cuarenta y tres

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Ahn Sun Hee

Las clases habían empezado hacía dos semanas, todo lucía normal, muchos se quejaban por el regreso a clases-Yoongi y Namjoon- mientras que otros aprovechaban el tiempo para conquistar chicas-Jimin-, y bueno otros aprovechaban al máximo el nuevo año para aumentar su índice académico para así poder entrar en una prestigiosa universidad al salir de la preparatoria-Nayeon y Jisoo-, al final me encontraba yo, terminando de completar una sopa de letras durante el almuerzo. Sonreí satisfecha cuando terminé todo el problema, miré a los chicos, Yoongi escuchaba música junto a Nayeon, Jisoo leía un libro y Jimin, bueno, Jimin coqueteaba descaradamente con SeulGi, una chica que recientemente se había incorporado a nuestro grupo, ella era nueva en nuestro curso y por eso se había hecho cercana a todos nosotros. Eso y que, Jimin desde que habíamos entrado a clases se había propuesto conquistarla ya qué, ella había captado su atención desde que inicio de clases.

Seulgi sin duda era hermosa, además de tener un buen cuerpo y un carisma único. Ella también parecía tener alguna atracción por Jimin, ya que siempre se la mantenían juntos y hasta se dejaba tomar las manos por él, o cualquier gesto afectivo por parte de él.

Yo ocasionalmente bromeaba con ellos diciendo que debían casarse y ella explotaba en sonrojos y Jimin sólo dedicaba a matarme con la mirada. No era mi culpa que ellos hicieran su atracción algo tan evidente, en fin, a todos nos agradaba Seulgi.

Tomé la manzana que tenía enfrente de mí y comencé a comerla sin mucha atención, los chicos estaban en su mundo y como cosa rara, Namjoon no había asistido por problemas de salud, había pasado el fin de semana con nauseas y fiebre, por lo estaba indispuesto para asistir al instituto. Paseé mi vista por toda la cafetería y me detuve en su mesa. Esa mesa donde antes solían sentarse sólo Youngjae, Yugyeom y él, pero ahora se les había unido un cuarto, qué realmente no era un él sino una ella. Los cuatro reían un poco y compartían charlas amenas, ella alborotaba un poco su cabello con coquetería, yo sólo rodeaba los ojos al verla, tan seductora, tan indiscreta, tan zo... Digo, tan coqueta.

Al final, todos los alumnos supimos de ella, su nombre era Hirai Momo, venía de Osaka, Japón y estaba en tercer año. No sé que me molestaba más sobre ella, si su rostro de angelito enmascarado o el hecho de que andaba con Jungkook todo el bendito día, de verdad, se apegaba a él como una especie de goma de mascar, y si lo preguntan, están en lo cierto. Estaba hasta la coronilla llena de celos, ¿la razón? Porque incontables veces había visto como Jungkook y ella caminaban por los pasillos charlando animadamente o riendo y eso simplemente hacía que me alterara de tal forma, que mantenía mis puños apretados y luego notaba como mis uñas quedaban marcadas sobre mis palmas.

Sumandole a eso, que Jungkook me ignoraba más que nunca, había intentado hablar con él pero simplemente pasaba de mí y hasta se hacía el sordo, odiaba esta situación. Cada vez sentía mi corazón romperse más y más. Ya no lloraba, no tenía porque hacerlo porque de todas maneras había sido mi culpa así que no tenía porque ir lamentándome por la vida. Pretendía seguir con mi vida pero el verlo a él constantemente no me ayudaba mucho que digamos.

Con respecto a Hirai Momo, ella realmente no me desagradaba, claro que no. Sólo me molestaba el hecho de que fuera tan suelta con Jungkook, es decir, ella siempre tomaba sus manos o cualquier parte de su rostro sin pudor alguno, o también coquetandole de forma para nada indiscreta. Agregandole el hecho de que también era muy hermosa y eso me hacía sentir insegura, porque vamos, cualquier chico podría caer ante ella en tan sólo un segundo, incluso Yoongi que sólo tenía ojos para Nayeon.

La chica en sí era una belleza por donde la mirases, me había descubierto a mí misma en más de una ocasión mirándola sin detenerme sólo para buscarle un defecto pero, saben algo, no le encontré nada. Incluso busqué sus antecedentes escolares, me había sorprendido al ver que era de las mejores alumnas en su preparatoria anterior en Japón, y que además pertenecía a una agencia de baile que se especializaba en danza contemporánea y ballet clásico, pertenecía a una familia adinerada y prestigiosa. Y bueno, yo a duras penas podía respirar bien, claro que no era un desastre en mis asignaturas pero tampoco era una chica que siempe obtenía 100 en sus exámenes, pero me esforzaba y eso contaba ¿no?

Él y yo⇝Jungkook→BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora