargaba de los trajes y el resto, la escenografía, incluyéndome, aunque por suerte estaba con Eleanor, quien se ofreció de voluntaria a ayudarnos, por lo tanto ella no se separaba de mi lado ya que me estaba ayudando a memorizarme la obra, pero ya a estas alturas, ya me lo sé perfectamente como el nombre que llevo.

—Oye, Eleanor—Dije mientras la ayudaba a subirse a una escalera para decorar un gran mural que había donado el club de arte.

—¿Dime?

—Sabes, la otra vez que te llamé, escuché que alguien te llamaba Mary y... No quiero ser entrometida ni nada, pero ¿Por qué te presentas como Eleanor? —La castaña suspiró pesadamente. Dejó de lado el trabajo que estaba haciendo y se dio la vuelta a mirarme. Su rostro se había nublado, pero aun así no dejaba de ser absolutamente bella.

—Estás siendo entrometida—Dijo al sonreír desganadamente.

—Disculpa—Agache avergonzadamente la cabeza.

Eleanor bajó las escaleras y se paró frente a mí.

—No hay problema—La castaña palmeó delicadamente mi hombro y me señaló para que la siguiera a tomar un breve descanso.

Ambas caminamos juntas hasta bajar del escenario y acercarnos a los acolchados asientos del público. Nos acomodamos de manera que nos podamos ver y escuchar claramente. A veces me sentía realmente incomoda al estar con Eleanor, puesto que la castaña parecía una de esas muñecas de porcelana que difícilmente pierdan su belleza. Eleanor aún tenía su mano vendada por el incidente y se veía claramente que se cambiaba las vendas constantemente. Era una chica verdaderamente higiénica. Incluso no lograba recordar si ella había repetido alguna prenda de su ropa. Todo el tiempo lucía una prenda diferente, exceptuando sus guantes turquesa; parecía que de verdad le gustaban.

—Mi nombre... trae malos recuerdos—Dijo casi en un susurro.

La castaña se removió incomoda cuando un grupo de chicas riendo a carcajadas pasaron al frente de nosotras a recoger sus cosas. Eleanor miró como aquellas chicas se iban de regreso al escenario a continuar con sus tareas asignadas. Sabía perfectamente que no era un tema que le acomode decir frente a otros que sean capaces de escucharla.

—Bien—Se volteó a mirarme. Hizo una pausa como si tratara de darse fuerzas—. Cuando era pequeña sufrí abuso por parte de mi padre. Un día él desapareció y fui adoptada por otra familia. Desde ese entonces me he llamado Eleanor.

En el momento de su revelación. Sentí un cambio de temperatura en el cuerpo de Eleanor... o Mary. Su respiración se agitó y su corazón latió mucho más rápido de lo normal. Aunque no haya revelado nada sospechoso en la forma en que me miraba o su propia conducta temporal, su cambio drástico de temperatura me alertó, colocándome los pelos de punta.

—Yo... no sé qué decir en casos así.

Eleanor sonrío de lado y a pesar de que su ritmo cardiaco y su temperatura se haya regulado rápidamente, no podía dejar de lado el hecho de que haya mentido, es decir. Si ella no hubiera querido decirme la verdad, entonces se habría negado a contármelo.

—Ahí viene tú príncipe azul—Eleanor me sonrío pícaramente cuando me di la vuelta para encontrarme con el gran cuerpo de Caleb.

En el momento en que cruzamos miradas. El aire abandonó mis pulmones y sentí como si hace mucho tiempo no lo veía. Caleb caminó directamente en nuestra dirección y en el momento en que la distancia que nos separaba fue acortada en unos pocos segundos, sentí su calor emanar de su cuerpo. Eleanor tosió incómoda.

—Iré a terminar con mis deberes. Scarleth, no te demores mucho o los profesores te llamarán la atención—Asentí mientras tomaba atención en cada delicado movimiento que hacía Eleanor.

Cuando la castaña se levantó de su asiento y se fue, inmediatamente, Caleb se sentó en él. Su cabello, lleno de salvajes ondas negras, estaba completamente desordenado hacía todos los lados. Instintivamente, guie mi mano hacía su cabello para peinarlo o simplemente, sentir la textura en mis dedos.

—¿Qué te sucede? —Preguntó al verme hacer una leve mueca.

—Nada, sólo estoy pensando—Bajé mi mano hasta llegar a su mejilla y sentir como una descarga eléctrica corría desde mis dedos hasta cada punta de mi cuerpo.

—¿Y en qué pensabas? —Colocó su mano encima de la mía y entrelazó nuestros dedos, llenando mi cuerpo de calidez y seguridad.

—Pensaba en Eleanor. Siento algo oscuro dentro de ella. Un secreto quizás.

—¿Por qué te hace pensar en eso?

—¿Por qué haces muchas preguntas? —Fruncí el ceño.

—Porque si no te hiciera las preguntas, entonces no serías capaz de decir lo que te molesta.

Tiene razón.

—Le pregunté por su verdadero nombre y no me contó la verdad... Me dijo otra cosa y a decir verdad, actúo tan natural como si lo fuera.

—Quizás si lo ha hecho, pero como eres escéptica no lo crees así.

—Hubo una reacción en su cuerpo. Sentí su cambio de temperatura en ella. ¿Cómo no darme cuenta de ello? —Miré de reojo a la castaña, quién socializaba con un grupo de chicos.

—Es muy probable que haya querido contártelo, pero pudo haberse arrepentido.

Algo esconde Eleanor. Y algo dentro de mí, me dice que es algo oscuro y quizás, peligroso. Pero ya tengo mi equipo de investigación y espero poder estar equivocada.

El lobo de los ojos amarillos | [Libro 1] (EN EDICIÓN)Where stories live. Discover now