One Shot McDanno

Una vida juntos

¡Lealtad! Es las palabra que definía la sociedad que tenían Danny y Steve.
Paz, hogar con sabor a familia. Nada más necesitaban.
Steve se había forjado en un carácter fuerte proteguiendo a su corazon de cualquier sentimiento que lo llegará a lastimar. Había sufrido el desarraigo del hogar a muy corta edad. Su madre la creyó muerta y su padre lo mando al continente. Se convirtió en uno de los marines más destacados a muy corta edad, y desde ese momento entre entrenamientos y bases marinas perdió el significado de la palabra familia, se olvidó de lo que se sentía pertenecer a un lugar. Formando un carácter fuerte y al ser un comandante estaba acostumbrado a que siempre lo obedecieran.
Danny por su parte era totalmente distinto, Danny había crecido en en medio de mucho amor familiar. Rodeado de sus tres hermanas y su hermano estaba acostumbrado a tener en quien apoyarse y con quien discutir siempre, sus padre demostraban el amor a sus hijos en cada oportunidad que se les presentaba, era tan así que aún siendo mayores los hermanos Williams podía avergonzarse por el comportamiento de sus padres, pero un golpe duro llamo a la puerta del detective de Jersey.
Su divorcio no fue bonito, las constantes peleas con su ex mujer lo afectaban más de lo normal por aún amar a Rachel.
Y fue ahí en el peor momento de Danny que se vio inmerso en el gran amor de su familia. Pero al parecer su felicidad no estaba aún cerca.
El tener que mudarse a una infierno de roca infestado de piña, casi lo hace caer de una buena vez, pero terco como el sólo tomó fuerzas de donde no había nada y con maleta en mano llego a Hawai.
Su vida no mejoró en la isla, el departamento que consiguió para vivir era deprimente, su días con su hija se veían casi siempre interrumpidos por los viajes de Rachel y Stan. Sus compañeros de trabajo lo trataban mal, por ser un Haole, y el jefe se había cansado de asignarle compañeros que volvían a la comisaría golpeados, por que a pesar del amor de Danny por la ley y los procedimientos no dejaba que nadie le pasará por arriba.
La vida había golpeado duro en estos dos hombres que se encontraron y chocaron nada más verse.
¿Había otra forma? Después de todo lo que habían pasado, eran hombres rotos, heridos, sangrando.
La primera impresión de Danny hacia Steve era que era un loco controlador.
Steve pensó que Danny era un loco hablador que no sabe identificar el peligro por que ¿quien le hablaría en ese tono a Steve McGarret?
Steve quedó sorprendido por la manera de trabajar del rubio, su forma de pelear y la manera de hablar mucho y respirar poco, como así el buen gancho que tenía el detective.
Danny apreciaba la pasión de Steve y la dedicación al trabajo, apesar de que siempre terminaban en una balacera. Steve veía el mundo desde otra perspectiva y apesar de haber pasado a la reserva de los marines el seguía trabajando como uno.
Ellos eran así dedicados, y apasionados ellos eran Steve y Danno amigos, socios, amantes.
Por que sobre todo se amaban.
Danny sonrio al ver a Steve salir del agua, hace dos años que vivían juntos como parejas y el rubio podía asegurar que eran los mejores años de su vida. Por que todo era fácil con Steve a su lado, era natural. Era como si estuvieran destinados a encontrarse. Y eso hacia aún más feliz a Danny.
Por que juntos se complementaban por que Steve no había olvidado lo que era una ohana y Danny se lo recordaba todas las mañanas al despertar abrazados.
Y Danny necesitaba que alguien curara a su corazon y lo defendiera como sólo su loco ninja Seal podía hacerlo.
Steve llego frente a Danny y como era costumbre sin hablar sin consultar sin avisar tomó como suyos los labios del rubio y juntos se olvidaron del mundo sólo disfrutaban el momento.
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