Capítulo 17: "Ataque Morado"

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Todas se hacían preguntas, unas entre ellas y otras para mí. Pero lo único que estaba haciendo, era mantenerle la mirada a Leyla, me gustaba verla así, con miedo y temerosa, podría jurar que sudaba y que tenia escalofríos; que Dani, capitana del grupo y de paso una muy exigente, se enterara de esto, sería algo de lo que hay que temer.

— ¿Quieres explicarnos que sucedió Carol? —escuché por encima del barullo, pues Cris se puso de pie para hablar con tono fuerte y claro.

—Esta mañana aparecieron los baños de las mujeres en un estado inmundo, paredes sucias, papel higiénico por todas partes, los retretes tapados lo que causaba un olor a alcantarillado repugnante —expliqué y guardé él labial nuevamente en mi bolsillo.

— ¿Cómo sucedió? Ayer los limpiamos entre todas y quedaron muy bien —mencionó Ally.

—Si, pero puedo prometerles que yo no hice algo así, ese fue también su esfuerzo. Lamentablemente, Morgan quiso creer que fui yo, dijo no soportarme más y decidió expulsarme.

—Pero eso es injusto, Carol.

—Lo sé, Dani. Pero no hay nada que pueda hacer.

— ¿Cómo que no? Debemos encontrar al culpable y que hable —propuso Yuko con ira.

—Yo me estuve haciendo cargo de eso... En el espejo del baño dejaron una nota escrita con labial rojo inculpándome, este mismo labial rojo que tengo yo.

— ¿Como lo encontraste Carol? —inquirió animándose a hablar Leyla.

—Es irónico que justamente tú lo preguntes, pues estaba en tu bolsa.

—Eso es imposible —se justificaba mientras yo iba camino a las gradas, donde en una esquina, se encontraban todas las bolsas de nosotras apiladas—, ese labial no es mío.

— ¿Y esta bolsa? ¿Tampoco es tuya? —pregunté alzando una ceja y con mi mano poniendo a la vista de todas la bolsa negra de dónde había sacado el labial cuando ellas estaban cambiándose.

—De hecho... No —respondió sonriente con una mirada de astucia y victoria que me confundía.

—Esa bolsa es mía —intervino Stephy —igual que el labial.

— ¿Fuiste tú? —le preguntó Ally sorprendida, al igual que todas.

—Vamos, cariño, debes decir la verdad —le aconsejó Leyla mientras la abrazaba y acariciaba su brazo.

—Si, fui yo —titubeó y se echó a llorar.

—Pero... ¿por qué? —le pregunté anonadada.

—Lo tienes todo, llegaste hace una semana y ya eres indispensable para este grupo. He estado aquí durante meses y eso aún no pasa conmigo —respondió entre sollozos con la cara entre sus manos enjuagando sus lágrimas.

—Nadie es indispensable, Stephania —le habló seria Dani—, y por eso mismo y porque esto es demasiado quedas fuera del grupo y mañana a primera hora deberás hablar con él director y encargarte de que Carol vuelva a formar parte del instituto.

Stephy se echó a llorar con más fuerza suplicando por quedarse, sus ojos derramaban lágrimas a borbotones y su rostro enrojecía desde su nariz hasta sus mejillas.

— ¿Cómo la vas a sacar? Esto solo es por tu preferencia hacia la recién llegada Daniela —acusó Leyla.

Aunque eso no era verdad, me hacía sentir mal que por algo tan estúpido Stephy estuviera fuera.

—Dani, no es necesario... Con que me reintegren al instituto es suficiente, no es para tanto —trato de ayudarla.

—No, lo que hizo debe pagarse. Ese fue el esfuerzo de todo el grupo menos de ella, y de Leyla. Gracias a sus malditos caprichos saliste expulsada y pudiste haber quedado afuera más tiempo si esto no se hubiera aclarado tan rápido. No hay marcha atrás —dio por terminada la discusión.

Infiltrada [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now