En realidad, apenas eran tres pasos para llegar desde donde estabas parada al sofá. Colocó su guitarra en el suelo, suavemente, era como su bebé, dejándote espacio para que te acurrucaras en él, con las piernas colgando sobre su regazo y su mano descansando sobre tu muslo.

-Sí, sólo mi cabeza duele un poco.- Le dices.- Gracias por las pastillas.

-Está bien.- Contestó, presionando un beso en tu nariz.- Me imaginé que las necesitarías.

-No estaba tan borracha.- Mentiste, sabiendo que era inútil. Niall conocía cada estado tuyo.- ¿Qué estás escribiendo?

-Todavía no lo sé.- Niall contestó mientras su mano vagabundeaba suavemente por tu muslo, hasta que encontró la orilla de la bata y la deslizó por debajo. Con el calor familiar, apoyo su mano contra la piel desnuda de tu muslo, frotando círculos con el pulgar. -No podía dormir, así que pensé en escribir algo, pero todo es una mierda.

-Estoy segura de que no.- Te moviste un poco, dejando que su mano se deslice más arriba.- ¿Desde qué hora has estado despierto?

-Desde hace años.- Dejó caer su cabeza contra el sofá.- He estado pensando un montón de cosas.

Murmuraste un poco, sabiendo que tenías que ser gentil y dejar que él decida como decir eso. Incluso después de todos esos años, todavía se ponía así cuando se trataba de sus emociones: un poco nervioso, con una tendencia a pensar demasiado, murmurando ansioso después de haber dado vueltas en su cabeza demasiadas veces. Tocaste su hombro suavemente, mientras tu pulgar trazaba la periferia de su oreja, dejándolo que se tome su tiempo.

-Anoche fue todo agradable.- Dijo finalmente. No te estaba mirando así que murmuraste en acuerdo y él continuó.- Willie estaba muy feliz.

-Melanie también.- Estuviste de acuerdo.- Y se veía hermosa.

-Preciosa.- Niall asintió.- Radiante. No sé, todo me hizo sentir... me puso a pensar.

-¿Hmm?

-No sé, solo sobre bodas y cosas así.- Seguiste sus ojos mientras miraba tu mano izquierda, sobre tu cuarto dedo desnudo.- Sobre lo que está por venir para nosotros.

Los latidos de tu corazón se aceleraron pero no tenías miedo. Con Niall, nunca lo tenías. Dejó caer su mano libre para descansar sobre la tuya y siguió hablando. -Solo quiero saber en dónde está tu cabeza en este momento y tus ideas y qué piensas tú.

Ese era el tipo de preguntas que te habrían puesto a correr lo más lejos posible en relaciones anteriores. Ese tipo de preguntas abiertas e interpretativas que te habrían llevado a un espiral de ansiedad e inevitables dudas y terror. Te hubieras vuelto loca. Pero justo aquí, en una tranquila habitación de hotel en un rincón de Irlanda doce horas después de la mejor boda en la que habías estado, la pregunta parecía correcta. Justo aquí, con la mano de Niall en tu muslo y su cabello desordenado bloqueando tu vista hacia la venta de la habitación y con el saco de su traje de la noche anterior todavía en el montón de ropa que yacía en el piso después de la prisa con la que se la habían quitando el uno al otro, la pregunta parece ser el siguiente paso lógico. No tenías miedo y a pesar de tu ansiedad en ese momento, sabías que Niall tampoco lo tenía.

-Mi cabeza y mis ideas están aquí.- Dijiste, con la mano ahuecando el costado de su casa, tu pulgar presionando suavemente sobre sus labios.- Lo sabes.

Niall exhaló, presionando sus labios en un suave beso contra la yema de tu pulgar.- Yo igual.- Dijo.- Sólo quería asegurarme.

-Siempre puedes estar seguro conmigo.- Mencionaste, y lo dijiste en serio.- Estoy segura sobre ti, siempre.

-Maldita sea.- Niall exhaló antes de reír un poco y soltar tu mano.- ¿Cómo diablos tuve tanta suerte? Ven aquí, nena.- Te acurrucaste contra su pecho, moviéndose un poco Niall te permitió sentarse a horcajadas sobre él, con su rostro centímetro de distancia del tuyo y con la bata cayéndose un poco, no llevabas nada debajo de ella y por la manera en la que estabas sentada sobre su regazo, sabías que él tampoco llevaba nada debajo de sus pantalones de chándal.

