Capítulo 27

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P.O.V Derek
—No disfraces lo obvio, eso es un chupetón, y Ethan también tenia uno igual —digo, confuso por la estúpida coincidencia de que los dos tenían un chupetón.
—¿Qué pasa con eso? —dice Camila con su cabeza agachada, viendo el botón que le falta. Yo la tomo con mi mano derecha de su mentón, y alzó su cabeza para que me mire a los ojos. No quiero y tampoco puedo dudar de Camila, pero no me fío de Ethan.
—¿El te hizo algo? —pregunto temoroso por su respuesta.
—¿Quieres saber si sucedió algo entre los dos? —asentí con mi cabeza, mientras posaba mi otra mano, en la cintura de Camila.—Bueno ya que no está Nat por aquí... voy a confesarte lo que paso con el chico mujeriego, pero tienes que jurar que no le vas a decir nada a Nat —dice Camila, mi pulso se comienza a acelerar, ¿Entre ellos jamás podría ocurrir nada? Eso es lo que repito mil veces en mi cabeza.
—Te lo prometo —respondo, temiendo por su respuesta, por un segundo me siento el hombre más inseguro y temoroso del mundo.
Mi princesa con su respuesta puede provocar que se me destroce el alma, no le deseo  ni al peor de mis enemigos necesitar y depender tanto de una persona. Comienzo a desesperarme por su respuesta, pienso que lo que voy a escuchar va a destrozarme, pero puede que también sea un detonante para que...olvide.

—Bueno lo que sucedió, es que un estúpido vampirin alcohólico, se nos abalanzó encima sediento de sangre, e intento mordernos pero como tiene dientes tan débiles, nos termino haciendo un chupón que nos succionó hasta el alma. Y colorín colorado este cuento ha acabado. —Sentí como el alma volvió a mi cuerpo, por un segundo Santana fue capaz de producir en mi un vacío asqueroso.

—Traducción yo les hice los chupetones ¿Cierto? —inquiero sonriendo, y depositando mis dos manos alrededor de la cintura de Santana,mientras que hundo mi nariz en su cuello, para aspirar su aroma natural, es indescriptible su olor, no se compara a el aroma de ningún perfume, es tan prefecta la esencia que desprende cada parte de mi princesa.
—Pues hasta ahora, eres al único que le llamo vampirin —dice Camila correspondiendo mi abrazo, siento sus brazos alrededor de mi espalda.
—Eres muy enana, pareces un minion —digo, depositando un beso en su cuello.
—No, pues tranquilo señor jirafa. —comenta Camila, recostando su cabeza en mi pecho.
—¿Me perdonas? —inquiero.
—¿Por qué? —responde mi princesa.
—Por el chupetón —susurro en su oído.
—Claro que te disculpó por la herida de batalla que me hiciste
—Dirás herida de placer, aunque pensándolo bien ese chupetón te beneficio a ti, ya que te debió encantar.
—Claro, me encantó tanto que cada vez que lo toco me duele —refuto Camila.
—Quejetas, no me imagino cuando pierdas tu virginidad, pobre el hombre que le toque sufrir semejante proceso —espero que tal hombre no exista.
—Idiota —responde Camila, me separo un poco de ella, y pego su frente con la mía.
—Cami, prométeme algo —digo observando sus ojos marrones. Ella asiente con la cabeza. —Prométeme que no vas a confiar tan rápido en Ethan, yo se que tu confías muy rápido en las personas, y por eso temo por ti, ya que el puede llegar a lastimarte, además creo que tiene otras intenciones contigo.—comento y veo como ella me mira confundida por mi pedido, pero luego sonríe.
—El no es así Derek, confía en mí, yo se en quien depositar la confianza y puede que Ethan sea muy juguetón, pero de eso no pasa, el es una buena persona, de eso estoy segura, además tengo que ayudarlo con Nat —responde Camila, y puedo deducir que ya le tiene cierto aprecio.
—Tan solo prométeme que vas a ser precavida con el —menciono  sonriendo débilmente. Temo por mi princesa, pero por el quien más temo es por mi, ya que no quiero que ningún idiota me separé de ella, yo en mi vida jamás me había sentido amenazado por otro hombre, pero siento que Camila sonríe igual con Ethan que cuando está conmigo, tengo miedo de que él me la arrebate.
—Te lo prometo —susurra Camila, sonriéndome. —Te amo Derek.—cada te amo de Camila me hacen sonreír como idiota, es mi dosis diaria de felicidad.
—Yo también Camila. —respondo, sintiendo como el sentimiento se desprende con total naturalidad.

—Oigan par de tortolos, dejen de holgazanear, yo sí trabajé arduamente y ya encontré a la borracha. —Eli yo te quiero, pero en estos momentos te mato. Camila despegó su frente de la mía, y miro a Eli, a mi me tocó hacer lo mismo.—Hasta la traje conmigo.—comenta Eli con Nat a caballito.—creo que ya me fracture la columna.

—Ven te ayudo, gracias Eli —dice Camila, separándose totalmente de mi para ir ayudar a Eli que está en la puerta. Yo fui tras ella, y cargué a Nat en brazos, es un poco más pesada que Camila. —O bueno Derek te ayuda.

Fuimos hasta el cuarto de Camila, el cual estaba cerrado con llave, y nos adentramos ahí los cuatro.
Deposite a Nat en la cama, y Eli se desplomó a su lado.
—Dios que noche, hasta mañana —y dicho esto Eli fue poseída por el Dios del sueño.
—Eli ni se te ocurra dormirte en esa posición, no me dejaras espacio —comenta Camila, moviendola suavemente pero su intento es fallido, una vez que Eli se duerme es como si cayera en coma.—maldición al igual Nat no me dejara dormir con sus ronquidos de perro con tos. No hay colchones extras, y el suelo es muy frío ¿Dónde se supone que durmamos?
—Pues está mi carro —veo como la cara de mi amiga destella esperanza.
—Un carro es mil veces mejor que el suelo, además no habrá tanto ruido, ayúdame a acomodarlas y nos vamos a dormir —dice Camila comenzando a quitarles los zapatos a sus amigas.

...

Ya estábamos en el carro en forma de cucharita.
—Cami, ¿Qué pasó en tu casa, cómo te fue? —pregunto,  mientras acarició suavemente el brazo de Camila.
—Bien Derek —responde mi princesa
—¿Segura? —inquiero recordando como la trata su familia.
—Confía en lo que te digo —responde Camila, acomodando su pelo a un lado del cuello. Espero que sea verdad lo que me dice.
—Amo tu tatuaje, ¿Algún día me dirás el verdadero significado? —inquiero cambiando de tema
—Si —responde débilmente Camila, y deduzco que el sueño ya la está abrumando.
—Cami, una última pregunta ¿A ti... te gustó el beso de Ethan? —inquiero, y no obtengo ninguna respuesta, y es porque mi princesa ya se ha dormido, por mi bien y por el de Nat espero que ni a Ethan ni a Camila les haya gustado el beso. Finalizando de pensar esto, cierro mis ojos y me dispongo a dormir, entrelazando mi mano con la de Santana.

En otro sitio

—Señor ya llegó el joven
—Hazlo pasar —responde el señor, tomando una copa de Whisky, sentado en su escritorio.
—Jefe, aquí le traigo lo que me pidió —comento el joven, acercándose hasta el escritorio, y dejando sobre el un sobre.
El señor comenzó a abrir el sobre lentamente, sacándome una foto de el.
—Así que está es Camila Santana —dice el Señor tomando un trago de Whisky.—Ha crecido mucho desde la última vez que la ví. Su sonrisa es inocente y hermosa no crees —dijo este mirando al joven, este último asintió con semblante serio.—Pero no te dejes engañar por esa falsa inocencia que demuestra, porque si lo haces ella te va a destrozar sin el más mínimos remordimiento, así como lo hizo su madre Victoria Santana conmigo, y puesto que ella no está viva, me voy a vengar del segundo ser que más me hizo daño después de Victoria y ese es Anton el padre de Camila, y sé que el talón de Aquiles de una padre siempre será un hijo y en este caso quiero destruir a la criatura del fruto de la traición de Victoria, no voy a dejar rastro de Camila Santana  y así Anton no le quedará más remedio que sufrir como en el pasado lo hice yo por su culpa —termina de comentar el señor, mirando con odio la foto de Camila, donde aparece sonriendo inocentemente sin saber el sufrimiento que le espera.
El joven por su parte se mantiene callado.
—Bueno un trato es un trato, y tú desde hace años me has demostrado tu lealtad así que como sé que no flaquearas en mi plan de venganza, yo también cumpliré con la parte de nuestro pacto, por eso mañana voy a ir a firmar un contrato con el señor Hunter, primero me ganaré su confianza y luego lo dejaré en la ruina, si gustas puedes acompañarme para testificar que lo hice. —dice el señor brindándole una copa de Whisky al joven, el cual acepta muy gustoso.
—No, por ahora no lo haré, aún no quiero ver a mi padre, así como usted confía en mí, yo también depósito mi confianza en usted, y sé que no me fallará jefe. —comenta el joven, tomándose el Whisky y mirando con lástima la foto de la chica sobre el escritorio, el muy en el fondo sabía que ella no tenía culpa alguna de los actos de sus padres, pero así es la vida, injusta con las personas inocentes.

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Buenas noches, y que sueñen con Hunter y Derek 😘😘 besos.













Enséñame a dejar de ser mujeriego [PAUSADA TEMPORALMENTE] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora