Capítulo 27: "Game Over."

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El sábado había pasado tan rápido, veinticuatro horas encerrada en casa totalmente sola, Kate había salido con Jay quien con su nueva relación no disponía de tiempo suficiente para estar conmigo y Alex como era últimamente normal en él, había salido a primeras horas de la mañana para volver en la madrugada.

Películas, libros, ejercicios y un poco de compañía de Mario y Antonieta había sido mi única opción durante todo el día, además de los constantes mensajes de mi ahora novio, Bruno.

Él era la clase de chico que al despertar te escribía un «Buenos días » acompañado de un « ¿Cómo amaneciste?». Esos detalles a los que yo no estoy acostumbrada, son pequeñas cosas que me hacen dar un gran vuelco al corazón. Ahora, solo dejaré que las cosas tomen su camino por si solas, no me forzaré a enamorarme y amarlo tanto como él me ha profesado la noche anterior obteniendo una respuesta poco amorosa como un «Gracias». Dejaré que él me enamore, y estoy más que segura que eso no demorará en pasar.

Amanecí muy temprano para arreglarme para mi primera presentación, escogí una muda de ropa muy casual para llegar instituto, un short de mezclilla y una blusa holgada con un corte más largo en la parte trasera del mismo color que mis flats azules fue todo mi vestuario para el día de hoy junto a mi bolsa.

Al llegar al instituto, todo era un caos, algunas de las porristas corrían de un lado a otro y el equipo de básquet estaba incompleto faltando sólo cuarenta minutos para empezar. Dani tomó mi brazo con fuerza y me arrastró hasta los vestidores donde se encontraban la mayoría del equipo, algo me decía que las cosas andaban mal, y ese "algo" era el ceño fruncido en sus rostros junto a las miradas de rabia y dolor.

—Hola... ¿Qué sucede? —pregunté mirándolas a todas, las únicas en faltar eran Josie, Rosee, Rachel y Carly.

— ¿Cómo pudiste? ¿Todavía lo preguntas? Creímos en ti, Caroline.

— ¿De qué hablas Cris? —enarqué una ceja confundida.

— ¡De esto, Carol! ¡De esto! —en su brazo izquierdo levanto el uniforme que nos había sido entregado ayer el cual era negro en lugar de rojo a excepción de los estampados los cuales estaban embarrados debido a la mala tinturada que había recibido el traje.

—Wow... —solté en un susurro asombrado— No le queda tan mal el color, pero está muy mal pintado ¿Quién hizo esto?

—No te hagas Carol, fuiste tú.

— ¿¡Qué!? ¡No! Yo no... —dejé de hablar bajo la mirada de decepción que ellas me dirigían— Chicas deben creerme, yo no hice eso.

—Qué raro ¿No? Siempre fuiste quien daño nuestros uniformes antes de una presentación y que justamente el tuyo esté intacto.

—Yo no fui, Cris —la furia recorría mis venas, al igual que las lágrimas querían recorres mis mejillas pero las contenía con una fuerza inhumana—. No me pueden acusar por esto, en otras ocasiones me hubiera reído en sus caras diciéndoles que son unas estúpidas huecas pero ahora no, porque no lo hice.

—Tiene razón, chicas —me defendió Yuko—. Nadie nos asegura que fue ella y aunque todo esté en su contra, no podemos juzgarla sólo porque así lo creemos.

— ¡No te pongas de su lado Yuko! —le recriminó Cris, que al parecer era la más furiosa.

—Una vez una gran capitana dijo que no se ponía del lado de nadie, porque somos un equipo y no hay lados donde ponerse, somos uno —le respondió con una serenidad admirable refiriéndose a Dani, una gran capitana.

—Si no fuiste tú, ¿quién pudo hacerlo? —inquirió Dani sin mirarme— Esto no va a quedar así, pero por ahora debemos encontrar una solución.

Infiltrada [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now