-Podría hacerme la misma pregunta.- Dijiste, un jadeo suave cayendo de tus labios mientras Niall llevaba una mano a tu entrepierna. Presionando su pulgar en tu centro y soltando una risita cuando gemiste un poco.

-Te veías tan hermosa anoche.- Expresó, mientras sus labios dejaban besos húmedos contra tu cuello.- No podía dejar de mirarte.

-Lo sé.- Contestaste, tratando de ignorar el movimiento de sus dedos.- Me lo dijiste como diez veces.

-Once, con esta.- Dijo, presionando más fuerte sus dedos. -Te amo.

-Yo también te amo.- Lograste decir sin que se quiebre tu voz. Bastante orgullosa de ti misma por eso, en realidad.

-No podía dejar de pensar en ti caminando hacia el altar hacia mi algún día.- Mencionó, con la voz baja y moviendo sus dedos insistentes. Era tan bueno, sabía qué hacer exactamente para que te desmoronaras, y sabía perfectamente como alargar las cosas el mayor tiempo posible.-Literalmente no podía pensar en otra cosa.

-Yo...- Jadeaste un poco, pero te recuperaste de inmediato. Todavía no lo dejarías ganar.-Me gustaría casarme aquí en Irlanda, creo.

-¿Sí?- Los dedos de Niall seguían su ritmo y gemiste, presionando tus caderas hacia adelante mientras asentías, sí, sí, me gustaría, pensaste. Él sonrió. -Mi mamá estará encantada de escuchar eso.

-Realmente no...- Jadeaste una vez más, sin poder controlarlo.- No quiero pensar en tu mamá ahora mismo, amor.

Niall soltó una carcajada, usando su mano libre para retirar suavemente la bata de tus hombros.- No, yo tampoco.

...

Más tarde, después de sus actividades matutinas y de que tomaron una ducha, se vistieron y recogieron la ropa dispersa del suelo, Niall lo mencionó nuavemente.- Lo digo en serio, ya sabes.- Estaba apoyado sobre el mostrador de la pequeña cocina de la suite con una taza de café en la mano. Habían abierto todas las ventanas para ventilar la habitación un poco y el olor del verano se estaba apoderando de ambos. Se veía tan guapo con sus pantalones de vestir a cuadros y su camisa de botones blanca. Tenían alrededor de diez minutos antes de que comenzará la reunión del brunch con su familia y la de Willie. -Realmente quiero casarme contigo.

-Lo sé. -Mencionaste, mirandote en el espejo, tratando de asegurarte de que tu vestido estuviera perfecto.- Yo también lo digo en serio. Y sobre casarnos en Irlanda. Me encantaría un lugar como este, algún lugar similar.-Mencionaste haciendo referencia a Trudder Lodge, el hermoso lugar donde se había llevado a cabo la boda de Willie, era hermoso, elegante y perfecto, además de que contaba con un hotel dentro del mismo lugar.

-Lo que tú quieras, mi amor.- Niall colocó su café sobre el fregador antes de cruzar la habitación para deslizar sus brazos alrededor de tu cintura. De pie detrás de ti, apoyó su barbilla en tu hombro y se encontró con tu mirada en el espejo.- Solo no le digas a nadie todavía. Quiero comprarte un buen anillo antes y todo eso.

-Espero que también tengas una propuesta romántica planeada.- Bromeaste.

Niall dejó un beso sobre tu cuello, con una de sus manos sobre tu vientre.

-Lo he estado planeando durante dos años, bebé. Solo espera. Pero vamos ya, Willie me matará si no llegamos al brunch.- Y así, con un golpecito sobre tu trasero y pasando tu mano por su entrepierna como represalia, los dos bajaron las escaleras para comer, beber y celebrar a Willie y Melanie. Tomados de las manos todo el tiempo, se veían mutuamente con miradas que sólo ustedes entendían. El papá de Willie y tío de Niall, dio una pequeñas palmadas en la espalda de Niall mientras le preguntaba cuándo sería su turno y sentiste el calor en tu estómago, el corazón flotando en tu pecho, y los ojos brillar cuando Niall soltó una risita y contestaba que "pronto". Lo decía en serio. Igual que tú.

Imaginas | NHWhere stories live. Discover now