Capítulo 31: "Los brazos del equivocado."

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Caminaba por los pasillos absorta en mis pensamientos, el hecho de ser la chica ruda a la que todos temen siquiera tocar, facilitaba las cosas. Pues se abrían a mi paso con la intensión de no fastidiarme al caminar, lo que me permitía ir con la cabeza gacha sin preocuparme de tropezar con alguien.

La mirada de dolor y decepción de Bruno recaía sobre mí como un balde de agua fría que calaba mis huesos y mis órganos, sobre todo mi corazón, el cual se hacía pequeño en su lugar por haber dejado ir a quien pudo ser la mejor opción para mí, mi estómago se revolcaba causando dolor, un dolor que sentía merecer por ser tan jodidamente una imbécil.

No dejaba de recriminarme y analizar si lo que había hecho, había estado bien. Si bien es cierto, nunca amé a Bruno, pero él tampoco merecía sufrir por mí.

Llegué a mi casillero y tomé los libros de Literatura, caminaba al salón con la misma postura de antes, llegué minutos antes de que empezara la clase y decidí sentarme en la última fila, justo en la esquina que estaba junto a la ventana. Los alumnos entraban de a poco y minutos después el profesor ingresó cerrando la puerta tras él, nos dio el respectivo saludo y empezó a dictar su clase del día de hoy.

"Amor en tiempos de cólera."

Esa era la obra literaria para analizar justo el día de hoy, suerte la mía.

El tiempo pasaba mientras trataba de no escuchar la explicación que se estaba dando, amor era el último tema del que quería hablar. Perdí mi vista en la ventana tratando de escapar de aquí, quizá encontrar algo interesante al otro lado del vidrio, miré hacia abajo para poder observar mejor a las personas que caminaban de un lado a otro, autos, bicicletas, motos, había de todo un poco. Sin embargo, una mata de cabello castaño oscuro hizo que detuviera mí mirada justo allí, era él, podía reconocerlo.

Matt se encontraba conversando muy intimidante con Manchas, quien no parecía nada intimidado, era una discusión, una fuerte discusión, vi el momento exacto en que las palmas de Matt impactaron en el robusto pecho de su contrincante empujándolo con brusquedad. Buscando revancha, Manchas lo tomó por la tela de su camiseta arrugándola en sus puños, acercó su rostro al de él para hablarle muy de cerca.

Empezaba a sentir la adrenalina y preocupación del momento, cerré mis libros y los tomé en mis manos sin perder de vista ni por un segundo la escena que se vivía bajo mis pies.

Matt cayó al suelo después que ser liberado, entonces Manchas puso una de sus manos en la parte de atrás de su camisa, por debajo de esta rebuscó algo en el filo de su pantalón y ese gesto me hizo recordar las veces que Jay me había dicho que él escondía una navaja justo ahí, me alarmé enseguida sintiendo mi sangre detener su recorrido por unos instantes, mi sudor frío congelaba mi piel y mis piernas no podían dejar de temblar, no soporté más la situación y poniéndome de pie abruptamente de mi silla, lo que ocasionó un estruendo muy fuerte, grité un "¡No!" en frente de toda mi clase.

— ¿Qué es lo que le sucede, Manson? ¡No puede hacer estos papeles en medio de mi clase! —regañó mi profesor mientras me abría paso entre los demás estudiantes para salir del salón.

—Si, si, lo que diga —respondí cruzando la puerta.

Corrí por los pasillos y escaleras abajo, quería llegar antes de que sucediera lo peor. Como lo imaginé, la gente ya estaba acumulándose alrededor del sitio de la pelea, a través de empujones y golpes logré atravesar esa marea de personas entrometidas hasta llegar a Matt quien seguía en el suelo, desde este nuevo punto de vista pude observar la sangre que brotaba de su nariz y labio inferior, Manchas por su lado más allá de estar muy agitado no tenía nada, me alegré un momento de tampoco encontrar ninguna clase de arma en sus manos.

Infiltrada [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now