cincuenta y dos

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Ahn Sun Hee

Desperté cuando sentí una luz caer sobre mis ojos, cerré mis ojos por el resplandor del sol y puse una almohada sobre mis ojos. Me puse de lado con la idea de volver a dormir hasta que un olor peculiar hizo que me detuviera y levantara mi cabeza. Había un olor de perfume de hombre sobre la almohada que yacía sobre mis ojos.

Giré mi cabeza y miré las paredes de mi alrededor, todas eran azules y las de mi habitación eran de color rosa y lila. Me extrañé al no ver mi tocador de color rosa en mi frente y algunos de mis peluches sobre la silla del mismo, puse mi vista en la mesita de noche que estaba a mi lado y abrí mis ojos con sorpresa al notar el marco que estaba ahí, dentro del marco estaba una foto de Jungkook y de mí.

Rapidamente me reincorporé en dónde estaba acostada e instintivamente me cubrí con las sabanas, miré hacia todos lados e inmediatamente me llegaron a la memoria los hechos de la noche anterior. Algunas imágenes mías bailando con el amigo tailandés de Doyoung, yo bebiendo con Seulgi y Jisoo, yo actuando de manera estúpida con Jungkook...

¡Jungkook! ¡Ay no! ¡No, no, no!

¡Esto debe ser una terrible pesadilla! Mi mente comenzó a rebobinar cada una de las cosas que sucedieron la noche anterior, haciéndome sentir rápidamente una idiota más. Yo pidiéndole sexo a Jungkook, que imbécil. ¿Cuándo yo había pasado de ser tan yo a ser tan, loca? El alcohol era malo y no lo supe hasta esa mañana, realmente me merecía un millón de bofetadas para reaccionar y... Cai en la cuenta de que estaba en su hogar, y que muy aparte de eso, estaba usando su ropa, ¿esó quería decir que en realidad sí había pasado? ¡Diganme que no! ¡Por favor no! Ya estaba hecho, había perdido mi virginidad y no recordaba como rayos había sucedido.

Me levanto de la cama y de repente comienzo a sentir el infernal dolor de cabeza o mejor conocido como, resaca. Comienzo por tomar mis zapatos que están tirados sobre mi vestido mientras que mi chaqueta está en una esquina, también tirada. Me deshago de la camiseta de Jungkook y me coloco nuevamente mi ropa, junto a mis zapatos, no diviso mi bolso y pienso en que tal vez lo he olvidado en casa de Jisoo, salgo de la habitación y empiezo a caminar por el pasillo. Todo está en silencio y por un momento me alivia, cuando estoy por atravesar la sala oigo como una voz me detiene, haciéndome exaltar.

-Vaya, ¿Ya piensas irte?

Su voz me hace congelar de pies a cabeza e incapaz de moverme, mis manos cosquillean y no sé que decir u hacer para salir de ésta incomoda situación.

-Sí, le dije a mi mamá que llegaría temprano a casa y realmente tengo algo de prisa. –Excuso de forma rápida, giro mi cabeza encaralandolo. -, Así que si no te molesta, debo irme.

-¿Ahora dices mentiras? –Cuestiona con diversión que me hace tragar duro. –Sunhee, son casi las tres de la tarde. Si eso es llegar temprano, entonces no sé que sea llegar tarde.

-Por lo menos yo aviso cuando me voy. –Mi oración lo hace desapartar su vista de mí, he dado en el blanco. Está dolido.

-Pero volví, y no me volveré a ir. –Dice con suavidad en sus palabras. –Te lo prometo.

Suspiro con pesadez. –No hagas promesas que no planeas cumplir, Jungkook. Cuando hagas una promesa, intenta cumplirla y así evitar decepcionar a las personas en un futuro.

-¿Por qué estás siendo tan negativa conmigo? ¡Ya regresé, Sun! ¡No volveré a irme nunca jamás! –Él sube su tono de voz mientras que avanza hasta a mí haciéndome retroceder. –No me iré, al menos no de nuevo.

-¿Por qué crees que volveré a creer en ti? –Pregunto con cierta acidez en mis palabras. –Ya estoy cansada de tanto sufrimiento, de tantas complicaciones y de tantas amarguras.

Él y yo⇝Jungkook→BTSWhere stories live. Discover now