Capítulo 53: "Nada que podamos arrepentirnos."

Start from the beginning
                                    

Abrí mis ojos desorientada, había pasado horas aquí y lo único que sé es que cada tanto viene un tipo a dormirme con alguna especie de droga inyectándola en mí.

—¡Papá! —grité con la poca voz que me quedaba— Sácame de aquí.

Sentía que esto venía de su mano, que se había enterado de que estaba abriendo el caso contra él y esta era su manera de hacerme pagar por ello. Podía estar encerrada en una habitación vieja y oscura, con olor a humedad por doquier, podía estar maniatada y sin comer, pero lo único que realmente me aterraba, es que papá tuviera a Kate también en algún lugar. ¿Cómo era capaz un hombre de hacer esto con su propia descendencia?

Grité una y otra vez, una y otra vez, hasta que la puerta volvió a abrirse con la silueta que ya reconocía.

—No, por favor... No puedo dormir más —pedí en suplicas—. Necesito salir de acá.

—Entonces calla la boca chiquita, tu papá no está aquí.

—¿Vendrá por mí?

—Ya quisieras —soltó una sonrisa maliciosa y se retiró, esta vez, sin drogarme.

Decidí hacer caso y dejar de gritar, maniobraba tratando de deshacer el nudo que me ataba, ahora estaba más consiente y apreciaba mejor la situación, era un secuestro, estaba pasando por uno de los peores momentos de mi vida y como si fuera necesario, me encierran en esta pocilga. Sabía que había pasado horas aquí, pero no tenía noción del tiempo exacto, la luz del día no llegaba aquí y no entendía si era de noche o no. Recién ahora entendí, que tal vez usar este vestido, no fue la mejor opción.

—Toma —tiró una bandeja con algo que parecían fideos dentro.

—No quiero.

—Yo de ti comería, tal vez sea lo ultimo.

Volvió a irse, ¿era eso? ¿Papá pretendía terminar con todo esto así? Justo cuando estas dudas atacaban mí cabeza, martirizándome con la idea de que él podría llegar a sumar a su propia hija en su ya larga lista, la puerta se abrió nuevamente mostrando una nueva figura, no era papá, no era un hombre, era una curvilínea de muy poco cabello oscuro.

—¿Leyla?

NARRA KATE

—Me niego a creer que ella haría algo así, por Dios, no la secuestraría simplemente porque le quitó el puesto en el equipo de porristas.

—Ella decidió irse sola —defendió Yuko.

—Recordemos que esta era su pasión también, Ley nunca la quiso dentro y siempre la odio de sobremanera.

—¡Cris! Es tu amiga, Ley... Lo era de todas. No puedo creer que estemos si quiera cuestionando esto.

—Dani, esto es serio, no podemos dejarla de lado sólo porque compartimos con ella, es nuestra amiga, o tú lo has dicho, lo era.

—Basta, basta de acusaciones sin sentido, basta de historias melodramáticas, basta de enredos, basta de todo esto, por favor... —pedí sollozando— Sólo necesito a mi hermana de vuelta, saber que está bien.

Jay trató de consolarme, esta sería la tercera noche que dormiríamos intranquilos sin saber nada de ella, recién esto se tramitaría como una desaparición legal mañana por la mañana, mientras que mi hermana podría estar en cualquier situación desesperada por huir de ella. Sentía sus caricias sobre mi cabello, pero nada me quitaba de la cabeza que se encontraba en peligro, Carol no estaba bien, ella volvería pronto si así fuese, volvería por mí.

Todos estábamos aquí, tratando de que el tiempo pasara rápido, sin poder pensar apenas en dormir, admiraba el hecho de que Bruno estuviera aquí, él de verdad la amó. ¿Dónde se supone que está el principito azul de intensos ojos verdes?

Infiltrada [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now