El lobo de los ojos amarillos | [Libro 1] (EN EDICIÓN)

Capítulo 14: "Vergüenza"

SCARLETH

Lunes

Han pasado dos semanas después de la visita de Caleb. Mamá lo invitó constantemente a cenar y para mala suerte de mi padre, quien parecía no gustarle; soportó las incesantes preguntas de mi madre por Caleb. A pesar de que él no se quedaba mucho tiempo en mi casa, él me visitaba por las noches y dormía conmigo, abrazándome.

Habían pasado dos semanas y yo estaba hasta el cuello de deberes y de exámenes. Últimamente dejé de salir con mis amigas ya que me quedaba hasta muy tarde estudiando o haciendo ejercicios de matemática. Necesitaba que llegara el fin de semestre para descansar de todo.

Eran a penas las 18:20 de la tarde y no tenía ni siquiera la mitad de mis deberes hechos cuando mi teléfono empezó a vibrar. Lo agarré mirando la pantalla que parpadeaba por un nuevo mensaje, deslicé mi dedo por la pantalla y leí el mensaje. El número era desconocido, pero sabía perfectamente quién era el remitente.

"Las estrellas le aúllan a la luna, el lobo solitario busca a su compañera. Sal al patio y búscame debajo de la luna."

Sonreí.

Miré hacía la ventana y el sol estaba por esconderse detrás de las grandes copas de los árboles que decoraban los pies de algunas montañas. No había nadie en el patio delantero ni el trasero, por lo que deduje que cuando la luna hiciera su aparición, él llegaría.

Después de una hora, terminé mis deberes, o parte de ellos... No podía seguir concentrándome en preguntas de química, porque lo único que estaba en mi cabeza era el anochecer. Buscaba en las sombras algún indicio de Caleb podría estar en mi patio esperándome, pero era prácticamente imposible, estaba oscuro y Caleb es la noche misma.
Miré por décima vez por la ventana y aunque el patio no estuviera iluminado por ninguna luz artificial, era capaz de divisar cualquier movimiento por la débil luz de una luna llena que decoraba todo el oscuro cielo rodeado por esponjosas nubes.

Apagué la luz de mi velador y esperé por unos minutos alguna presencia de Caleb, pero era imposible ver el patio con la luna casi escondiéndose por las nubes, asique decidí salir de mi casa. Agarré un abrigo de lana que había hecho mi tía abuela para la navidad pasada y salí de mi casa teniendo cuidado de no hacer ningún ruido que pudiera darle la señal a mis padres que alguien salió.

La noche estaba preciosa, el cielo estaba completamente cubierto por algunas nubes que rodeaban la luna que iluminaba todo el patio, dejando al descubierto todo lo que se escondía por las noches.
No sabría decir cuánto tiempo estuve allí esperando a Caleb, pero si era capaz de confirmar que una vez que la noche se hizo segura. Una ligera capa de bruma se alzaba por sobre el suelo y la frescura que ésta emanaba congelaba mis huesos.

Cuando estuve por regresar a mi casa, con el calor de la estufa esperándome. Un fuerte aullido se escuchó en la lejanía, haciendo que mi cuerpo temblara por el escalofrío que había ocasionado el aullido, haciendo que otros lobos aullaran de igual manera. Fijé mi mirada en la entrada del bosque y de éste apareció una figura voluminosa y negra. La luna ya había salido de su escondite por lo tanto, la luz que ésta emanaba contorneaba cada detalle del animal. Éste se acercó sin temor y a pesar de la oscuridad de la noche, podía percibir sus amarillentos ojos. Cuando el lobo ya estuvo lo suficientemente cerca, me acerqué extendiendo mi brazo para acariciar el áspero y oscuro pelaje de éste. El feroz animal escondió sus orejas cuando mi mano tocó finalmente su hocico. Yo sonreí y abracé su gran cabeza con mis brazos.

—Pensé que me habías abandonado—Me separé de él con una sonrisa dibujada en el rostro. Caleb ladeó la cabeza y se acercó a mí.

Pude sentir su calor y toda la sensación de frío desapareció finalmente. Hundí mi cabeza en su pelaje y el dulce olor de la tierra mojada inundó mis fosas nasales. Caleb había crecido notoriamente y ya no era el lobo que me estaba superando de estatura. Ahora era un gran animal que incluso se podía comparar con el tamaño de un gran caballo.