Capítulo 5: "Lampades"

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10:00 am

SCARLETH


—¡Scarleth! —Escuché a Michael gritar mi nombre, yo volteé y vi como trotaba en mi dirección. Su cabellera rubia se movía a todas las direcciones

—¿Qué? —Pregunté de mala gana cuando él por fin me alcanzó.

—¿Qué te pasa? —Cuestionó mirándome a los ojos.

—Me miras como una loca —Contesté desviando la mirada, detestaba mirar fijamente los ojos a una persona por mucho tiempo.

—Mírame—Pidió bajando el volumen de su voz, yo no obedecí. Pero él levanto delicadamente mi barbilla y por voluntad propia miré sus almendrados ojos. —No te trato como una loca.

—Les hablé sobre el sr. Sherman y no lo recuerdan.

—Porque no conocemos a ningún Sherman —Dijo soltando mi barbilla y encogiéndose de hombros, él no apartó su mirada en mí. — ¿Sabes qué? mejor vayamos a Dirección a preguntar.

Sin esperar alguna respuesta, él me agarró de la muñeca con suavidad y empezó a caminar y yo lo seguí. No reclamé ni tampoco bufe, simplemente esperaba que todo esto fuera un mal sueño y poder despertar nuevamente en la mañana.

Cuando llegamos a una amplia sala con colores neutros, la cual tenía algunos retratos de los antiguos directores y directoras que tuvo el establecimiento. Las cálidas luces de la lámpara, creaban un ambiente tranquilo.
Michael finalmente soltó mi muñeca y caminó con paso firme hacía una señora que parecía estar concentrada en un computador y movía la cabeza a un lado al otro al son de Cry Baby Cry de los Beatles que sonaba por la radio a un volumen moderado.

Michael tosió un poco llamando la atención de la mujer. Ella le sonrío y se quitó sus anteojos y los dejó caer, pero estos quedaron colgando por encima de sus pechos.

—¿Dígame? —Dijo la mujer con una voz tranquila.

—Vengo a preguntar por el horario del sr. Sherman—Contestó Michael con la misma tranquilidad que optó la mujer.

—¿Sr. Sherman? —Preguntó la mujer con inseguridad y Michael asintió.

La señora empezó a teclear por su computador con suma rapidez y agilidad, y con el mouse que se situaba a su derecha. Empezó a hacer clic aquí y allá.

—No hay ningún sr. Sherman en nuestros registros— Dijo mirándonos a los dos

—Vale, muchas gracias—Se despidió Michael y yo simplemente le sonreí.

Salimos apresuradamente del salón aun sintiendo la mirada de la mujer en nuestras espaldas. Michael cerró con cuidado la puerta y seguidamente, se apoyó en ésta misma. Sus ojos se encontraron con los míos y volvió a encogerse de hombros.

—No puede ser que el sr. Sherman haya desaparecido de los registros—Dije apoyándome en la puerta al igual que Michael, él simplemente me miró y yo puse mi cabeza en su hombro.

Hubo un gran silencio, a lo mejor duró menos de 1 minuto, pero aun así se sentía tan largo, como si no hubiéramos hablado por horas. Michael suspiró.

—No lo sé —Dijo finalmente, yo me alejé de él.

—Pero... ¿Me crees?

—Es difícil creerte si no recuerdo nada, pero sí. Te creo —Contestó con una sonrisa, y yo lo imité. Miré el reloj de aguja que tenía puesto en mi muñeca.

El lobo de los ojos amarillos | [Libro 1] (EN EDICIÓN)Where stories live. Discover now