6. Diferencia

898 68 12
                                    

CAPITULO 6

George

Me despedí de Angie, no pude evitar sonreír al recordar el día que habíamos tenido juntos, hablamos de tantas cosas, pero al mismo tiempo de nada, me faltaban mucho más cosas por escuchar de ella y mucho más cosas que contarle.

Debía admitir que me sentía algo culpable de pasar el tiempo con ella, yo amaba a Pattie ella era la chica de mis sueños y nuestra relación había surgido de una manera muy natural, pero debo admitir que Angie me confundía esperaba que solo fuera deseo por ella y que se me pasará rápido, y sobre todo porque esa chica era prácticamente intocable, no solo por estar casada sino por que su marido era un amigo mío.

Cuando llegué a casa me encontré con Pattie sentada a fuera del portón de mi casa con los brazos cruzados y con rostro bastante contrariado.

-¿Qué haces aquí, linda?- pregunté sentándome a un lado de ella poniendo una mano en su brazo.

Ella negó con la cabeza.

-Estuve esperándote más de una hora se supone que hoy íbamos al teatro ¿Acaso se te ha olvidado?- me reprochó la rubia.

Me sentí horrible me la pase tan bien con Angie durante la tarde que se me olvidó que tenía un compromiso con mi novia.

-perdón, perdón, se me ha olvidado, ya sabes que soy un poco distraído. Mañana podemos ir a...

-¡No! tú sabes por que mañana no podemos, siempre esta ocupado con la banda, la giras, tus amigos, la música, en entrevistas etc... Es raro cuando tienes un día libre en el que podemos pasar juntos y lo echaste a perder, de seguro no te volveré a ver hasta después de una semana, y se te olvida que yo también trabajo, tú no eres el único ocupado.- me reclamó furiosa.

Tenía razón Pattie, eramos pareja pero en realidad nos veíamos muy poco, así que se me ocurrió proponerle algo que en mi cabeza ya llevaba varias semanas rodando.

-Esto no tiene que ser así, podemos vernos todos los días.

-¿Qué dices?- me preguntó sin entender.

No estaba seguro si estaba listo para dar este paso, que era importante para mi, de hecho para los dos, pero estaba seguro que no quería pasar tanto tiempo lejos de ella.

-Mudate conmigo.- solté.

Ella se me quedó mirada expectante tal vez esperando en que soltara una carcajada y le dijera que era broma, pero al darse cuenta que estaba hablando en serio, se quedó otros segundo en silencio luego asintió emocionada y con una gran sonrisa en su rostro.

-Si, si, por supuesto que si, George.- me llenó la cara de besos.

-No sabes lo mucho que te quiero, Pattie.- confesé con completa sinceridad olvidándome de mis anteriores dudas.

Angie

Sentí como este caía a un lado mío, después de un rato en silencio me dijo:

-Hoy te noté diferente.

-¿Diferente? ¿Cómo? - pregunté mientras me daba la vuelta para mirarlo mejor, estire la sabana para cubrir mi desnudez.

-No se... Distante tal vez.

-Ni idea a que te refieres.

-¿Donde estuviste esta tarde?

-Mick silencio, me gustan estos momentos de intimidad donde estamos en silencio.

-No, hasta que me contestés. Fuiste por unos cafés pero nunca volviste.

-Creía que se querías deshacerte de mi ¿Cómo dijo la novia de Brian? Ya había tomado demasiadas fotos, así que me di la liberta de hacer lo que me plazca, además no soy su asistente para que me mandes a comprarte un café.

Mick se apartó de mi.

-Genial acabas de matar cualquier momento tierno mencionando a uno de mis amigos en la cama.

-Tu empezaste ¿No se te pudo ocurrir otro momento más oportuno para hacerme un interrogario?

Sabía que mi actitud tal vez había sido demasiado a la defensiva.

-Todo hubiera seguido su curso si me hubieras contestado ¿donde estuviste toda la tarde?

-Yo te he echo la misma pregunta muchas veces y tampoco me contestas, ¿Quienes es Mariana o Marienne? O como se diga, te escuché hoy hablando de ella.

-Es una amiga, no puedo creer siempre tienes que hacerme tu escenas de celos ¡Estoy harto de ti!

-¡Y yo de ti!

Agarré la camisa de Mick me la puse encima y una caja de cigarros, un encendedor y me fui, subí a la azotea de mi casa y fue una sorpresa del otro lado se encontraba Jess.

-¿Qué haces acá arriba?- pregunté cruzándome de brazos ya que hacía más frío del que pensaba a excepción de esa camisa no tenía otra prenda, y no quería bajar para volver encontrarme con Mick.

-Yo podría preguntar lo mismo, te vez agitada.

-Acabo de discutir con Mick.

-Tu no deberías estar con él.- dijo pero al parecer lo decía mas para si misma, que a mi.

-¿Qué?

-Nada, quiero decir... Eres mi vecina y a veces se escuchan sus discusiones hasta mi casa. Como cuando llega tarde borracho a casa, o que si anduvo con otra chica, que nunca tiene tiempo para nada, que no te saca a ningún lugar, que si le toca lavar platos y que si no saca la basura.

No sabía que nuestra discusiones se escuchaban mas allá de los muros de nuestra casa, pero saberlo hacía que me sintiera avergonzada hasta ahora no me había dado cuenta lo mucho que discutíamos.

-Es normal ¿no?- mencioné sin estar muy convencida.

-¿Discutir tanto? Tal vez en las parejas que llevan quince años juntos ¿Porque te casaste con él?

-Porque lo amo.- si de algo estaba convencida era de eso.

-¿Segura que fue por que lo amas? ¿Segura que no has confundido el amor con otra cosa?

-Puede que seas mi vecina y que escuches todas nuestras discusiones pero no nos conoces, no me conoces a mi y no conoces a Mick, no tienes derecho a opinar de nuestro matrimonio.- dije llevándome el cigarro a los labios, esta chica era en serio molesta.

-No deberías fumar, esas cosas matan a personas a la larga.

-¿Siempre has sido tan entrometida?

Me fuí indignada y cuando entré de nuevo a la habitación
vi a Mick que estaba acostado sobre la cama viendo la televisión.

-O ya regresaste, tienes razón no fue un buen momento para preguntar y creo que no te trate hoy de la forma que mereces, no eres nuestra asistente.

-Vamós a terminar lo que empezamos.- propuse mientras me ponía encima de él.

-Te quiero, Angie.- dijo llevando una mano a mi cintura, ayudándome a quitarme la única prenda que tenía.

Gracias por leer

I Want To Tell You (George Harrison)Where stories live. Discover now