veinte

247 28 3
                                    

Jeon Jung Kook

Los martes eran los días más detestables para mí, primero porque me tocaba Deportes y era a primera hora, segundo porque mi profesor me caía en el hígado, yo lo odiaba y él me odiaba, nuestro sentimiento era mutuo. Después de Educación Física pasé a las duchas para asearme y sacarme todo el sudor de mi cuerpo, cuando había acabado me sequé y pasé a ponerme mi uniforme, empecé por mi pantalón de color azul oscuro y luego finalicé con la camiseta blanca que iba por dentro y con la chaqueta.

Busqué mis zapatos junto con mis calcetines, cuando los encontré me los puse y até mis agujetas. Tomé mi bolso junto con mis cosas y salí de ahí, eran las 9:30 así que estábamos en el receso, mi estómago rugió por lo que caminé hacia la cafetería en busca de comida, cuando llegué divisé a casi todo el alumnado desayunando, o junto con sus grupos. Caminé hacia la fila de la comida y tomé seis pedazos de pizza, esperé unos segundos y pagué mi desayuno, fui hasta la máquina expendedora dónde había jugos y metí una moneda y pedí un jugo de pera.

Ya cuando lo tenía en mis manos, decidí buscar un lugar para comer, al ver que todos estaban llenos pensé en ir a comer afuera, comencé a caminar pero sentía una mirada sobre mí, me detuve y discretamente volteé en busca de quien se trataba, y supe que era ella. Cuando nuestras miradas se unieron sus mejillas se tornaron de un color rojizo y apartó su vista de mí, e hizo como si estuviera pendiente de la conversación de sus amigos. Yo miré al frente y salí de ahí.

Ahora me encontraba afuera desayunando en sumo silencio, tal y como me gustaba, volví a recordar el como ella me miraba y me hizo sentir algo extraño, otra vez.

Ayer no la había visto ni en un solo momento, ni siquiera en los descansos, se me había hecho muy extraño eso porque ella estaba tan apegada a mí, debía admitir que su presencia ya se me hacía de costumbre, el escucharla hablar sobre cualquier tema. Aún pensaba en la cita que habíamos tenido el sábado, realmente me había gustado mucho, me gustó mucho la parte en donde estuvimos sobre el bote, nunca lo llegué a pensar.

A pesar de que no estuve de acuerdo al principio con lo de la foto luego cuando las vi todas me retracté, pues sí me gustaron, las vi todas pero mi favorita fue en la que ambos sonreíamos, desde el momento en que la había visto mi corazón palpitó de una manera algo rápida, obviamente no lo di a entender y sólo la tomé y la guardé.

Y luego cuando me despedí de ella con un beso en la mejilla, no sabría decir si ella lo llegaría a notar pero mis mejillas se ruborizaron y mi corazón se aceleró, gracias a la oscuridad de la noche creo que ella no se percató de ese diminuto detalle.

Esa mocosa había entrado en mi vida de una manera tan rápida, no tenía idea de cómo había logrado hacerlo pero supo hacerlo, y aunque ya estuviera acostumbrado a que ella siempre anduviera conmigo, todavía no la soportaba del todo. Claro que ya no me resultaba tan pesada pero sí tenía sus momentos de sacarme de quicio.

-¡Hey amigo!-saludó Youngjae sentándose a mi lado, seguidamente de Yugyeom.

-¿Qué cuentas, Kook?-habló Yugyeom sonriente.

-Ya saben, lo usual, tuve una cita con Ahn Sun Hee.-contesté simple, ellos me miraron con sorpresa y seguí comiendo mi pizza.

-Espera un segundo, ¿tuviste una cita con la eterna enamorada de Taehyung?-preguntó incrédulo Yugyeom.

-Fue lo que dije, sí.-respondí mirándolos con tranquilidad.

-Eso no pudo ser posible, esa chica no tendría una cita con otra persona que no fuera Taehyung ni porque los cerdos volaran.-comentó Youngjae.

Él y yo⇝Jungkook→BTSWhere stories live. Discover now