Capítulo 24: "Guardián"

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—¿Estás seguro? —Su compañero se acercó cautelosamente a él—. Landau. Si reportamos esto y no estamos al cien por ciento seguros, nos matarán.

La contextura de su compañero era el doble que Landau. Teniendo en claro que el joven cazador, no tenía músculos o no tenía la imagen de todo cazador promedio. Era simplemente una persona extremadamente delgada y con el rostro redondeado y pequeño, al igual que todo su cuerpo.

Landau sonrió de lado, mostrando siempre sus dientes, tan blancos como los de un depredador.

—Lo estoy—Se quitó sus guantes de color turquesa—. Lo sentí.

Su compañero se acercó a la pequeña figura de Landau, acercándose para ver las ampollas que crecían en la palma de su mano. Feas quemaduras se le dibujaban en su frágil y blanca mano. La quemadura le había arrancado algunos trozos de piel, dejando expuesta algo de carne quemada.

Vendó su herida con nuevas y limpias gasas. Aplicó un poco de pomada en sus dedos quemados y los vendó uno por uno. Landau hizo una mueca cuando se colocó nuevamente su guante, para mantener su mano caliente y segura.

—Tienes que ir a un médico.

—Odio los hospitales—Replicó.

Su compañero lo ayudó a sentarse en el viejo sofá que yacía en medio de la gran sala, decorada con antiguos tapizados de color marrón y amarillo.

—Creí que el grupo tres los había exterminado a todos.

El gran hombre se acercó al estante de madera que se encontraba en uno de los rincones de la sala, y de éste sacó una gran carpeta, y lo dejó sobre la mesa de café, y a continuación, se sentó al lado de Landau y de la carpeta, sacó varios expedientes.

—El último fue aniquilado en Escocia hace diecinueve años atrás. Y anterior a éste, aniquilamos otros dos que estaban cruzando la frontera de Rusia. Los informes dicen que cada uno, tenía una habilidad extraordinariamente peligrosa. Lucharon hasta el final, pero a pesar de todo el seguimiento que le hicimos y teniendo en cuenta de sus habilidades. Lucharon como humanos. Exceptuando el que aniquiló el grupo tres en Escocia. Quemó a todas nuestras unidades y sin tocarlos—Miró al joven que estaba sentado a su lado, mirando todos los papeles—Los quemó por dentro.

—¿Cómo? —Preguntó Landau.

—Aún no lo sabemos, pero cuando fue la hora de hacer la autopsia, se encontraron que tenían todos los órganos quemados y la piel estaba intacta. ¿Cómo lo hizo? No lo sabemos, pero hay registros de que el individuo estaba siendo acompañado por una pelirroja. Mandamos al grupo dos a buscar a la chica, pero cuando los encontramos... También estaban quemados por dentro, a tal forma que los órganos parecían ceniza.

—¿Y el individuo?

—Después de que el individuo ayudó a escapar a la chica, no nos costó matarlo. Es más, un par de disparos bastó. Cuando los forenses abrieron su cuerpo para examinarlo, se encontraron que su cuerpo es exactamente igual al nuestro. No había ningún cambio y nada chamuscado.

—¿Y la mujer?

—Cuando nuestra gente encontró al grupo dos, también encontraron un cuerpo femenino completamente quemado. Tanto por dentro como por fuera. Estaba irreconocible. No pudieron salvar absolutamente nada de la mujer. Pero creemos que no es ella y que usó una carnada para salir ilesa del incidente.

—Esto quiere decir—Landau agarró una fotografía de la supuesta autopsia de la mujer—. Que hemos encontrado donde se ha estado escondiendo.

—Así es—Le palmeó la espalda.

El lobo de los ojos amarillos | [Libro 1] (EN EDICIÓN)Where stories live. Discover now