Capítulo 30

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P.O.V Ethan

—Hunter aunque lo hubiera escuchado me seguiría importando una mierda lo que él dice de mí —dice Santana suspirando— así que por favor suéltalo y vámonos a clase.—¿Por qué siempre lo tiene que defender? Será que lo sigue queriendo...joder ni siquiera quiero pensar en esa posibilidad.
—Serás mía nena  —dice entrecortado el idiota.
—Escúchame muy bien maldito, le haces algo a Camila y juro que te termino de romper esa maldita cara —y dicho esto lo suelto empujándolo.
—¡No me importa lo que me hagas, con tal de tener a esa puta gimiendo! —juro que me iba a ir sin hacerle nada, pero él se lo busco. Me doy la vuelta y con mis nudillos le propino un golpe en el ojo, lo cual hace que Andrew caiga exageradamente al suelo. Que debilucho.
—¡Ethan para! —grita Camila, y yo por mi parte lo vuelvo a tomar del cuello.
—Este golpe tan solo es una advertencia idiota —lo vuelvo a soltar y el choca contra el suelo. —vamonos—comento tomando la mano de Camila y llevándomela conmigo.
—Ethan...Ethan ¡Mierda Ethan no tengo un cuerpo tan atlético como el tuyo idiota! —grita Camila y me doy cuenta de que la he llevado prácticamente a rastras por la universidad, freno de inmediato y escucho como Camila intenta regular su respiración.
—Perdona...—intente decir pero Camila me frenó.
—¡No! —dice ella mirándome mal—no todo en esta vida se soluciona con golpes Ethan.
—Yo lo sé —refuto de mala gana, aún con mi mano entrelazada con la de ella.
—No, no lo sabes porque de ser así no hubieras hecho... —y ahora yo soy la que la freno.
—¿¡Qué mierda querías que hiciera!? No podía quedarme estático mientras el te insultaba —grito exasperado por la actitud de Camila.—¿Por qué siempre lo defiendes? Acaso lo sigues amando...porque si es así déjame decirte que eres una idiota.
—Tú eres el idiota al pensar que sigo amando a Andrew, acaso no te das cuenta que si evitó que te pelees con él es porque no quiero que salgas afectado —menciona Camila sobando su cien con su mano libre, e involuntariamente se forma una sonrisa en mi rostro por el comentario de la chica pervertida.—¿Por qué estás sonriendo como maniático? Me das miedo.
—Tú produces que yo sonría como maniático —digo acariciando con mi mano la de ella.
—No, a mi no me eches la culpa de tu locura
—Camila perdóname por no entenderte, por pensar estupideces y gracias por querer protegerme, pero entiende que así como tú me quieres proteger, yo también lo quiero hacer, y si ese idiota te hace algo no me voy a poder controlar. —comento mirándola fijamente a sus ojos, y veo como se forma una leve sonrisa en su rostro.
—Tranquilo fiera yo no permitire que me haga algo —comenta Camila mostrándome los supuestos músculos de su brazo.—lo bueno de esto es que ya no estás enojado conmigo, oye  hablando de eso ¿Por qué estabas enojado está mañana conmigo Ethan? —se me había olvidado que estaba enojado con ella por lo de los tributos, pero es que con la actitud y personalidad de Camila es casi imposible estar enojado con ella.
—¿Cómo que por qué? La palabra tributos te suena —digo soltando su mano.
—Hasta donde yo recuerdo no he sacrificado a nadie
—Camila —comento en modo de reproche.
—Ethan —en serio que parece una niña pequeña
—Ponte sería ya...—y como casi siempre me interrumpió cel timbre.
—¡Las clases! Se me habían olvidado, te veo en el salón —y dicho esto la chica pervertida salió a correr, dejándome sin ninguna respuesta. 

P.O.V Camila

Salvada por poquito, pienso entrando al salón siendo conciente de que él profesor estuvo apunto de cerrar la puerta.
Cuando me iba a sentar me doy cuenta de que Ethan ya está en el salón de clases, ¿Cómo demonios lo hizo? Ni que fuera flash.

Él me hace señas para que me siente a su lado, y así lo hago no sin antes sentir como varias compañeras me matan con la mirada.

—Eres como una tortuga chica pervertida —dice Ethan relajado.
—Idiota, no tengo la culpa de que tú seas como un guepardo —comento sacando mi cuaderno y un libro.
—Señorita Santana ¿En qué parte quedamos? —me pregunta el profesor.
—Quedamos en el frenillo lingual —comento encontrando la página del libro donde íbamos.
—Sin ver en el libro me podría decir ¿Qué es eso del frenillo lingual? —aqui es donde agradezco haber estudiado esa parte.
—Es una membrana mucosa situada bajo la lengua.
—¿Cómo se llama la afección en dónde el frenillo lingual es demasiado corto y dificulta el movimiento de la lengua?
—Anquiloglosia —respondí dudosa
—Correcto señorita Santana, no dude de sus conocimientos —y dicho esto el profesor continúa su clase, a la cual intenté prestar atención total, cosa que no pude ya que mi mente se distrajo como una o dos veces pensando acerca de los tributos que menciono Ethan, ya que fuera de broma no se de que hablaba el chico mujeriego. Cuando finalice la primera sesión iré a preguntarle.

Enséñame a dejar de ser mujeriego [PAUSADA TEMPORALMENTE] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora