Encuentro de Jacob con Esaú

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Génesis 33:1-5

1 Cuando Jacob alzó la vista y vio que Esaú se acercaba con cuatrocientos hombres, repartió a los niños entre Lea, Raquel y las dos esclavas.

2 Al frente de todos colocó a las criadas con sus hijos, luego a Lea con sus hijos, y por último a Raquel con José.

3 Jacob, por su parte, se adelantó a ellos, inclinándose hasta el suelo siete veces mientras se iba acercando a su hermano.

4 Pero Esaú corrió a su encuentro y, echándole los brazos al cuello, lo abrazó y lo besó. Entonces los dos se pusieron a llorar.

5 Luego Esaú alzó la vista y, al ver a las mujeres y a los niños, preguntó:

―¿Quiénes son estos que te acompañan?

―Son los hijos que Dios le ha concedido a tu siervo -respondió Jacob.

Aquí vemos una reconciliación hermosa donde dos hemanos dejaron que el tiempo obrara, sanaron heridas y dejaron atrás difrencias.

Es importante entender que Dios obró a favor de esta situación, si venimos a ver a ambos Dios bendijo al máximo y ambos aprendieron grandes lecciones, a pesar de que entre estos dos pueblo que decendieron de estos dos hermanos simpre hubo problemas, podemos ver que fue su desendencia, pues estos hermanos llegaron a arreglar sus diferencias y a vivir sin problemas.

El hecho de que Jacob pusiera sus hijos al frente no significa un acto de cobardía, si no que este quería que su hermano viera como Dios lo había bendecido con una gran familia y esto ablandaría un poco el corazón de su hermano.

6 Las esclavas y sus hijos se acercaron y se inclinaron ante Esaú.

7 Luego, Lea y sus hijos hicieron lo mismo y, por último, también se inclinaron José y Raquel.

8 ―¿Qué significan todas estas manadas que han salido a mi encuentro? -preguntó Esaú.

―Intentaba con ellas ganarme tu confianza -contestó Jacob.

9 ―Hermano mío -repuso Esaú-, ya tengo más que suficiente. Quédate con lo que te pertenece.

10 ―No, por favor -insistió Jacob-; si me he ganado tu confianza, acepta este presente que te ofrezco. Ya que me has recibido tan bien, ¡ver tu rostro es como ver a Dios mismo! 11 Acéptame el regalo que te he traído. Dios ha sido muy bueno conmigo, y tengo más de lo que necesito.

Los regalos como dije antes era en compensación por el daño que alguna vez Jacob entendió que le había hecho a su hermano, pero Dios los bendijó a ambos, pues Esaú también tenía bendición, no como la de Jacob, pero Dios no es injusto y a pesar de que Esaú entregó demasiado, Dios se encargó de su parte en la bendición de Esaú.

Que hermoso es cuando Dios pone todo en orden para hacer que en nuestras vidas no haya cargas innecesarias.

*Cuando en la Biblia habla de que Dios aborreció a Esaú en el libro de Malaquías habla de lo que le hicieron los edomitas desendientes de Esaú a Israel, en los cautiverios y durante sus guerras, y el castigo que llevaron por lo que hicieron

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*Cuando en la Biblia habla de que Dios aborreció a Esaú en el libro de Malaquías habla de lo que le hicieron los edomitas desendientes de Esaú a Israel, en los cautiverios y durante sus guerras, y el castigo que llevaron por lo que hicieron... si leemos el capt. Entero el profeta le habla a los desendientes.

Un día Con Dios (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora