Capítulo 28

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P.O.V Ethan

Otro día que me levanto tarde y las culpables de que no haya podido pegar el ojo, son mi pequeña y la chica pervertida.

Anoche llegué a mi casa y me termine de emborrachar. En verdad el trago era el único medio para no pensar en lo sucedido.
Mi primer tormento fue Nat, con la cual no se que hacer, siento que cada vez nos estamos hiriendo más, y eso es a lo que yo le temía, no la quiero volver a lastimar, pero al parecer eso es lo único que he logrado.
Y mi segundo tormento fue la chica pervertida, ¿Por qué mierda la tenía que besar? Además aunque intento arrepentirme de haberla besado, no lo logro, y la verdad no sé porque no lamento haber probado sus dulces, suaves y gélidos labios, creo que hasta en un punto llegue a desear seguir saboreando ese dulce que desprendía su boca. Me he reprendido mil veces por esos deseos, porque Camila para mi es tan intocable como Nat en estos momentos, la diferencia es que la primera lo será para siempre.

Mi cabeza estaba prácticamente estallando, pero aún así me levanté y me duche. Al salir del baño, oí que tocaron la puerta, por eso me encamine a abrir la puerta y me encontré a la persona que menos esperaba.
-Santana... ¿Qué haces aquí? -pregunte confuso por la repentina visita de Camila. Observe como ella indagó con su mirada mi cuerpo, y como no, después de todo solo tenía una toalla enrollada alrededor de mi cintura.
-Que quede claro que solo estoy viendo las gotas que se deslizan por tu cuerpo, gastas mucha agua Hunter -no se quién es más malo en dar excusas si ella o yo.
-Oye tranquila no te he dicho nada -respondo alzando las manos en defensa.
-No me dijiste nada, pero debiste pensar "la chica pervertida está detallando mi cuerpo y como no después de todo soy un adonis" -dijo engruesando su voz, no sé en qué nivel de egocentrismo me ha ubicado.
-No pensé eso. Ahora dejando ese tema de lado ¿Qué haces acá? -no es que me molestará su presencia, pero me siento raro con ella, después de haberla besado.
-Vine a hablar contigo -responde sonriéndome como es frecuente en ella.
-¿Sobre qué? -esa pregunta creo que fue algo estúpida.
-Sobre la salvación. Hunter hay que encaminar nuestra vida hacia Dios si no seremos presos del infierno -dice Camila como si estuviera declamando un poema.-No es por nada, pero tú sí que haces preguntas estúpidas Hunter, vine a hablar sobre lo sucedido anoche.
-Pasa, y espérame en el sofá mientras me cambio -digo, extrañandome por la naturalidad en que me trata Camila ¿Acaso a ella no le incómoda hablar conmigo después de besarnos?
-¿No te puedo esperar mejor en la cocina? -inquiere Camila juguetona, su comentario me hace sonreír.
-No porque me vas a dejar sin comida -respondo revolcando suavemente su cabello.-Porque mejor no me esperas en mi cuarto.
-Malo, yo tan solo me iba a comer la mitad de tu comida. -dice Camila haciendo un puchero, y cruzando sus manos.-¿Luego no te vas a vestir en tu cuarto? -pregunta Camila, quitando mi mano de su cabello.
-Claro, no ves que allí es donde tengo mi ropa -respondo volviendo a revolcar su cabello.
-Entonces ahí no te puedo esperar idiota
-Claro que sí, hasta puedes ayudarme a vestir -comento para molestarla, ella achica los ojos, y me mira como si hubiera cometido un delito, de repente ella se aleja de mí y toma un cojín del sofá.
-Maldito pervertido -menciona Camila lanzandome el cojín, el cual por poco cae en mi entrepierna. Finjo que me ha golpeado en mi órgano reproductor, y caigo al suelo de rodillas.
-Mal...dición -comento.
-No es para tanto Hunter, no seas niña -dice Camila riéndose.
-Me duele... demasiado Camila, ayúdame por...favor-suplico, para ver si Camila me cree. Observo de reojo como su expresión de alegría, cambia a una de preocupación. Ella se acerca rápidamente e intenta ayudarme a levantarme.
-Vamos Hunter, solo fue un golpecito -comenta Camila, mientras toma mi brazo y lo coloca alrededor de sus hombros.
-Un golpecito que tal vez me deje impotente para toda la vida -respondo aún fingiendo dolor.
-Viviste una gran vida amiguito. Fuiste el fiel compañero de Ethan, y siempre permaneceras en el recuerdo de... las mujeres a las que le diste placer. -comenta Camila haciendo gestos de pésame y mirando mi pene. -Listo tu amiguito ya puede descansar en paz, ya le di santa sepultura.
-Insensible -comento, evitando reír por las ocurrencias de Camila.
-Me dicen corazón de piedra -responde Camila aún intentando levantarme, pero en un rápido movimiento la tomo de la cintura y la hago quedar acostada debajo mío. -Maldito estabas fingiendo todo.
-Vamos a ver si tu corazón de piedra resiste las cosquillas. -comento, mientras que con una mano reajustó mi toalla, no vaya a ser que se me termine desprendiendo. Después de hacer eso comienzo a hacerle cosquillas en el estómago a Camila, la cual comienza a reír y patalear sin parar.
-Por...favor ... Ay... Para -dice Santana entre risas. Dure haciéndole unos tres minutos cosquillas, hasta que decidir dejar de torturarla.
-Agradece que soy piadoso -comento quitándole varios mechones de pelo que tiene en la cara con mi mano.
-Quítate de encima mío, que me mojaste toda idiota -responde Camila, mientras intenta regular su respiración.
-¿No sabía que con las cosquillas se podía mojar? -susurro en su oído, y dejó caer mi frente encima de la suyo, noto como su mirada se concentra en la mía.
-Pervertido, yo hablaba de las gotas de tu cuerpo que terminaste secando con mi vestido. -comenta Camila, intentado separarme un poco con sus manos, las cuales coloca en mi pecho.
-Al parecer me gustan más las toallas vivientes. -comento dándole un beso en la punto de la nariz.
-Ya quítate y ve a cambiarte -dice Camila empujándome, yo me quito de encima suyo y me levanto.
-Ya voy chica pervertida -digo extendiéndole la mano, para ayudarle a levantarse. Cuando ella está apunto de tomar la mía, la alejo y la dejo con su mano estirada.
-Fue muy caballeroso de tu parte para ser realidad -refuta Camila de mala gana, mientras que se levanta por si sola. Yo por mi parte me dirijo al cuarto a cambiarme con una gran sonrisa en el rostro.

Enséñame a dejar de ser mujeriego [PAUSADA TEMPORALMENTE] Where stories live. Discover now