Él y yo⇝Jungkook→BTS

treinta

Ahn Sun Hee

-¿No deberías estar en clases?-preguntó por segunda vez la persona que estaba sentada junto a mí.

Tomé un poco de mi jugo pensando en una respuesta para justificar mi falta a clases.

-Mi profesor no vino.-respondí viendo mis zapatos.

-¿Ah sí? ¿Y por qué?-cuestionó mirándome con perspicacia.

-Creo que tuvo un percance en su hogar y por eso no pudo venir, ¿quién sabe realmente?-

-Bien. Te daré cinco minutos para que me digas la verdad.-comentó cerrando su cuaderno de dibujos, que por cierto, no dejaba que yo hojeara.

-¡Te estoy diciendo la verdad!-exclamé llena de falsa ofensa.

-Y yo te digo que me digas la verdad, soy incapaz de creerte.-

Resoplé.- Bueno, la verdad es que me sacaron de clases, ¿ya estás feliz?-pregunté cruzando mis brazos.

Él rió y pasó su mano por una de mis mejillas.

-Sabía que mentías, pero de igual manera, ¿por qué te sacaron de clases?-preguntó achicando sus ojos.

Dudé un poco en responder a su pregunta.

Me avergonzaba decirle que la razón de haber sido echada de clases había sido por él mismo, y todo por haber sido descubierta dibujando idioteces en mi cuaderno en lugar de haber prestado atención a la lección del profesor.

-Aun espero que respondas a mi pregunta, Sunhee.-dijo cansado de esperar.

-Me sacaron por haber estado dibujando cosas tontas, sólo eso. No es importante.-dije riendo un poco.

-¿Qué clase de cosas dibujabas?-

-Nada importante, son cosas mías.-respondí tratando de restarle importancia al asunto.

-Bien... Ya que te niegas a responderme, iré a tu salón y yo mismo le preguntaré a tu profesor porque te sacó.-dijo levantándose y corriendo hacia el instituto.

Inmediatamente reaccioné y salí corriendo detrás de él dejando los bolsos a su merced, luego los recogería.

Ahora mismo me importaba más que Jungkook no descubriera mis idioteces, porque si no se burlaría de mí por el resto de la eternidad y él era capaz de hacerlo sólo por verme molesta. Había que aclarar que él corría más rápido, y mi falta de hacer deporte no me ayudaba en nada.

En un abrir y cerrar de ojos, él desapareció de mi vista sin dar señales sobre donde se había metido, caminé lentamente por los pasillos mirando para hallarlo pero no conseguía encontrarlo.

Bufé ante mi fracasada búsqueda y pretendía regresar a nuestro sitio para tomar ambos bolsos. Cuando me volteé para comenzar a caminar sentí unas manos posarse por mi abdomen y sostenerme en el aire, traté de no gritar porque sabía de quien se trataba pero lo que no sabía era a donde nos dirigíamos. Escuché que abría una puerta y nos adentrábamos, me bajó y oí como pasaba el pestillo dándome a entender que no abriría hasta que yo dijese la verdad.

-Ahora que estamos solos, ¿me dirás?-dijo un tanto-mucho- cerca de mí. Pero, la pequeña habitación en donde estábamos era un espacio algo reducido y por ende debíamos estar cerca, la luz estaba apagada pero aun así podía ver como una sonrisa estaba pegada en su rostro.

-¿Por qué tienes tanta curiosidad de saberlo?-pregunté.

-Porque quiero saber.-

-Pero yo no quiero decirlo, eres muy insistente, ni siquiera yo soy así.-dije negando mientras cruzaba mis brazos.