La pesca

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Esperé de pie, aproximadamente durante veinte minutos. El sujeto Scarface estaba en la tienda. El tipo vestía pantalón de vestir y camisa de oficina, un saco color bermellón con el emblema de su compañía "Cruceros del Sur" en el bolsillo izquierdo.

El tipo se quedó como estatua frente a mí, lo pude observar muy bien. Parecía un hombre joven de unos veinticinco años.
El muchacho se quedó estático observando a una dirección oblicua donde estaba la caja de Mathilde. Volví a mirarlo, pero no hizo contacto visual conmigo.

En ese ínterin Matheus gritó su nombre desde arriba y Scarface subió las escaleras de metal que conducian hacia las oficinas. En ese momento pude ver que sacaba del interior de su saco, el misterioso paquete envuelto en nylon negro.

Amigo, ¿qué te parece ir a pescar este sábado? —dijo Mathilde a mis espaldas.

En ese momento, palidecí por el susto.

¿A dónde? —exclamé desorientado.

A pescar. Todo lo que tiene que ver con el agua me gusta —dijo Mathilde—, ¿te gusta el mar?

Es que los lugares de pesca, por lo general están congregados los hombres y no suelen hablar —agregué—, ¿qué rayos te divierte?

Demetrius, me divierte como los hombres empiezan a presumir sobre sus habilidades de pesca y me gusta ver como empieza la competencia para ver quien pesca el pez más gordo —explicó la rubia, curvando la comisura de sus labios.

¡Ja! Si que estás demente exclamé.

Es divertido ver como los machos juegan a ser imponentes. Ellos invierten mucho esfuerzo en demostrar sus talentos de pesca, sobre todo si hay una dama presente —continuó —quizás valga la pena tomar aire fresco y poder reírnos de esos ineptos.

¿Acaso Matheus no te ha mencionado nada sobre un encuentro en su casa? —dije con un tono festivo.

Lo dijo, ¡y eso fue todo! Es que no le respondí. No quiero que piense que soy una más en su harén de una centena de
mujeres —dijo Mathilde mientras volvía a su estación de trabajo.

Mi cabeza —me temo— estaba llena de contradicciones, incluso de pensamientos no cristianos. Por ejemplo, cómo robarle la pornografía a Matheus. Calculaba que, podría quitarle el paquete cuando vaya a servirse café.

Mientras tanto había ido a terminar el trabajo pendiente, siempre en mente el como poder escabullirme por el pasillo.

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Infames (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora