Capítulo 55: "En nombre de todos."

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Estaba perdiendo las esperanzas, hasta que sentí claramente como la cuerda en mis manos se aflojó un poco, tan sólo un poco que podría hacer la diferencia por mucho. Seguí intentando, moviendo mis manos y haciéndolas lo más pequeñas posibles para que pasaran por debajo de la cuerda.

Escuché gritos afuera, sin embargo, no lograba entender lo que decían, aún mi cabeza estaba perturbada por la presencia de Matt aquí en el bando equivocado y por lo que ellos serían capaces de hacerle a mi familia.

Cada minuto era más eterno que el anterior, lo estaba logrando, lo estaba logrando, no dejaría de intentarlo, saldría de esta. El mismo tipo que siempre viene a revisar que esté todo bien, vino en esta ocasión con la jeringa que ya me era familiar, me drogaría.

—Tranquila princesita, ya dormirás muy bien —se acercó a mi cuello sólo su mano.

—En esa posición, podrías matarme, no creo que eso le guste a Leyla... Acércate más a mí, debes inyectar a 45° —mencioné restándole importancia—, imbécil.

Él se acercó a mí tomando mi rostro con fiereza haciéndolo a un lado, antes de que siquiera la punta de la inyección llegara a rozar mi piel envolví la cuerda en su cuello con fuerza, sostuve como pude y le arranché la inyección clavándola en su espalda. Poco a poco dejó de luchar contra mí y cayó, lo empujé a un lado deshaciéndome definitivamente de la cuerda en mis manos y mis pies. Me puse de pie como pude, el vestido ajado y manchado ya no era digno de una gran fiesta, sino de una reclusa... Ah, cierto... Lo era.

Abrí la puerta con cuidado, no reconocía el lugar, esta no era la finca la de mi padre o al menos no la parecía. Asomé mi rostro y sólo era un largo pasillo, el aire se tornaba pesado, estaba angustiada... Sentía miedo.

Caminé silenciosa y despacio, cualquier paso equivocado podría costarme mucho, llegué al final del pasillo para que a mi derecha hubiera otro no tan largo, cada vez, oscurecía un poco más, como si en lugar de encontrar la salida, estuviera adentrándome más al lugar. Estaba por girar nuevamente cuando fui descubierta.

—No, por favor... Déjame salir de aquí, sé que no estás de acuerdo con todo esto.

—Es en nombre de mi familia, Carol... Lo siento.

—¿En serio Ally? —pregunté tratando de ocultar mis miedos— Mi muerte no traerá a la vida a tu hermana, la de Alex tampoco, ni la de nadie —aclaré.

—Pero sí se cobrará la justicia que no hubo.

—¿Esta es tu idea de justicia? —bajó la mirada apoyándose en la pared— Ally, no lo estás pensando, date cuenta... Esto sólo estropeará tu vida y la de ella, yo ya estoy en los trámites de la denuncia contra mi padre —un brillo de ilusión apareció cuando mencioné esto y me miró incrédula.

—¿En serio? —cuestionó.

Asentí con mi cabeza y le brindé una sonrisa —Por favor, Ally.

—Yo te cubriré con Leyla, fingiré que estás dentro de la habitación y que acabo de asesorarme de ello, eso te dará un poco de tiempo, debes correr por donde viniste, hacia el otro lado del pasillo. Está es tu oportunidad, todos están reunidos con Leyla al fondo —señaló el pasillo hacia donde me dirigía, es mi salvación que ella haya llegado— No hay puertas de salida, sino una escalera, empuja hacia arriba cuando subas y ese pedazo de techo se abrirá, estamos en el sótano de la finca, tu padre lo modificó así, antes había todas sus armas aquí. Suerte, Carol.

La abracé fuerte antes de seguir sus indicaciones, ella me detuvo del brazo —Todo estará bien, Ally, lo denunciaré.

—Es tu palabra, por mi hermana.

Infiltrada [EN EDICIÓN]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt