Trascender

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Mi madre lo amó ayer. Él le mintió a su hermana diciendo "todo está bien". Ahora el tendrá que vivir detrás de carretera por siempre. Hoy enterramos sus cosas; su ropa, sus libros, sus magazines y sus casettes.

Mi tío me enseñó desde pequeño que no había meta que no pudiera alcanzar. Era de los que aconsejaban con prudencia. Recuerdo que una vez me dijo: Viví mi vida locamente. Si yo me detengo, seré un esclavo de la sociedad; nunca te preguntes si hay algo positivo en la locura.

Lalo tenía la locura de Shumann, el genio de Beethoven, la pureza de Mozart y vibra de Tchaikovski. Era una persona con una genialidad tremenda.

Ahora tendremos que desarrollar algunas reglas artificiales. Tenemos dos muertos y mucho que resolver. Un taller mecánico vacío y una casa decorada con pinturas del arte pop. Por lo tanto, era mi responsabilidad ayudar a mi madre con todo eso. Aquí es donde me vuelvo loco porque me doy cuenta que no sé que hacer.

—¿Tienes miedo de volverte demente? — exclamó mi madre, mientras lavaba la vajilla.

—Hasta cierto punto, sí. Solo soy un Data entry. Trabajo de eso.

—Demetrius, ya lo dimos todo. Ahora te toca a ti empezar de nuevo. Tienes que capacitarte en algo nuevo. Algo que te genere más ingresos.

—Madre, estamos todavía en una etapa  experimental del internet. Yo trabajo con las computadoras y veo que algunas cosas han madurado bastante, pero todavía no tenemos innovaciones y cambios radicales.

—Entiendo —interrumpió mamá.

—El internet aún no están los países emergentes. Pero podría pensar en una propaganda local, sin panfletos. Tal vez cuando se incorporen miles de usuarios podría hacer una página para promocionar artículos en oferta del hipermercado.

—Es buena idea, hijo —masculló mi madre.

—La mayoría de la gente piensa que la imprenta es superior al internet y que no hay comparación con ella, pero también hay que pensar que es un invento de lo más democratizador en la humanidad.

—¿Dices que hay democracia en el internet?

—Es lo que deberíamos pensar todos, ya que es una herramienta útil con grandes posibilidades.

—Creo que en cierta forma es real, pero no me gustaría que en un futuro no existiera el el periódico, las revistas y los libros — sentenció mamá, con los brazos cruzados.

—Creo que eso nunca pasará. Hay mucha gente que aún se rehúsa a usar tecnología.

—Es verdad, hijo. Yo me niego rotundamente a usar una computadora — aludió elevando una ceja.

—Está bien. Pero por otro lado yo tengo una meta bastante grande. Quiero hacer algo con mi vida. Quiero trascender.

—Hijo. ¿Podrías ir a vivir a casa de Lalo? Es que le temo a los okupas —gimoteó mi madre.

—Es verdad. Hay objetos de valor y algunas piezas de arte. Lo pensaré.

—No es solo una casa. Esa propiedad es el resultado del crecimiento intelectual de mi hermano. Estamos viviendo tiempos difíciles me gustaría que tú vayas a vivir a esa casa.

Luego de escuchar a mi madre me di cuenta de que el único pensamiento que giraba en torno a sobrevivir, era recuperar la independencia. Aunque mirando en retrospectiva jamás viví solo.

La desesperación de mi madre se coló sigilosamente dentro de mi mente y me hizo pensar en varias cosas... como si fuera un envión hacía el crecimiento y la libertad.

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Infames (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora